La historia del litoral almeriense a través de sus torres y castillos

Los turistas pueden disfrutar de estas fortalezas que sirvieron para la defensa ante ataques

El castillo de Santa Ana es uno de los principales atractivos turísticos de Roquetas de Mar.
El castillo de Santa Ana es uno de los principales atractivos turísticos de Roquetas de Mar.
Redacción

20 de agosto 2014 - 01:00

Uno de los elementos patrimoniales e históricos más interesantes que el destino 'Costa de Almería' pone a disposición de los turistas son sus castillos y torres junto al litoral, antiguas fortalezas que sirvieron para defenderse de los saqueos por parte de los piratas y de los intentos de invasión.

Los siglos XVI y XVII fueron los más activos a la hora de construir estas edificaciones, al convertirse Almería en un punto estratégico del Mediterráneo, muy atractivo para el abastecimiento o para conseguir importante botines mediante el hurto. Ante esta situación comenzaron a proliferar los castillos y torres que, con el paso de los años, cambiaron su función original para convertirse en un gran atractivo por su belleza.

En el Poniente, el Castillo de Guardias Viejas es una visita obligada, muestra de una zona que, desde el Imperio Romano, se convirtió en una ruta casi imprescindible para quienes vivían del mar, de una u otra forma. De más antigüedad es la Torre de los Cerrillos, que durante la época de Felipe II fue construida con una marcada finalidad defensiva.

En muy buen estado y con un amplio programa de visitas, el Castillo de Santa Ana es uno de los grandes reclamos turísticos de Roquetas de Mar. Su origen data del Siglo XVI y su construcción obedeció a los intentos por frenar los robos de sal que eran muy habituales en esta zona. El consistorio roquetero emprendió una ambiciosa restauración de este castillo que se culminó en el año 2003 y que ha permitido ponerlo a disposición de vecinos y turistas y dotarlo de contenidos culturales.

La Torre de Balerma está integrada en pleno casco urbano de esta pedanía ejidense y formó parte, en el Siglo XVIII, de un complejo sistema para defender el Reino de Granada. Su función fue proteger la zona litoral comprendida entre Los Cerrillos y Guardias Viejas. De la Torre de la Garita, en Dalías, aún quedan vestigios que pueden ser visitados de una construcción musulmana que emergió tras el nombramiento de Almería como medina por parte de Abd-Rahman III.

En la capital almeriense, se pueden encontrar magníficas defensas de la etapa musulmana y torres levantadas con posterioridad. Un buen ejemplo es la Torre del Perdigal que data del Siglo XVI y que durante la Guerra Civil española ejerció de refugio antiaéreo. Por su parte, Torre García se mantiene en un gran estado de conservación, tras ser restaurada en 1998 y es un aliciente más del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. La Torre de Cárdenas es el símbolo de todo un barrio y una frontera imaginaria entre la capital y Huércal de Almería. Se trata de una estructura militar muy dotada para tareas de vigilancia.

El Castillo de San Felipe, en Los Escullos, es uno de los mejores conservados de la provincia de Almería y fue clave en la defensa marítima de Almería, como el Castillo de San Ramón y el Castillo de San Pedro, también ubicados en pleno Parque Natural de Cabo de Gata. Mesa Roldán, construida por Carlos III, fue el origen de la construcción de torres-baterías y dio lugar a la Ruta de los Piratas. La Torre Blanca, muy cerca de San José, ha tenido una trayectoria azarosa, siendo destruida y reconstruida en diferentes ocasiones.

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