Es mediodía. Los primeros actos de la mañana dejan paso a una necesidad urgente. Hay que comer.Los bares clásicos de la capital redoblan esfuerzos para atender la alta demanda.

En el número 7 de la calle Jovellanos se encuentra una leyenda. El Casa Puga acapara todas las miradas por la excelencia de su gastronomía. Fundado en 1870, lleva muchas ferias a sus espaldas y sabe bien el tapeo que necesita la capital. Los jamones colgados del techo y su decoración “de toda la vida” son fundamentales.A unos pocos metros, Real 31 aborda la cocina mediterránea con innovación y tradición. El fresco salmorejo se combina con las mejores carnes y los que no pueden faltar como una buena tapa de jibia o el mejor atún de la tierra.

Callejeando por la zona del Paseo de Almería no puede faltar ‘Entrefinos’, una taberna que se llena durante los días festivos. Una calle de bares para no parar de saborear. Y, los que anden junto a la Puerta Purchena y ya se hayan dado un buen festín comiendo, deben ir al ‘kiosco Amalia’ para disfrutar de su gran “americano” o un “quemaillo”. En sus cien años de historia, los dueños del kiosco han visto desde su atalaya la historia de una ciudad que a final de agosto siempre celebra la vida.

Pero, si el paseo de Almería queda lejos, otros puntos de la ciudad también son una gran opción. El quiosco Hammurabi, en pleno cruce de Carretera de Ronda con Blas Infante, es una opción imperdible. Conviene llegar pronto, ya que las multitudes llegan con velocidad para degustar las tapas.

Los clásicos calamares son una obligación para los amantes del buen pescado mientras que el secreto, adornado con un pimiento verde de los invernaderos almerienses, es la mejor opción para los que no pueden pasar un día sin comer carne. Y una alternativa dulce por si las tapas no han llenado el estomago de los clientes. Los crepes son marca de la casa y están rellenos de todo tipo de alimentos increíbles.

Para consumir un buen producto de la tierra, el restaurante de Tony García, junto al Avenida Hotel, es la opción. Una carta dispuesta para todo tipo de públicos y de gustos. Los más adictos a la playa también tienen una oportunidad para comer con sabor almeriense en la feria.

Junto al mar, la ‘cabaña del Tío Tom’, uno de los lugares míticos de la gastronomía almeriense, ofrece todo tipo de tapas para disfrutar, desde la clásica patata asada hasta la carne con tomate. Una ruta para perderse por los bares de Almería durante toda la semana.