El empresario que mató a tiros a una familia de Palomares es culpable

Un jurado popular ha declarado culpable de homicidio a José Antonio Z.G., por matar de forma intencionada a una mujer

Los hechos se produjeron en la barriada del Cabezo de Palomares.
Miguel Martín Almería

06 de noviembre 2015 - 01:00

José Antonio ZG, el empresario que mató a tiros en la pedanía cuevana de Palomares a tres miembros de un clan gitano, fue declarado ayer culpable de un delito de homicidio por un jurado popular. Aunque el hombre había sido declarado no culpable por estos hechos por otro jurado popular en 2013, la sentencia fue recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Tribunal Supremo, que ordenaron que se repitiese el juicio, pero únicamente en lo relativo a la muerte de F.C.S.F., madre y esposa, respectivamente, de C.S.S. y J.S.T.

El jurado ha considerado probado por unanimidad que el hombre quitó la vida intencionadamente a la mujer, aunque no lo considera responsable de un delito de asesinato, del que era acusado por el fiscal. Así, han determinado que sobre las 20.30 horas del 26 de julio de 2011, José Antonio Z.G. condujo una furgoneta hasta la barriada del Cabezo, en la que residían los fallecidos de esta familia, con la que mantenía conflictos de distinta índole. En el vehículo llevaba una carabina "en perfecto estado de funcionamiento" cargada, además de 29 cartuchos de reserva. Al llegar a la barriada, mantuvo una disputa con C.S.S. y su padre J.S.T., efectuando varios disparos contra ellos y acabando con su vida tras recibir una violenta mordedura por parte del primero, que le provocó un "intenso dolor y la amputación de su nariz". El jurado ha recordado que ya fue enjuiciado y absuelto por estos hechos en un proceso anterior, al entenderse que actuó en legítima defensa. Los miembros del jurado han apuntado que "instantes después disparó instintivamente desde el vehículo contra alguien que se acercó gritándole y haciendo gestos hacia él, sin saber de quién se trataba y pensó que podía atacarle, resultando ser F.C.S.F., provocándole heridas mortales", que le se saldaron con la "destrucción de centros vitales y shock hemorrágico que le causaron la muerte". Sin embargo, también han valorado que José Antonio Z.G. se dirigiese "inmediatamente después de los hechos al cuartel de la Guardia Civil de Cuevas del Almanzora", para entregarse voluntariamente a los agentes y dejando a su disposición el vehículo y el arma utilizados para causar la muerte de sus víctimas, tras contarle a los guardias lo que había hecho y colaborar con ellos. El jurado dice que cuando mató a la mujer, el acusado se encontraba el "intenso dolor que le provocó la amputación parcial de la nariz" hizo que entrase en estado de shock, lo que le provocó una "pasajera e intensa disminución de sus facultades volitivas e intelictivas" que hizo que no fuese "plenamente consciente de lo que hacía al encontrarse en tal estado de pánico que disminuía sus facultades".

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