Caso 'Poniente'

El empresario José Amate señala a Abengoa y niega el pago comisiones o prebendas en ElSur

  • "Nunca pagué a Juan Enciso un euro por eso y a Pepe Alemán no tenía que pagarle nada porque tenía garantizada la contratación por parte de Elsur", ha afirmado en alusión a las supuestas "prebendas" económicas que habrían recibido el exalcalde y el exinterventor

El empresario José Amate, principal beneficiario según las acusaciones del caso 'Poniente' de la "sobrefacturacion" a la Empresa Mixta de Servicios Municipales (Elsur) de El Ejido con un entramado societario que habría detraído 24,7 millones de euros de dinero público, ha asegurado que no pagó "comisiones" al exinterventor municipal José Alemán por subcontratar y ha dicho que "nunca" se le "ocurrió" que la compra al exalcalde Juan Enciso de sus participaciones en una inmobiliaria "fuese una comisión" y "siempre" pensó que "era una inversión".

"Nunca pagué a Juan Enciso un euro por eso y a Pepe Alemán no tenía que pagarle nada porque tenía garantizada la contratación por parte de Elsur", ha afirmado en alusión a las supuestas "prebendas" económicas que habrían recibido el exalcalde y el exinterventor "por hacer caso omiso de sus obligaciones" de fiscalización y control de los fondos municipales "autorizando a sabiendas el gasto" público en el marco de la presunta trama de "aprovechamiento ilícito" en cuyo epicentro la Fiscalía Anticorrupción coloca al Grupo Abengoa, socio privado de la empresa mixta.

En la octava sesión del macrojuicio ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, ha reducido a "puntual" su relación comercial con Alemán a través de Sistemas de Dirección, a la que pagó dos facturas de 29.000 euros "sin ni siquiera presupuesto, por un informe verbal que yo quería por escrito y más detallado pero que me dijo que me iba a costar más dinero y que le pedí sobre la estructura y situación fiscal de dos empresas que adquirí en 2005 a Rafael Barco". "No me pareció ni bien ni mal el precio, era lo que me pasó y me tuve que aguantar pero ha quedado clarísima la mala relación que teníamos", ha apuntillado.

Con respecto a la compra de la participación de Juan Enciso en la promotora Villa de Alcolea ha precisado que pagó "180.000 euros porque le pareció una inversión muy interesante" aunque dijo que no "al principio" y que, aunque "en aquel momento tenía pérdidas como todas las constructoras que empiezan, se realizó una de las fases con 18 chalet". "Enciso había pagado en total 170.000 euros, así que comprar por 180.000 euros... A mí, por esto, nunca se me ocurrió que fuese una comisión, siempre pensé que era una inversión", ha precisado.

Amate, quien ha contestado solo a las preguntas de su defensa alegando su edad "cercana a los 80 años" y "lapsus de memoria", ha indicado que llegó a Elsur en 1995 al tiempo de su constitución y que se marchó "jubilado, no despedido" en 2005 al tiempo que ha apuntado, tajante, que Abengoa, socio privado, "sí que tomaba decisiones sobre Elsur" y que al gerente, que "dependía totalmente de Sevilla", lo "traían por la calle de la amargura".

Ha añadido que con la entrada de Agua y Gestión en 2004, notó como director de explotación que la "influencia del socio privado era ya descarada, porque se metían en todo", y ha señalado que la "continúa presencia" de Antonio Borrero y Manuel Fernández Heras, directivos de Aygesa, consejeros y también acusados, "era amargante para el gerente".

"ERA IMPOSIBLE TENER SOBREFACTURACIÓN"

El empresario ha calificado de "imposible" que se pudiera usar la "sobrefacturación" para "cobrar más fuera" del canon que aprobaba el Ayuntamiento de El Ejido para Elsur, ha indicado que le "consta qué el ayuntamiento sabía cuáles eran las subcontratas ya que todos los años se remitía un escrito con los nombres al área de Obras Públicas" y ha afirmado que era "imposible modificar los partes de trabajo" desde las subcontratas porque "los controlaba Elsur".

