Cuatro formas de lucir un traje de luces
Yllana es sinónimo de carcajada asegurada. Los cuatro actores que representaron ¡Muu! 2 conquistaron a los asistentes del Auditorio con situaciones cómicas y algunas en las que el mismo público era parte protagonista.
Colocar las banderillas, el nacimiento de un toro con la evolución de su vida desde que nace hasta que va a la plaza, los rezos en la capilla y el miedo al animal fueron algunas de los momentos que sirvieron de excusa perfecta para que el humor de Yllana se reflejara durante toda la representación. Los actores que dieron vida a los toreros de la obra fueron Antonio Pagudo, Luis Cao, Fidel Fernández y Juan Francisco Ramos.
La representación comenzó con un aviso de la compañía en clave de humor: "Ningún animal va a sufrir. Si te suena el móvil, banderilla; si grabas en vídeo, oreja y rabo; y si nos recomiendas en Twitter, por la puerta grande".
La primera parte fue la presentación de personajes mediante gestos y sonidos de los actores. Se podían ver distintos tipos de toreros como el que triunfa por su físico, el afeminado que se hace el tipo duro, el que no da una y el mediocre.
El público entró pronto en la representación y desde el primer momento reía a carcajadas y aplaudía de forma espontánea y al unísono las distintas historias que se presentaban en la obra.
Desde el comienzo hubo conexión con el público, uno de los actores lanzó una bolsa de deporte que sorprendió a uno de los espectadores que la devolvió pero con la mala puntería de dar a otro de los que se encontraba en filas de delante. Esta situación provocó que el Auditorio entero riera. Otros momentos que se vivieron junto al público fue el reparto de pipas, incluso sin la bolsa, y el lanzamiento de almohadillas.
Uno de los personajes que más carcajadas suscitaron fue el torero afeminado encarnado por Luis Cao. Su relación con sus compañeros y el cariño especial que éste quería transmitirles gustó a los asistentes.
Los propios toreros sufrieron lo que duele unas banderillas en sus propias carnes con unos accidentes continuados, y siempre bajo el prisma de la comedia.
No faltó la música de un pasodoble, un picador subido en su caballo, los actores disfrazados de toro y vaca, e incluso encarnaron la talla de una Virgen.
Los actores convencieron de principio a fin y obtuvieron un sí del público ejidense con una gran ovación, un fuerte aplauso y todo el público en pie. Yllana acierta una vez más con una adaptación de una representación que ya ha cumplido su 20º aniversario. El mundo de los toros salió fortalecido con una obra hecha con cariño y con el humor inteligente que caracteriza a esta compañía.
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