Acogimiento Familiar

Un hogar temporal repleto de solidaridad y amor para niños que no tienen a sus padres

  • Carlos y Carmen han dado la oportunidad de tener una familia a diez menores, desde que en el año 2016 decidieron formar parte del programa de Acogida de Cruz Roja

  • En la actualidad son 20 los que esperan una familia de acogida en la provincia

  • A lo largo del pasado año 2020 fueron 138 las familias que acogieron a 167 niños en Almería

Carlos con su bebé de acogida en brazos.

Carlos con su bebé de acogida en brazos. / Javier Alonso

Exclusión social, dificultades graves con patologías y/o adicciones, ingresos en prisión, fallecimientos repentinos, indicadores de maltrato, falta de apoyo... Son muy diversas las causas que motivan la separación de un menor de su familia biológica.

Múltiples factores de riesgo que comprometen el bienestar infantil que son consecuencia de la falta de capacidad de cuidado, crianza y educación de las personas que los tienen a cargo. Las familias, por las circunstancias en las que se encuentran, se ven abocadas a pedir a la administración competente que asuma la guarda temporal de sus hijos, por un tiempo determinado no superior a los dos años, o bien la administración retira la tutela tras haber verificado una situación de desprotección o maltrato infantil.

Carlos y Carmen son ejemplo de solidaridad con la infancia. En 2016 vivieron de cerca la retirada de un bebé de sus padres biológicos. Una experiencia que emocionalmente les afectó y que les motivó a arropar a esos pequeños que se ven obligados a separarse de sus padres. “Mi mujer y yo no teníamos hijos. Después de vivir aquella situación comenzamos a venir a las charlas de acogimiento de Cruz Roja”.

Carlos pasea a su bebé de acogida junto a la responsable del programa en Cruz Roja. Carlos pasea a su bebé de acogida junto a la responsable del programa en Cruz Roja.

Carlos pasea a su bebé de acogida junto a la responsable del programa en Cruz Roja. / Javier Alonso

“Aquí nos dimos cuenta de la cantidad de niños que hay en centros de acogida”, cuenta Carlos. Desde entonces, su mujer y él han dado la oportunidad de tener una familia a un total de 10 niños de entre 0 y 4 años. Ahora tienen en casa un pequeño con poco más de 26 meses y un bebé de casi un año que recibían recientemente en su hogar. “Nos llamaron a casa y nos dijeron que había un bebé en un centro de menores y nos explicaron las características”.

“Sientes que necesita ese acogimiento. Que necesitan que los quieran, que los protejan”. “Los niños tienen que ser felices porque tienen que estar ajenos a todos los problemas”. “Y ese es nuestro deber como padres de acogida”, cuenta Carlos orgulloso y satisfecho de sus experiencias, de diez actos de solidaridad que culminan cuando vuelven con su familia biológica o cuando se van en adopción.

“Es el momento más bonito. Sabes que vuelven con sus padres porque ya se ha solucionado el problema. Y si es adopción pues sabes que es deseada”.

Carlos da el biberón al bebé. Carlos da el biberón al bebé.

Carlos da el biberón al bebé. / Javier Alonso

“Es el momento más bonito. Sabes que vuelven con sus padres porque ya se ha solucionado el problema. Y si es adopción pues sabes que es deseada”. Carlos y Carmen no se han planteado la opción de adoptar. “Cuando sabes que hay niños que necesitan este acogimiento, no podemos”. Sus ojos irradian felicidad, su mirada reconforta cuando relata “que los quieres como si fuesen tus hijos”. “Nos llaman papá y mamá y cuando se van nos siguen llamando mami Carmen y papi Carlos”.

“El segundo niño que tuvimos en acogida con 7 meses se fue con sus padres y la primera vez que dijo adiós fue cuando se despidió de nosotros”. “Los vamos preparando para ese momento con ayuda técnica de los profesionales de Cruz Roja. Es un proceso de adaptación, y es muy ilusionante la primera vez que lo vives”. Carmen trabaja y Carlos estudia. Él se encarga de los pequeños por la mañana y su mujer por la tarde. “Nos repartimos muy bien el trabajo”.

Bromea cuando recuerda como la primera vez “nos preocupaba el tema cunas, carros, bañeras... pero fue increíble como nos juntamos con tantas cosas que tuvimos que hacer un trastero”. Este padre coraje asegura que continuará mientras pueda acogiendo a esos pequeños que tanto lo necesitan. “Te llena de orgullo porque sabes que estás haciendo un bien”.

