Más de 200 familias de Los Lobos luchan para salvar sus casas y tierras de las expropiaciones

A doscientas familias de la pedanía cuevana de Los Lobos apenas les queda ya tiempo para lograr que sus casas y sus tierras de labor no sean expropiadas por el Gobierno para la construcción de una reserva para la tortuga mora. Sobre los terrenos ya hay picas clavadas por los técnicos de Fomento, señalizando las futuras obras que se van a acometer. Sin embargo, ellos aún siguen luchando para mantener sus propiedades.

Desde hace unos días, los vecinos afectados han abierto una petición de firmas en la web Change.org con el fin de hacer llegar a las autoridades sus reivindicaciones. Ayer por la tarde ya sumaban cerca de 2.000 apoyos.

Bajo el título "Siete días para salvar las vidas de 200 familias", los vecinos de Los Lobos hacen un llamamiento a la población y, sobre todo, a las autoridades para que entiendan su posición. "Imaginaos que un día os enteráis de que os van a echar de vuestras casas, os van a quitar vuestras tierras y que os dejan sin el pan que os alimenta a vosotros y a vuestras familias", explica Blas Guevara, el autor de la petición en la web.

Las expropiaciones forman parte del proyecto para la creación de una reserva para la tortuga mora, afectada por la construcción de la vía del AVE Almería - Murcia, que a su paso por Cuevas del Almanzora y cercanías afectará al entorno en donde vive este animal protegido. No obstante, los vecinos de Los Lobos argumentan que "siempre hemos convivido con la tortuga", y además proponen una alternativa de 500 hectáreas "para que se pueda llevar a cabo el proyecto de la reserva de tortugas, en un hábitat natural que coincide con el entorno en el que habitualmente vive esta especie y que no compromete nuestras casas y tierras ni la zona de reserva de la tortuga mora".

Para acabar con lo que consideran "un sinsentido", Guevara explica también que "nuestros abuelos, padres y ahora nosotros, siempre hemos convivido con esta especie, la cual hemos considerado parte de nuestras vidas y de nuestro entorno. Ahora unos políticos y expertos, o eso dicen, quieren echarnos a 200 familias de casas, tierras de labor y destrozar nuestro sustento y nuestras vidas para que nuestra vecina de siempre, la tortuga mora, se quede sola en este lugar. Ella no quiere y nosotros tampoco".

Por último, los afectados reclaman poder "seguir viviendo en nuestras casas y que nuestros hijos sigan jugando donde siempre hemos vivido, queremos seguir ganándonos el pan y alimentar a nuestros hijos en la tierra que nos vio nacer y en la que convivimos con nuestras vecinas las tortugas".