ALMERÍA | Coronavirus

Un grupo de empresarios almerienses compra ordenadores para paliar las carencias de los centros educativos

  • Ponen en marcha un proyecto solidario para donar portátiles a niños que no tienen recursos y no pueden seguir con las clases online

  • El IES Al-Andalus, con mucho alumnado procedente de los barrios del Quemadero y Fuentecica, será el primer beneficiario

Foto de familia de uno de los dos grupos de empresarios que acuden semanalmente a las reuniones de BNI en Almería y colaboran en el proyecto

Foto de familia de uno de los dos grupos de empresarios que acuden semanalmente a las reuniones de BNI en Almería y colaboran en el proyecto / D.A. (Almería)

Donde no llega la administración está intentando llegar la iniciativa privada. Al menos eso es lo que se ha propuesto un grupo de empresarios aglutinados bajo las siglas BNI en Almería. Antes de la pandemia se reunían una vez por semana, normalmente los jueves en el Gran Hotel, para poner en común ideas de negocio y beneficiarse de las sinergias mutuas, cita que mantienen tras el estallido del virus de forma telemática.

Un miembro de dicho grupo, en concreto Raúl Álvarez, que ejerce el rol de vicepresidente y además es gerente de la empresa Cristalería y Aluminios El Diamante, tuvo la idea de intentar paliar las dificultades que están teniendo muchos centros educativos para que sus alumnos puedan continuar las clases online debido a la carencia de equipos informáticos en los domicilios particulares.

Y como del dicho al hecho apenas hay un trecho, Álvarez se puso manos a la obra, diagnosticando previamente el problema gracias al trabajo de su esposa: “La idea surge porque mi mujer es profesora de matemáticas en el Instituto Al-Andalus y en el propio centro tenían un listado de buenos estudiantes, pero sin recursos para seguir las clases online. Por eso a título personal pensé en comprar portátiles para donarlos a estos niños. Pero en vez de uno solo con su empresa vi conveniente extrapolarlo a todos, este fue el germen de la idea”.

Álvarez explica que al poco de ponerla sobre la mesa la respuesta del resto de compañeros fue positiva y empezaron a pulirla: “Lo comenté en el grupo y con el apoyo de todos los miembros hemos podido acceder a muchos más portátiles y estamos pidiendo de segunda mano para que los informáticos los formateen, instalen los programas y puedan servirles a los niños”.

Las líneas de actuación, por tanto, van encaminadas a la compra de equipos nuevos y al reciclaje de otros antiguos, y empieza a dar resultados: “Ahora mismo tenemos 12 equipos y eso que empezamos el pasado jueves por la tarde. La idea es comenzar con el Instituto Al-Andalus y seguir con otros centros”. 

A ese instituto acude alumnado de barrios humildes en el que las familias tienen mayores dificultades de acceso a las nuevas tecnologías: “Van niños de El Quemadero y Fuentecica, donde las familias no tienen muchos recursos y las tareas que mandan las hacen con el móvil sin tener datos suficientes. Por eso queremos darle el portátil y la conexión a internet hasta final de curso. Como el número es bastante limitado, la lista de los centros no solo es por necesidades, sino sabiendo que vayan a poder aprovecharlo y sacarle partido, que sean responsables”. 

El grupo está compartiendo en redes sociales la iniciativa para hacerla extensiva a más colaboradores y admiten que desde entonces muchos centros educativos se han interesado como posibles beneficiarios: “Desde que pusimos publicaciones en redes sociales nos llamaron de otros centros. Hemos contactado con empresas potentes a nivel nacional también para ver si colaboran con nosotros”, explica Álvarez.

Para no dar pasos en falso y canalizar la ayuda de la mejor forma posible, Álvarez razona que el tema del reparto irá coordinado a través del propio profesorado: “Muchas familias nos han llamado incluso a nivel particular al ver la iniciativa por redes y nos cuentan historias tremendas. Lo vamos a centralizar a través de los tutores de los institutos”.

Padre de una hija de apenas quince meses que le está ayudando a sobrellevar mejor el confinamiento, Raúl Álvarez recuerda que es el momento de arrimar el hombro y, como emprendedor, que cada cual ponga su granito de arena para salir de esta crisis lo mejor posible. Sin duda el tejido empresarial español está dando una buena cantidad de ejemplos desde que quedase decretado el estado de alarma y en la provincia de Almería no se han quedado a la zaga: “Hay que intentar apretarse entre todos porque las empresas están fastidiadas. Ahora más que nunca es cuando hay que apoyarse”.

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