El ser humano, desde su origen

Carlos Gardeta y Juan Luis Arsuaga cerraron de forma brillante el fin de semana de ponencias desgranando las dificultades y soluciones fisiológicas del hombre y cómo las ha superado desde sus comienzos

El paleontólogo Juan Luis Arsuaga desarrolla su conferencia.
El paleontólogo Juan Luis Arsuaga desarrolla su conferencia.
Rafael Espino

18 de noviembre 2013 - 01:00

La dificultad del ser humano para nacer como consecuencia de un parto que, desde hace unos cientos de siglos puede entrañar serias dificultades y las huellas que deja en niño y madre son los conceptos básicos sobre los que versaron las conferencias pronunciadas, ayer, en el segundo y último día de las I Jornadas Nacionales de Educación e Innovación de la Fundación Gardeta Fay. Cuáles son nuestros esos automatismos cerebrales de los que nos dota la genética, la posibilidad de corregir sus deficiencias en los primeros meses de vida o qué hace de nosotros un prodigio de la biomecánica son otras de las ideas desarrolladas en un congreso en el que también han colaborado la Asociación de Personas con Discapacidad El Saliente, la cadena Vita Hoteliers y Lamarca.

El paleontólogo de reconocido prestigio mundial, Juan Luis Arsuaga, codirector de los Yacimientos Pleistocenos de la Sierra de Atapuerca, abrió las intervenciones con su conferencia El primer viaje de nuestra vida. La aventura del nacer, en el que describió el complicado discurrir del ser humano a través de la historia centrándose en cómo llega al mundo a través de un parto que se complica más en los humanos que en el resto de los animales. "Para ser humano hay que pagar un precio. Lo pagan las mujeres, pero también todos como fetos. Pagar un precio es lo normal en biología, pero ese precio merece la pena. Nada es gratis en la naturaleza".

Expuso la primera representación mediante realista de lo que es un feto, hecha por Leonardo Da Vinci. "Es un gran artista, pero en el caso de la anatomía no reparaba en los detalles. No es un gran estudioso de esta ciencia", sentenció Arsuaga.

Bajo su criterio, dio sentido a por qué el cuerpo ser humano es un prodigio de la biomecánica, desechando aquellas teorías que la califican de poco eficaz, nada útil. "Groucho Marx decía que la postura bípeda se puede etiquetar de mala dependiendo de con qué se compare. Con un delfín, pues es mala, con un guepardo, que corre a noventa kilómetros por hora, pues también es mala, pero comparada con un chimpancé, que es de donde venimos, pues es buena". Uno de los argumentos que precisó a favor de su pensamiento tiene que ver con el gasto: "Hay gente que se hace 42 kilómetros en un maratón y no hace un desembolso de energía grande. Es eso lo que cuenta, la factura energética".

El desarrollo de la anatomía del ser humano tiene su reflejo en el anillo pélvico, vital en la acción del parto. Aquí, la postura bípeda sí es un inconveniente, pues en los cuadrúpedos la vagina se alinea con el útero, pero en los humanos forma un ángulo de noventa grados. "El cilindro está doblado y retorcido, con lo cual, no solamente tiene que flexionarse, tiene que doblarse para adaptarse, debe girar", añade. El tamaño de la pelvis también puede funcionar como inconveniente: "En los primates inferiores el parto no es ajustado mientras que en los superiores, nosotros, sí". Hace un millón de años, el tamaño de la pelvis era superior. Desde ahí hay que pasar por la Eva Mitocondrial hasta la forma en la que comenzaron a dar a luz las mujeres griegas, donde comenzó a utilizarse una silla de parir. Desde entonces, hasta ahora, poco ha cambiado.

Carlos Gardeta, fundador y presidente de Institutos Fay y de la Fundación Gardeta Fay, cerró el carrusel de charlas. Basó su discurso en los automatismos cerebrales de los que nos ha dotado la evolución para poder sobrevivir en los primeros meses de vida y cómo la maduración de las áreas cerebrales responsables hará posible que estos pasen a un segundo plano. "La organización neurológica va desde la concepción hasta los 7 años. Un cerebro que tiene problemas de formación se puede refabricar para que tenga esa funcionalidad en cualquier momento de la vida. Más allá de los cerebros es posible reorganizar las áreas cerebrales", sostiene.

Gardeta se centró en proceso de estos estímulos hasta los tres meses de vida del ser humano. Donde no tenemos los recursos para sobrevivir por nosotros mismos hasta poseer una organización neuronal suficiente, pero sí que existen los reflejos. Gardeta desgranó la percepción vestibular y su implicación en el desarrollo de las personas: "Es necesario para llegar a ser animal. Para moverse es necesario poder medir el movimiento y de eso trata. Informa en tiempo real de la posición en la que se halla la cabeza. El área subcortical que la procesa adivina por el movimiento de la cabeza: trayectoria, dirección, velocidad, inercia". Su deficiencia perceptiva afecta a la percepción de todos los sentidos, la organización de todas las áreas cerebrales a madurar en momentos posteriores, a las vías aferentes y eferentes y al carácter de la persona.

Por tanto, los reflejos son el producto bajo control de las áreas subcorticales más primitivas del cerebro. Es una reacción especifica, involuntaria y automática, siempre la misma. Fueron necesarios para sobrevivir en el pasado y están presentes desde la vida intrauterina. Llevó a cabo una explicación pormenorizada del Reflejo Tónico Simétrico del Cuello (RTSC) y asimétrico (RTAC), además del tercer reflejo, el de Landau. En la actualidad, Instituto Fay posee un proyecto en marcha para corregir dificultades en edades tempranas.

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