Encuentro político acaba con vecinos de Almería “echando chispas”

Quiere área deportiva y no un chiringuito a 30 pasos de sus casas para el rescate de una zona de alto valor ecológico afectada por la inseguridad del ‘Cruising gay’ y la suciedad

Los cinco concejales reunidos con los vecinos de Costacabana.
Los cinco concejales reunidos con los vecinos de Costacabana.

Nada menos que cinco concejales del Ayuntamiento de Almería y más de dos horas de reunión para acabar con la comunidad de vecinos echando, como aseguran, “chispas”. El motivo no es otro que el cambio de planes del equipo de gobierno para uno de esos parajes de la capital que, pese a su valor ambiental de arboleda y dunas, lleva décadas siendo una zona, digamos, vetada. Es La Algaida de Costacabana que, además de “actividades de dudosa legalidad” como educadamente se refieren los vecinos al 'Cruising Gay' que se anuncia en Internet, se ha convertido en una escombrera y en espacio de aparcamiento no regulado, donde las garrapatas y las pulgas encuentran también su plaza.

La comunidad vecinal veía con esperanza la construcción en una pista polideportiva con juegos que supusiera la solución a los problemas de inseguridad y suciedad, atrayendo actividad familiar como parte de un plan para recuperar para la ciudad este espacio natural. La zona de La Algaida, o bosque de los eucaliptos, se sitúa en la parte más oriental de Costacabana. “Es –describen los vecinos– un paraíso natural de alto valor ambiental, pero lleva abandonado desde más de 35 años”.

Desde allí arranca un sendero entre dunas costeras y vegetación de transición que, si bien podría ser una parte de Almería puesta en valor, “hoy esta llena de basuras y de actividades de dudosa legalidad, suponiendo un ambiente poco atractivo a la ciudadanía”.

A este espacio acudieron la noche del lunes la comitiva municipal compuesta por la concejal de Seguridad, María del Mar García Lorca, el concejal de Ciudad Activa, Antonio Jesús Casinello, el concejal de Políticas Sociales, Oscar Bleda, el concejal de Sostenibilidad, Antonio Urdiales, y la concejal de Obras Públicas y portavoz del PP, Sacramento Sánchez, además de responsables de Protección Civil y de Emergencias. Es el segundo encuentro ‘in situ’ con el que el Ayuntamiento ha tratado de explicar el cambio de planificación, consistente en llevar la pista deportiva a la antigua piscina del Club Jairán –el centro deportivo de alto nivel será edificado en la Vega–, y autorizar en La Algaida la instalación de un chiringuito, negocio que los vecinos rechazan.

Coches aparcados en la zona de La Algaida donde el Ayuntamiento proyecta la instalación de un chiringuito.
Coches aparcados en la zona de La Algaida donde el Ayuntamiento proyecta la instalación de un chiringuito.

“En todas las zonas donde se instalan este tipo de locales hay un mínimo de distancia hasta las viviendas, mientras que aquí se van a poner a menos de 30 metros de casas de gente trabajadora, que madruga, y quita a las familias el espacio actual donde juegan los niños de la zona”, dicen los vecinos afectados, quienes demandan espacios públicos “bien adecentados, que puedan usar nuestros niños y mayores”, acondicionamientos integrales e intergeneracionales con columpios, zona para patines, elementos de calistenia, bancos, sombras, farolas, papeleras... “No pedimos grandes infraestructuras, sino que la decadencia actual se transforme en un espacio vivo para la comunidad de la zona”.

Porque el panorama actual que describen es el opuesto. “Mientras los vecinos hablamos con los concejales, nuestros niños juegan al escondite aquí, entre garrapatas, clavos, cacas perrunas y coches que dejan su aparcamiento, no es de recibo”, manifestaba otra vecina.

“Los vehículos aparcan dentro de la arboleda, hay basuras peligrosas por toda la zona, garrapatas y pulgas que se suman al estercolero”, cuando “no hay zona de parque infantil cercana, ni lugar sombreado donde los mayores puedan echar sus ratos de charla. No hay iluminación alguna, tal y como pudo comprobar el equipo municipal cuando la reunión se alargó hasta más allá de las diez de la noche”, apuntan otros vecinos, unidos en un “basta ya” frente al “tetris de vehículos que buscan disfrutar de la playa”, siguiendo, añaden, una señalización que “dista mucho de ser suficiente y clara, con coches que van contradirección, un peligro –sentencian– para todos”. Reclaman también más vigilancia ante “las actividades turbias que se realizan en esta parte y que son vox populi”.

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