Los hermanos del Santo Sepulcro llevan a Jesús hasta el madero

Puntual a su cita, en un calurosa mañana de Viernes Santo, con el castillo de los Vélez como testigo, la Hermandad de Santo Sepulcro ha procedido al traslado procesional de la imagen articulada de Jesús hasta el templo parroquial de Santiago Apóstol. Bajo el dintel de la puerta del convento de San Luis, el féretro santo, llevado por catorce hombres, de túnica negra, capa roja y guantes blancos han iniciado el traslado de la imagen de Cristo al ritmo que marca la banda de música municipal al interpretar la marcha "Sepulcro", escoltado por la Guardia Civil y la Policía Nacional y acompañados por los hermanos de la Hermandad de Santísimo Cristo de la Yedra.

Como marcan los estatutos de la Hermandad del Santo Sepulcro fundada en 1586, solo participan hombres, tradición que se va manteniendo generación tras generación. El paso lento, majestuoso, va llevando el féretro por las principales calles del pueblo. En las diferentes esquinas y cruces de calles es numeroso el público que espera el paso del cortejo hasta llegar a una abarrotada iglesia parroquial.

Llega el momento álgido, la crucifixión. Los sentimientos se desatan, al interpretar "Descanse en Paz". El cuerpo de Jesús es presentado a los cientos de vecinos y visitantes por tres hermanos vestidos de negro riguroso. Es fácil no derramar una lágrima al presenciar cómo se crucifica, el golpe seco del martillo golpeando sobresale al clavar las manos y los pies del nazareno. Finalmente, una corona de espinas adorna su cabeza. Todo está cumplido. Sobre el madero pende el cuerpo sin vida de Jesús, al que todos los fieles, en silencio, se acercan a adorar.