Un hombre por y para el barrio

Ingeniero, atleta, tuno o partícipe del movimiento asociativo, Rafael Cervantes, sigue activo

Un hombre por y para el barrio
Un hombre por y para el barrio
Rafael Espino

12 de mayo 2013 - 01:00

Almerienses, muchos. Comprometidos, no tantos. Rafael Cervantes reúne los dos conceptos: almeriense e involucrado. Nacido en 1947, ha hecho de su vida lo que su voluntad le ha marcado, siempre dentro de los límites a los que todos estamos sujetos. Él permanece activo, no encuentra motivos para decantarse por lo contrario. Su infancia estuvo marcada por el ejercicio físico, se dedicó al atletismo. Fue entrenado por el histórico atleta almeriense Emilio Campra. Si estás a las órdenes del mejor, algo se te tiene que pegar. El caso es que a Rafael, cuya prueba preferida eran los 1.500 listos, este deporte que se le dio bien. Tanto que al igual que Campra, terminó siendo maestro. "Él me animó a hacerlo, Primero instruí a los alumnos en el Colegio Diocesano de Almería y, después, en el Instituto de Linares (Jaén), donde fui profesor de Educación Física. Tendría entonces unos 22 años", explica Cervantes. Las clases y el dinero que hizo con ellas le sirvieron para licenciarse como Ingeniero de Minas. "Por el día me dedicaba al atletismo y por la noche estudiaba", comenta.

Una vez con la carrera en la mano, y tras haber acudido al servicio militar, su nuevo trabajo le llevó hasta Laguna Verde, en México, hasta donde acudió con su familia, mujer e hijos que le acompañaron y le siguen acompañando en la historia que marca cada día de su vida. "Profesionalmente, mi experiencia en México es una etapa de mi vida inolvidable que duró dos años". Dentro del montaje de las central eléctrica termonuclear, tenía que supervisar el trabajo de los ingenieros para acreditar la garantía del proceso. En torno a 24 meses después, regresó a España y comenzó a trabajar en la Central Térmica de Carboneras, en donde pasaría el resto de su vida laboral, hasta que se prejubiló por motivos de salud.

Una vez aterrizó en España, con apenas 25 años, aterrizó en el barrio de Nueva Almería. Allí se encontró a su buen amigo Ignacio Robles, que por entonces era presidente de la Asociación Nueva Almariya, que se había fundado un par de años antes, en 1988. "Me invitó a unirme a su junta directiva y no pude decirle que no, soy un hombre de servicio social, así que entré a formarte parte de la asociación como secretario para, después, en el año 1994, convertirme en presidente". Al frente de la asociación ha tenido distintas luchas. Encontró un barrio de viviendas dispersas, entre huertos, sin alumbrado público, sin asfalto, con un pésimo servicio de recogida de basuras y sin alcantarillado. Así que bajo su dirección, y con la ayuda de quienes formaron su junta directiva, los objetivos se fueron logrando hasta dar paso al barrio con el que cuentan hoy, con todas sus virtudes, pero con la actividad de una asociación que sigue ahí para corregir los defectos. Y es que, dos décadas después, tras dos periodos de parón, Rafael Cervantes sigue al frente de la Asociación Nueva Almería y lo hace con más motivación que nunca, pero, también, con más tiempo. El formar parte del movimiento asociativo de la ciudad le hizo asociarse al Foro Ciudad, en el que sigue participando: "Ahora estamos en un periodo de letargo debido a la situación en la que se encuentra el país". Pero no con eso, además de ser secretario de la Federación Siglo XXI, también participó en la fundación del Comité Vecinal, junto a otros históricos en estas lides como Liberio López o Jesús Martínez. "La gente desconfiaba del comité, pensaban que no sería capaz de aglutinar tantas formas diferentes de entender la estructura de la participación. Pero funcionó", añade. Por todo esto, Rafael Cervantes es una persona capacitada para hablar sobre la estructura social en la que se encuentra la capital en la actualidad: "Hoy en día el comité va a desaparecer y el motivo es la creación del Reglamento de Participación Ciudadana, que pone orden y media entre ciudadanos y políticos, otorga una bases, una estructura. Estamos en plena evolución y se va a dar un paso muy importante en la organización de la sociedad almeriense. Los ciudadanos tenemos derecho a reclamar y los políticos a escucharnos, ya sea en su despacho o fuera de él, pero la comunicación debe ser directa", manifiesta Rafael.

Su trabajo y responsabilidad como ingeniero, pero también dentro del entramado colectivo le han ocupado gran parte de su tiempo, pero aún le ha quedado para más actividades, por ejemplo, la pesca submarina de caña, la pintura (autodidacta) a la que se dedica con la técnica del óleo aun comenzando con la acuarela. "Incluso me he aficionado a la cocina. He pasado del huevo frito a la paella, pero lo que mejor me sale son los fideos con pescado". Aun así, la afición que más le seduce está relacionada con la música. Hace 16 años que es miembro de la Asociación Provincial de Antiguos Tunos de Almería, así que, junto a doce compañeros más, ensaya todos los jueves y recorre la provincia, para este año ya tienen programados tres conciertos, pero también el resto de España. El próximo destino será La Coruña, allí harán acto de presencia en el Certamen Internacional de Tunas Costa Cálida. Habrá representadas 14 provincias del país.

¿Cuál es el secreto para encontrar fuerzas, ganas y tiempo para todo esto? Rafael lo tiene claro: "Es mi familia, tengo una esposa que vale un imperio y que me ha permitido terminar de trabajar e ir a una reunión de la asociación y después poner su mejor sonrisa. Ahora lo que me apetece es eso, disfrutar de mi familia, de mi hija y de mis dos hijos y que ellos hagan lo propio de mi".

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