Elisa Bernárdez lleva más de treinta años al lado de los niños ingresados. Es la veterana de la plantilla docente de las aulas hospitalarias de la provincia y toda una institución educativa porque lleva más de media vida de pedagogía hospitalaria bajo un patrón de comportamiento que se articula sobre una frase de Serrat: Lo importante no es lo que te ocurre, sino como lo afrontas. "Hay que tratar al niño como a un niño y no como a un enfermo. La escuela normaliza su vida y ayuda a su recuperación". Recuerda que cuando empezó, a finales de los ochenta, no había área pediátrica y tenía a más de treinta menores repartidos por todas las plantas. "Ahora podemos atenderlos casi a la carta, tenemos preparados las cajas de materiales para cuando entran y a partir de ahí flexibilidad máxima para que aprendan y no se descuelguen en el colegio". Su balance de este tiempo en el hospital no puede ser mejor. "Es una experiencia que te cambia la vida, te enriquece y te ayuda a ver las cosas de otra forma". Al igual que sus compañeros, realiza una importante labor psicológica con padres y madres porque "las familias nos tienen que ayudar a quitarle los miedos a los pequeños y a poder entrar en su mundo, ya sea con dinosaurios o princesas". Elisa ejerce como maestra, pero casi ni se enteran al hacerlo de forma lúdica para engancharlos. "Hay que mimarles, pero tratando que aprendan", añade.
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