"La estructura del PSOE se había convertido en algo muy caciquil"
JOSÉ FÉLIX TEZANOS. secretario de Área de Estudios y Programas de la CEF-PSOE
Admite que la política de pequeño alcance nos impide ver lo importante
"Si viniera un ser de otro planeta diría 'están hablando de Cataluña y 820 millones de personas se mueren de hambre'"
Sociólogo, docente, político y un sinfín de cosas más. José Félix Tezanos es un arquitecto político. Seguramente, sabedor de más historias de las que cuenta. Fue clave en el gobierno de González y está siendo unas de las manos derechas de Pedro Sánchez. Está escribiendo incluso un libro de cómo resurgió tras ser vapuleado por sus propios compañeros. Aun así, Tezanos pide contextualizar; hay asuntos más importantes que Cataluña.
-Usted fue encarcelado por defender sus ideas, ¿es lo mismo por lo que gritan en Cataluña?
- Fue cuando estuve en la Universidad en los años 60, época del régimen franquista. Era una represión sistemática política. Hubo gente que sufrió duras penas de cárcel. Lo que está ocurriendo en este momento es que hay un delito, el de sedición. Estas personas han tenido sus ideas mucho tiempo, pues en democracia nunca han sido detenidos por sus ideas. Lo han sido cuando un juez cree que ha cometido un delito. Estamos hablando de romper las fronteras. Eso es de una gravedad enorme. No tenemos conciencia de lo que supone, otra vez, empezar a romper fronteras. No se puede hacer si no tienes el respaldo mayoritario de la población, ni siquiera teniéndolo. En Canadá y en otros lugares hubo intentos secesionistas, que luego los tribunales dictaron que no respondían a los criterios constitucionales, y la gente lo aceptó. Los independentistas en las últimas elecciones tuvieron el 47%. Y de ese 47% tampoco sabemos si todos quieren hacer eso. Son delitos que están en el Código Penal de casi todos los países civilizados. En la Declaración de Independencia de Cataluña dentro de la Segunda República, año 1934, el caso acabó con 200 muertos, 3.000 encarcelados y a cañonazos. Y aquello era una Democracia. Hay unas reglas del juego que hay que cumplir. Desde luego, hay mucha gente que está indignada con el intento de utilizar una terminología que no se corresponde con la realidad. No hay presos por sus ideas.
-El tema catalán tendrá un fuerte impacto sobre la valoración ciudadana de los partidos políticos. PP y PSOE han ido de la mano, ¿eso les ha hecho más fuertes?
-No han ido de la mano. Cuando hay un incumplimiento de la situación, todo el mundo tiene que defender la Constitución. Los que no están del lado de la Constitución, en algún momento, se arrepentirán. Es una ruptura del marco constitucional y eso no se puede hacer a las bravas. Nosotros tenemos un Estado que ha costado asentar mucho en España. Es social y democrático de derecho tal y como se recoge en la Constitución. Y eso implica dos cosas; primero, el principio de legalidad, que nos debemos a las leyes y actuamos conformes a ellas. Eso es una conquista extraordinaria en la historia de la humanidad. Antes de establecerse el Estado de Derecho, lo que predominaba era el poder arbitrario del soberano. Ahora no, y eso da mucha seguridad. El segundo principio fundamental es el de solidaridad y de cohesión, que ese es muy importante en la cohesión de Europa. Y eso significa que cada cual tiene que contribuir en proporción de su riqueza. El movimiento que hay en Europa en zonas más ricas es insolidario. Entendemos que esos dos pilares no se están respetando y es lo que exigimos. En este momento el 'Govern' catalán tenía un grado de autonomía como no se había alcanzado en su historia, mucho más que el que tienen casi todos los países del mundo ¿Qué les faltaba? No contribuir con el principio de solidaridad. No sé si querrían tener un ejército y una armada propia. Eso es algo contraproducente contra los catalanes. Entonces, ¿qué estamos haciendo los partidos constitucionalistas? Defender a Cataluña y al Estado de Cataluña en un estado de civilización; con leyes, criterios y economía boyante. Lo más importante que ha pasado en Cataluña estos días es la fuga de empresas, más de 2.000. Pero también es importante la fuga de fondos, ha habido colas en los bancos de Aragón. Esa dualidad de lo legal-ilegal y catalanes versus no catalanes es una falacia. No responde a la realidad. Eso de que Europa les iba a apoyar y que las empresas no se irían, si no que vendrían muchas más al final se ha visto que no. Unas personas están tomando decisiones que van a afectar a la vida y al futuro laboral de otras muchas sin contar con ellas. Por eso han salido a la calle con otras banderas. Que es curioso, unos han salido a la calle con una bandera que no es la actual en Cataluña, la separatista, y otros salen con dos banderas, la catalana y la española. Ahí está el futuro.
-¿Le cansa ya el tema?
