El encanto de Marilyn revive en El Acebuche

Una voz cálida y sensual emerge al final del pasillo. Una melodía que suena a años 60 y logra transportar a esa época, cuya protagonista es la mitificada Marilyn Monroe. En un enorme panel se van sucediendo imágenes proyectadas de su vida, sus películas y sus amantes. Y al fondo del pasillo desfila su vivo retrato, caracterizada hasta su último e inconfundible lunar. Todos conocen a Marilyn Monroe, pero muy pocos a Norma Jean Baker. Ellas, las internas del Módulo 1 de la prisión almeriense de El Acebuche pueden presumir, sin temor a equivocarse, de haber descubierto a la persona detrás de la artista americana.

Los ingredientes de la receta de Secretos de una vida, como se titula la exposición, son muy sencillos pero difíciles de conseguir aunar: trabajo, esfuerzo, tesón e ilusión. Desde el 11 de julio el Centro Penitenciario de Almería alberga este homenaje dedicado a la figura de Marilyn Monroe, que componen su biografía, frases, imágenes, poemas e informaciones sobre, como reza el tríptico elaborado por las propias reclusas, "una mujer que, procediendo de un estrato social y familiar desfavorable, consiguió con su esfuerzo llegar a lo más alto de la sociedad y el mundo cultural americano de los años 50 y 60. Sirva ella como ejemplo de que con trabajo y tesón todo es posible".

Nada más escuchar a Félix, artífice de este espectáculo y único funcionario masculino del módulo, se puede apreciar el enorme trabajo que lleva desempeñando desde hace más de dos meses, así como de todos lo que sabe de Norma Jean Baker, el verdadero nombre de Marilyn, a la que se refiere como si de su propia familia se tratase. "Cuando buscas detrás de ese mito encuentras una mujer con la cabeza bien amueblada, que intentó saltar su faceta de actriz tontita", explica Félix. Al preguntarle por qué la elección de Marilyn como protagonista, refiere que todo comienza cuando llega a sus manos el libro de poemas de la polifacética actriz. "Cuando muere, su libro de poemas pasa a una amiga. Por casualidad me llegó ese libro y pensé en investigar a la verdadera Norma". La sorpresa de Félix llegó cuando, una vez propuesto el tema a las internas, estas no solo le secundan, sino que además se vuelcan de lleno en el proyecto. Antes de entrar en el módulo, el alma de la exposición confiesa el objetivo de este trabajo, "utilizar la figura de Marilyn Monroe para mostrarle a las internas que con trabajo y esfuerzo, vengas de donde vengas, puedes conseguir lo que quieras".

El pasillo del módulo no tiene nada que ver con la estancia que suele ser. Lo preside una pequeña mesa con trípticos y libros que recogen la biografía, frases célebres, una entrevista y poemas de la actriz. A ellos le acompañan dos muñecas Barbie vestidas y peinadas exactamente igual que la original. Las paredes las recorren numerosos cuadros con dibujos, elaborados por la veintena de mujeres de la prisión que han participado, y fotografías a las que corresponden frases. No solo se han preocupado de buscar ellas mismas, a través del material proporcionado por los responsables de los talleres, las imágenes y los textos, sino que además todo está situado de forma que a cada expresión de la cantante le corresponde una instantánea de su vida. "Sin ellas no hay nada posible. Han tenido un motivo para trabajar y además momentos de evasión", admite Félix.

El taller donde han elaborado todo, la "cocina" como dice Félix, huele a pintura, trabajo y cariño. Las máquinas de coser, que durante días han tejido los disfraces de las "Marilyn de mentira", están hoy paradas, así como las acuarelas y demás herramientas recogidas, se han ganado un merecido descanso, igual que la peluquería que ha visto recrear los rizos dorados del mito.

"Esta iniciativa me ha permitido conocer la vida triste y corta de Marilyn, pero también sus buenos momentos", explica satisfecha María, una de las internas que se ha involucrado en este proyecto hasta el final. Nancy, por su parte, comenta feliz que "para mí ha sido un trabajo muy satisfactorio duplicar el maquillaje y la peluquería de una sex symbol".

Las dos "Marilyn de mentira" avanzan desfilando por el pasillo, orgullosas de ser por un día protagonistas y lucir vestidos confeccionados por sus compañeras de módulo. "Nos encanta disfrazarnos y esta ha sido una gran oportunidad", coinciden Esther y Celia.

Olga, una de las monitoras, las ha acompañado y ayudado todos los días. "Ha sido muy bonito ir viendo poco a poco cómo de una idea pequeña se ha ido haciendo este gran proyecto", a lo que Félix añade que "la figura de la maestra ha sido esencial".

"No hay nada que temer salvo el propio miedo", reza uno de los poemas de Norma Jean. Gracias al Acebuche, a Félix y a todos los monitores, estas mujeres privadas de libertad han podido sentirse tan especiales estos días como la propia Marilyn Monroe.