Un 'hobby' convertido en una profesión artesana

Ana Rosa Jiménez, tras padecer una enfermedad que la obligó a abandonar su trabajo, se dedica a vender obras de arte hechas de ganchillo, lana o punto de cruz

Los usuarios se acercan al puesto atraídos por el color.
Los usuarios se acercan al puesto atraídos por el color.
Carmen López / El Ejido

17 de abril 2012 - 01:00

Aunque viene bordando desde que tiene uso de razón, lo que siempre ha sido un hobbie en su vida, que además le ha permitido obtener un dinerillo extra en ocasiones, ahora, cuando menos lo esperaba se ha convertido en su profesión. Ana Rosa Jiménez Amat es una vecina de El Ejido, de 47 años, que tras padecer una enfermedad, que le afecta a su columna vertebral, se veía obligada a abandonar su puesto de trabajo en una finca experimental agrícola. Cuenta con más tiempo libre, y su alma inquieta le ayuda a reinventarse cada día. "Desde los ocho años bordo punto de cruz, a máquina y marco al hilo tanto pañuelos como manteles de lino, pasando por toallas, panamá,...Y es que antes te enseñaban a hacer de todo. Aunque siempre he hecho encargos para conocidos, como toallas, mandiles, mantelitos, lo hacía por hobbie, pero ahora sí es más mi medio de vida. Pero está claro que si no te gusta esto es imposible que lo hagas porque has de dedicarle muchas horas", afirmaba Ana Rosa Jiménez.

Sus creaciones siempre han sido un reclamo entre quienes la conocen, de ahí que tras verse obligada a dejar de trabajar se decidiera a dedicarse por completo a sus creaciones artesanas. A causa de su enfermedad no puede realizar otro tipo de trabajo, de hecho, "tampoco puedo coger la máquina para bordar, por ello todo lo hago a mano. Pensé que las cosas hechas a mano siempre son valoradas, originales y exclusivas.

Por falta de tiempo o práctica, no todo el mundo puede disponer de estas prendas, por lo que intento poner precios económicos y sobre todo, siempre he hecho mi trabajo con la intención de que el cliente quede satisfecho", matizaba. Ana María lo mismo crea un accesorio, que una prenda de vestir o ropa para el hogar, todo en hilo, lana o algodón, ya sea a mano, a máquina, bordado al hilo, vainica, punto de agujas o de cruz o ganchillo. Para ella todo lo que sea posible crear con esas técnicas es un nuevo reto por ello "siempre estoy pensando en qué nuevas cosas hacer. De una idea voy cambiando e innovo algo diferente", sostenía.

Igual crea un caza sueños, que anillos, flores decorativas en lana, felpas, posavasos, manteles, incluso bolsitas individuales personalizadas, que son un reclamo como recordatorios de comuniones, bautizos, bodas,... También se pueden usar como perfumadores de armario. Diferentes motivos, e incluso hace bufandas en redondo, sin costuras, que se pueden utilizar como bufanda o chal. Todo es posible si es ella quien lo crea porque su imaginación es enorme, y si algo no se le ocurre y alguien se lo pide, lo hace sin más. Y es que para ella es una pasión.

Además, quiere poder llegar a todo el mundo por lo que "si alguien quiere que le salga más económico y que le combine con colores que tenga en casa, puede llevarme el género, y decirme los colores que quiera y yo le hago el ganchillo o dibujo lo que quiera", matizaba. En cuanto a los precios van desde 1,50 euros que puede costar uno de sus anillos a 1.700 euros que alcanza una de sus mantelerías, "pero es que es muy laborioso. Estamos hablando de un trabajo de en torno a dos meses".

Entre sus próximas creaciones se encuentran las colchas de yoyo, "hechas con trozos de tela reciclada haciendo unas florecitas que se van uniendo unas con otras. No están muy vistas por aquí. También quiero hacer jarapas y alfombras, de tela reciclada y ganchillo, que aunque se hace con tela reciclada, hay que cortar todas las tiras y luego trabajarlas". Además de por encargo, Ana Rosa también se traslada a distintos mercadillos de el Poniente donde expone algunas de sus creaciones. Además, intenta llevar a los mercadillos las cosas más coloridas, originales y divertidas para atraer a más gente.

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