-Lo cierto es que hay un poco de cansancio con respecto a este monotema de Cataluña, pero no solo allí, sino en toda España. No podemos estar toda la vida dándole vueltas. Esto está encauzado ya por la vía judicial. En estos días en los que no se paraba de hablar de Cataluña, hemos tenido una noticia tremenda, la FAO ha anunciado que el número de hambrientos en el mundo, lejos de disminuir ha aumentado otra vez a 820 millones ¿Qué periódico se ha hecho eco de esto? La política de pequeño alcance, caso catalán, nos impide ver lo importante. Si viniera un ser de otro planeta diría, están hablando de Cataluña y 820 millones de personas se mueren de hambre. En el año 2001 se dijo que solo íbamos a tener solo 400 millones, y ya vamos por el doble. Y no pasa nada. Esto da muestras de que estamos en una civilización en decadencia. Esa noticia no la he visto en un periódico. Teníamos que haber estado hablando de ello. Hay que intentar conseguir el equilibrio y dar a cada tema la importancia que tiene, además de recuperar los grandes retos. Me imagino cómo se sentirán muchos jóvenes que están en el paro y que no tienen medios y que de ellos no se ocupa nadie. Del total de menores en España de 35 años, más del 70% están en el paro y los que tienen un trabajo... es tan miserable que no les da para llegar a fin de mes. Un país en el que no hay una jerarquización de los problemas, ese país no tiene futuro. Eso es trabajo de todos. Hay que llevar los temas centrales al espacio que le corresponde.
-La brecha en España sigue siendo brutal.
-España sigue siendo un país con muchas desigualdades regionales y eso tiene que ver con la propia política que se ha seguido. Alguien recordaba hace poco que Sevilla era una de las ciudades más ricas y de cómo perdió aquello... y que las políticas económicas que se han hecho en España durante muchos decenios han sido las responsables de que Andalucía no levantara cabeza. Es que el ahorro andaluz se invertía en otras regiones. A esto hay que sumar las diferencias salariales entre hombres y mujeres... que eso es difícil de entender. Y mientras tanto la riqueza se concentra en muy pocas manos, a veces de manera improductiva y haciendo uso de paraísos fiscales.
-Es usted uno de los arquitectos del socialismo de Pedro Sánchez, ¿quién buscó a quién?
-Yo conozco a Pedro Sánchez desde la etapa anterior a secretario general. El hice estudios sociológicos y colaboré con él. Después de aquel shock tan tremendo tuve una larga entrevista con él y yo le animé. Además, hablamos sobre que las batallas políticas hay que darlas, se vayan a ganar o se vayan a perder. Y hay que dar prioridad a las ideas. Y él estaba convencido. Yo estoy escribiendo un libro sobre ello en este momento. Lo cierto es que fue un movimiento de liderazgo. Lo valoraron como un líder digno, honrado, que es capaz de perder su puesto, renunciar a todo y sin perder sus ideas. El movimiento se crea en la misma noche del Comité Federal. Y entonces se establecía la nueva Social Democracia que nos parece que lo que se necesita en sociedades como la española. En la que cada problema tiene su ubicación, su papel, su peso y unas prioridades. Y van por mejorar las condiciones de vida y trabajo de las personas que lo necesitan, distribuir mejor la riqueza y, en tercer lugar, mejorar la democracia.
-¿Y cómo se va a aplicar?
-Vamos a tener tres o cuatro elecciones en un periodo en el que casi van a coincidir, si no hay adelantos, que son las municipales, autonómicas, europeas y generales. Y lo vamos a solucionar tal y como hicimos la candidatura de Pedro, en una estructura muy participativa. Hay que tener en cuenta que antes de hacer el programa estuvimos realizando a través de la red una serie de consultas, llegaron a formularse más de 90.000 propuestas, que vinieron de distintas personas. Y haremos algo similar. De acuerdo con los postulados, haremos una experiencia de participación de verdad, no un simulacro de participación, muchas iniciativas que van a concurrir en un programa de participación directa. Con todas las garantías.
-Eso implica un proceso de renovación.
-El proceso de renovación empezó a plantearse después del Congreso. Es un proceso importante y va a durar tiempo. No va a ser cosa de un año. El proceso tendrá que impregnar las estructuras de un partido que se había convertido en algo muy caciquil, muy desvitalizado, en el que había muchos rasgos de clientelismo que impedían que los jóvenes se acercasen; porque veían que todo está muy mediatizado por las redes clientelares y demás. Y queremos convertirlo poco a poco. Ya hay medidas importantes que se han tomado para tener el partido que se corresponde con el siglo XXI. De hecho, Pedro, la primera vez que se presenta de candidato, es un candidato que sale de la base. No forma parte de las clientelas tradicionales del partido aunque haya un sector que le apoya para evitar que salgan otros. Él se recorría las carreteras de toda España con su coche. Incluso alguna vez estuvo a punto de quedarse dormido. Eran días fuera. Fue creándose una base de apoyos de esa forma. No está el momento para agitar fantasmas, pero el recelo que suscitó en algunos sectores fue eso, ¿quién es este nuevo que se nos mete aquí? Lo venían casi como un intruso.
-Y dio un golpe sobre la mesa.
-Obtuvo un caudal de votos y de apoyos.
-Cuando dialogan, ¿lo hacen sobre rasgos de comportamiento o política?
