El mal fario de la guardería fantasma de Almería no cesa

Almería

Los dueños se le multiplican como los panes y los peces al Ayuntamiento

Edificio destinado a guardería en Blas Infante
Edificio destinado a guardería en Blas Infante / Rafael González

El mal fario del edificio que construyó hace 40 años el gremio de los taxistas en Blas Infante (Nueva Andalucía), no ha cesado. Si en aquel entonces esta aspirante a guardería se quedó con las puertas cerradas para siempre, ahora la obtención de la titularidad de este inmueble se le atraganta al Ayuntamiento de Almería. Han sido años de negociaciones para alcanzar un acuerdo con los propietarios y estos se han multiplicado como los panes y los peces. De los 400 dueños iniciales que aproximadamente son ya, por derechos hereditarios, más de 1.500 personas pendientes de pasar por la casilla de la firma que le aporte de al Consistorio la propiedad absoluta.

Sobre este objetivo ha hecho referencia la portavoz municipal del Partido Popular y actual responsable del área de Presidencia (antes lo era de Urbanismo), Ana Martínez Labella, quien ha enfatizado la “complejidad” de entrar en este edificio que tantos problemas ha venido dando a los residentes de la zona por esas cuatro décadas de abandono (plagas de roedores, incendios, ocupas, suciedad...).

Según ha abundado la representante del PP, este último tramo del proceso está siendo lento. “Tienen que firmar uno a uno y son más de 1.500 personas las que tienen que hacerlo para que el Ayuntamiento pueda ser el propietario absoluto”. No es mucha cantidad la que llevarse a la bolsa –con anterioridad se hablaba de 1,450 euros cuando la propiedad proindivisa pertenecía a 398 personas–, y por ahora, han estampado su rúbrica apenas 150.

“Hasta que no tengamos todas las firmas, los técnicos municipales no pueden acceder al edificio al objeto de comprobar el estado en el que se encuentra para poder abordar el proyecto”.

La idea con la que el Ayuntamiento iniciaba en 2019 el expediente para la consecución de contenedor de problemas era invertir en su rehabilitación y adaptación interior para su puesta en uso como centro social y vecinal, de acuerdo con las necesidades expuestas por los propios vecinos, si bien el largo recorrido que queda aún por delante será el que acabe por determinar para qué servirá.

Una historia de 40 años que sigue alargándose

Este inmueble procede de una propiedad proindivisa de 399 titulares de la antigua cooperativa de los taxistas. En su día, recibieron una vivienda, una plaza de garaje y 17 metros cuadrados de este peculiar edificio sobre el que se acordaría su uso como guardería. Esperaban una subvención que nunca llegaría por lo que la guardería no se creó. Desde la Alcaldía de Juan Megino, el Ayuntamiento ha hecho varias intentonas y estando en el gobierno el extinto partido Gial se obtuvo la cesión de calles y jardines. En 2019, refrescado este tema enquistado por Cs, Urbanismo iniciaba el expediente para la obtención del edificio.

stats