"Era imposible tener sobrefacturación cuando las facturas que se presentaban eran a precio fijo y no se podía incrementar ninguna factura; por eso me llama la atención el término usado por las acusaciones porque yo entiendo la sobrefacturación como el beneficio de cada subcontrata con respecto a Elsur, por lo que lo que me están diciendo es que para que no hubiese sobrefacturación no solo yo no tenía que tener beneficios, sino que encima tenía que tener pérdidas".

Ha tachado de "falso absolutamente" que crease tres sociedades patrimoniales "de mera pantalla para recibir los fondos de las subcontratas", pero sí ha reconocido la existencias de "facturas falsas" con cargo a Elsur en dos de las empresas que las acusaciones mantienen eran administradas por él realmente con testaferros.

No obstante, Amate ha encuadrado esas facturas "de proveedores que no había visto nunca en Elsur" antes de 2005, año en el que ha trasladado que compró estas empresas a Rafael Barco Barco "porque el gerente me dijo: haz lo que sea, pero resuelve el problema" de estas subcontratas", por lo que, según ha matizado, entendió "que me daba el visto bueno, y que no hacía nada irregular porque ya estaba prejubilado en Elsur".

ENTRAMADO EMPRESARIAL

Las acusaciones consideran que el denominado en la causa Grupo Amate se constituyó con ocho sociedades instrumentales que actuaron como subcontratas de Elsur y otras cuatro, calificadas como patrimoniales o de supuesta dirección y gestión, que no facturaron la empresa mixta y que, supuestamente, habrían canalizado el dinero procedente de la sobrefacturación al patrimonio de la familia y al negocio inmobiliario.

Durante el interrogatorio de su abogado, el empresario ha detallado que, antes de 2005, "las empresas que trabajaban con Elsur no eran suyas, ni de nadie de su entorno, sino de las hijas de Rafael Barco", a quien la Fiscalía acusa como "testaferros", ha dicho que sus hijos y yernos, enjuiciados como responsables de las sociedades del grupo, "no tomaban ninguna decision porque las tomaba yo" y ha definido a otra de las presunta testaferros como "apoderada para hacer el día a día de mis empresas en El Ejido".

En esta línea, ha afirmado que esas empresas, de cuya compra ha indicado estar "arrepentido", "a partir de 2005 cumplían el contrato al pie de la letra", que "nunca más hubo facturas irregulares porque le dije a Rafael Barco que bajo ningún concepto iba a aceptar facturas de ese tipo", que "regularizó" cuando una Inspección de Hacienda detectó dos "proveedores irregulares" y que "nunca cobramos por trabajos no realizados".

Con respecto a porqué en 2007 dejó "inactivas esas empresas para volver a crear otras nuevas" que las acusaciones señalan en algunos casos como "patrimoniales", ha explicado que se debió a "todos los follones de las inspecciones que había tenido, añadido a la observación de Elsur de que sería interesante dejarlas inactivas y que creará empresas a partir de cero".

Ha defendido que tres de las sociedades "eran claramente instrumentales", que no había en estas "testaferros", que "todas las facturas correspondían a trabajos reales" y que sí que se produjeron lo que ha calificado de "préstamos entre empresas, pero que fueron reales y, antes de 2005, con ni un céntimo de las subcontratas".

A preguntas del abogado de sus empresas, ha concluido que en "noviembre de 2008" se quedó "sin un duro" con la bajas impuestas por Agua y Gestión a los contratos "del 25 al 50 por ciento" y que por eso "Elsur por ley tuvo que hacerse cargo de las nóminas". "Los gastos eran superiores a los ingresos y seguimos trabajando para Elsur hasta 2010".

Por último, Amate se ha referido a la promoción inmobiliaria y al patrimonio inmobiliario que constituye, a juicio de Anticorrupción, "una de las más importantes inversiones realizadas por la familia Amate y, en consecuencia, uno de los destinos principales del dinero obtenido de Elsur a través de las sociedades instrumentales", como resultado, en algunas ocasiones, "de herencias".

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