Las hierbas de María Montoya
Mojácar cuenta con una vecina que se encarga de buscar cura a las enfermedades con remedios naturales · La Naturopatía ha vuelto a poner de moda los métodos médicos de la antigüedad
A Hipócrates de Cos se le atribuye aquello de 'que tu alimento sea tu medicina' y, también, el Juramento Hipocrático, una declaración de carácter ético profesional que define las buenas prácticas de los médicos. En el mismo tiempo y nos remontamos al siglo V antes de Cristo, existió otro Hipócrates, el de Quíos, matemático que hizo la cuadratura de la lúnula. Como este Hipócrates no tiene nada que ver con las hierbas de María Montoya Benítez, lo dejamos a un lado para uso y disfrute de los aficionados a las matemáticas y a las cuadraturas.
A María Montoya le quedan dos cursos para obtener la licenciatura de Naturopatía en la Universidad de Granada, estudios que inició porque "desde siempre me ha interesado la medicina natural, la alimentación ecológica. Leía y leo libros relacionados con la alimentación, con las hierbas. Fíjate que los remedios naturales son tan antiguos como el hombre, muchas de las personas que vienen por aquí me dicen que es como volver atrás, y la verdad es que sí, que, sin ir más lejos, mi abuela se curaba con hierbas, porque también es verdad que hace años no todo el mundo podía pagar a un médico o vivían en zonas adonde el médico no llegaba, entonces se curaban con remedios caseros".
Dice María Montoya que los naturópatas intentan llegar a la raíz del problema que provoca la enfermedad, mientras la medicina alópata, la medicina convencional, palia el síntoma "si tienes un dolor de cabeza el médico te receta un analgésico, te alivia el dolor, pero ese dolor va a estar ahí, mientras un naturópata hace un anannesis , una consulta, en la que podemos estar con el paciente más de una hora investigando sus hábitos: cual es su color favorito, como se siente mejor si en el frío o en el calor, que come, como duerme, una serie de preguntas que pueden parecer normales y que, sin embargo, ayudan a conocer la raíz del dolor, de la enfermedad".
Los frascos de cristal colmados de hierbas llenan los estantes. Los nombres son poéticos: pasas sultanas, soja blanca, amaranto, mijo, semillas de amapola. María asegura que sus hierbas "no llevan nada químico. Hombre, el envasado ya no es como antes, ahora hay industrias que encapsulan y envasan las hierbas medicinales, pero no contienen nada químico, todo es natural".
La conversación con María Montoya lleva el fondo sonoro de la fuente de Mojácar, donde los moros entregaron las llaves a los cristianos, donde las mojaqueras llenaban los cántaros de agua y los ponían en sus cabezas para subirlos al pueblo, donde las mujeres lavaban la ropa, donde se hace cola para llenar garrafas de agua.
Una señora se acerca y le dice a María: ¡funciona! Así, sin más. María sonríe y explica que es un remedio que le ha dado a la buena mujer, un remedio de los muchos que da a diario. María Montoya y Benítez por parte de madre, tenga la misericordia de darnos algunos consuelos, vamos mujer: "toma nota: para una buena digestión, infusión de regaliz después de las comidas; el extracto de piña y las infusiones de cola de caballo son aconsejables cuando hay retención de líquidos; para un buen tránsito intestinal, lino dorado en el desayuno; la levadura de cerveza va muy bien para el pelo, la piel y las uñas".
A María acuden también personas de hábitos vegetarianos, o sea, de las que no comen carne o pescado o ni carne ni pescado "las personas vegetarianas suplen las proteínas de la carne y el pescado con Tofu, un alimento originario de Oriente consumido desde hace miles de años y que para millones de personas es la fuente principal de proteínas en sus dietas, como los extractos algas tienen tanto calcio como la leche y no es perjudicial ¿no te has fijado que el ser humano es el único mamífero que sigue tomando leche después de haber sido amamantado?".
Posiblemente así sea, pero, digo, un buen solomillo, unos huevos fritos con patatas. María Montoya aclara "que hay grados en la dieta vegetariana hasta llegar a los Veganos, vegetarianos puros con una dieta que excluye por completo los productos de origen animal, en algunos casos renuncian a los tejidos de origen animal, evitan los productos que están elaborándose mediante experimentación animal y no asisten a espectáculos en los que se usen animales".
Lo que comemos es lo que somos, señala María, además del puñetero estrés que todo lo complica "una de las causas de la mayoría de las enfermedades, sobre todo digestivas y coronarias. Comer lo que uno quiera, pero de forma sana, y templar los nervios, no dejarse llevar por el estrés".
Si la mayoría de los nutricionistas coinciden en un buen desayuno, María Montoya nos apunta uno "muy saludable y energético, a saber: leche de soja o avena o arroz, la fruta que se desee, 3 cucharadas de copos de avena; dos cucharadas de levadura de cerveza; una cucharada de lino dorado. Todo esto se pone en la batidora, se bate y tenemos un desayuno sano, sano".
Por probar que no quede. Prometemos, María, decirte cómo funciona.
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