A lo largo del pasado año 2020 fueron un total de 138 las familias que acogieron a 167 niños y niñas en Almería. En la actualidad son 20 los menores que esperan una familia de acogida en la provincia. El Acogimiento Familiar no es lo mismo que la Adopción, ambas son medidas de protección jurídica, pero responden a necesidades infantiles y expectativas en los adultos diferentes.

La adopción es irrevocable y genera vínculos jurídicos entre los adultos y los niños equiparables a la maternidad y paternidad biológica. Como criterio general, la naturaleza del acogimiento es siempre temporal pero no hay que descartar que pueda ser permanente. Su duración abarcaría hasta que se mejoran las situaciones que determinaron la separación con su familia de origen y/o se propone una solución duradera para el niño.

El nuevo marco legislativo en materia de Protección a la Infancia y Adolescencia (Ley 26/2015) prioriza la medida del acogimiento familiar frente a las medidas residenciales, teniendo en cuenta el total consenso legal, científico y profesional en referencia a que los niños y las niñas deben desarrollarse en el seno de una familia y, si no puede ser en la de origen por determinadas circunstancias, deberá ser en otra alternativa.

Vivir en familia, la mejor opción para los menores

El Acogimiento familiar ofrece la posiblidad a los menores de que se desarrollen en otra familia mientras se intenta solucionar la causa que conllevó a la separación de su familia biológica, con la cual se pretende que sigan teniendo contacto a través de visitas pautadas si eso fuera posible.

Los niños y adolescentes de hasta 18 años en acogimiento familiar reciben una atención individualizada que les permite crear vínculos positivos, construir otras formas de relación, aprender pautas educativas y habilidades de la vida diaria, facilitando sus relaciones sociales y creando expectativas de futuro.

También la familia de acogida puede dar la oportunidad de criarse en un entorno afectivo, con un compromiso emocional individualizado y estable para favorecer el apego seguro. Depende de la modalidad del acogimiento, de la situación y de las necesidades del menor la duración es mayor o menor.

Por ejemplo, la duración máxima de la guarda voluntaria y/o temporal es de dos años a menos que se aconseje excepcionalmente prorrogarla (y esto se ha de justificar mediante informe por parte de la entidad que lo lleve al ministerio fiscal, pero una guarda permanente puede darse hasta que sea mayor de edad menor en acogida. En el caso de la guarda de urgencia se pretende que sea máximo seis meses o si es una guarda por vacaciones sería solamente ese periodo.

Carlos con su bebé en brazos lleva la bolsa con el lema de la campaña de Acogimiento. Carlos con su bebé en brazos lleva la bolsa con el lema de la campaña de Acogimiento.

Carlos con su bebé en brazos lleva la bolsa con el lema de la campaña de Acogimiento. / Javier Alonso

Desde Cruz Roja se definen 5 fases para el acogimiento:

1.Información; es donde la familia recoge todos los datos sobre en qué consiste el acogimiento familiar y reflexiona si quiere formar parte de este proyecto y en qué modalidad le gustaría participar.

2.Valoración/Formación: La entidad competente realiza un proceso de formación-valoración de idoneidad con la familia y si resulta favorable, y la familia continúa interesada, ésta pasar a un Banco o Bolsa de Familias a la espera de formalizar el acogimiento. Durante ese tiempo seguirá asistiendo a formaciones y la entidad permanecerá en contacto con ella.

3.Incorporación/Acoplamiento: Es en el momento en que se formaliza el acogimiento con uno o varios NNA. Según las características de la familia de acogida y de los NNA así se seleccionarán. El acoplamiento es un proceso en el que ambos actores (familia de acogida y niño/a acogido) se van conociendo hasta que el NNA pasa a convivir con la familia.

4.Seguimiento: La entidad realizará un seguimiento de la familia y del NNA apoyándoles en todo momento durante todo el acogimiento. Facilitará recursos y ayudas y velará por el cumplimiento del Plan de Intervención Individual.

5.Finalización: Dependerá de la situación que determinó la separación familiar, el desarrollo del acogimiento y otros muchos factores. Se pretende que no sea brusco por lo que se necesita una planificación que formará parte del PPI.

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