-Hablamos de política. Hacemos sesiones muy largas, yo creo que demasiado largas, de debate y de contraste. Yo estuve en otra ejecutiva en la que se hablaba bastante menos. En esta hemos empezado por la mañana y hemos acabado a las siete de la tarde. Pedro tiene una altura de miras políticas grande. Vive los problemas políticos y sobre todo los de los jóvenes. Él sabe lo que es estar en paro. "Tu única ocupación es mandar curriculums y que no te contesten", me ha dicho alguna vez. Ha estado como becario o falso autónomo. Está convencido de que la cuestión juvenil es la cuestión número uno de España. Una sociedad que no garantiza el futuro de los jóvenes está abocada al fracaso. Debe garantizar unas condiciones de vida para los jóvenes ¿Por qué aumenta el número de niños pobres en España? Porque muchas veces los pocos jóvenes que se emparejan y tienen hijos se ven abocados a situación de pobreza. En el libro de la cuestión juvenil, que ha durado seis años y es el penúltimo que he publicado, se me saltaban las lágrimas. Y eso es algo que un sociólogo nunca debe hacer. Ellos han estudiado, han cumplido con lo que se les ha dicho y la sociedad no les da lo que se merecen.
-Lo de romper con la estructura caciquil y el clientelismo también significa romper con algunas partes o autonomías del partido. Caso de Andalucía.
-Si nosotros hiciéramos una encuesta ahora mismo, que probablemente la hagamos entre los afiliados y demás para ver qué piensa, creo que casi todos quieren participar más. Además es lógico, en esta sociedad hay una demanda permanente de calidad democrática. Los jóvenes ya no son educados en familias patriarcales. Son familias abiertas. En sociología se habla de la familia de iguales, en las que se discute que se va a hacer en Navidad o en cualquier vacaciones. Y ahora llega un partido en el que te dicen, calla y obedece... Hay que hacer un partido joven.
-¿Que queda de lo que aportaba usted al partido en tiempos de González o Guerra?
-Estoy en lo mismo. No he cambiado mucho. La base de la social democracia es luchar por la equidad, por la igualdad, por el trabajo, por la dignidad de la persona y los métodos democráticos.
-¿Qué política le entusiasma más?
-Pues cuando hacíamos aquellas cosas yo me lo creía. Pensaba que tras la primera fase de gobierno, que fue positiva, de Felipe González, la evolución del modelo de partido tenía que ser algo de ese tipo. Lo defendimos. Y tengo artículos escritos. He escrito libros criticando la falta de democracia, incluso una trilogía analizando las desigualdades y la urgencia de corregirlas. En segundo lugar, el trabajo perdido y el tercero era sobre la democracia incompleta. No hemos llegado al punto y final. Y estamos en ese camino. El socialismo se comprometió en esos tres elementos. Muchas de esas cosas que algunos estábamos escribiendo pueden hacerse realidad. Es algo que tienen que ver con estos ideales que dan fuerza al socialismo.
-La forma de hacer política ha cambiado y ha sido difícil de interpretar por los políticos.
-Sin duda. Todos los cambios cuesta. Entre las muchas cosas que hemos aprobado en el Congreso es la limitación de mandatos. Aquellos que están durante mucho tiempo en puestos de representación se acaban creyendo dioses y acaban actuando como dioses. Jerarcas absolutos.
-¿Y los aforados?
-Para los posibles imputados sería mejor una justicia ágil, inmediata y garantista. Hay personas que han estado sometidas a procesos de años y nunca han acabado. Ha habido procesos muy duros, se ha hablado mucho del de Demetrio Madrid, un hombre honrado. E incluso el propio hermano de Alfonso Guerra fue objeto de cinco procesos. La primera persona procesada en España por delito fiscal. Y fue absuelto de todos. Una sociedad democrática debe tener garantías de una justicia no politizada. Y acaba asesinando políticamente a las personas. La justicia se ha utilizando muchas veces como linchamiento. Así que acabar con tratamientos especiales creo que sería positivo.
-¿Cuáles son los retos socialistas aparte del drama juvenil?
-El de la política de rentas. Hay una progresiva desigualdad. No solo desde el punto de vista general de las rentas de capital, que hace mucho tiempo que han superado las rentas de trabajo, lo cual es raro por razones cuantitativas. Se está produciendo una concentración de riqueza que muchas veces va a paraísos fiscales mientras que hay un deterioro de la renta del trabajo. Tratar esto es lo único que garantizaría la capacidad sostenida de la recuperación de la economía española. En España, en este momento, hay dos millones y medio de trabajadores pobres. Personas que trabajan pero con un salario por debajo del nivel de pobreza. Trabajar ya no te garantizar salir de la pobreza. Esto es incubar elementos de destrucción en el sistema. Lo genial de Ford no fue producir en cadena, sino subir los salarios de sus trabajadores de forma extraordinaria. Los empresarios de la época le decían que estaba loco, que los iba a destruir. Su respuesta era clara: "Sois vosotros, ¿por qué si no pagáis salarios dignos quién va a compraros la cosas que producís? ¿Sale del aire el dinero?".
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