El lado oscuro de Almería

El hundimiento del COLORAO

  • Un pesquero almeriense se hundió frente a la costa de Arenys de Mar, en Barcelona. Cinco marineros pudieron ser rescatados con vida, el resto de la tripulación no pudo sobrevivir

TVE dio la noticia en el Telediario del mediodía. Fue despachada en apenas un minuto. Muchos de los familiares de los protagonistas del terrible suceso se quedaron petrificados ante la pequeña pantalla. Unas horas antes un teletipo de agencias inundaba las redacciones de los periódicos y cadenas de radio informando de la tragedia con un titular expresivo: "Un pesquero almeriense con siete tripulantes a bordo se hunde en aguas de Barcelona. No hay supervivientes"

La noticia corrió de boca en boca en Almería. Van llegando más datos. Se sabe entonces que el pesquero es de Adra. No han muerto todos, hay cinco supervivientes. La angustia y desesperación entre las familias de los pescadores de la localidad abderitana se va desbordando y se suceden las escenas de dolor. A media mañana ya hay confirmación oficial del dramático accidente y sus terribles consecuencias. La multitud se agolpa frente a la Cofradía de Pescadores de Adra, aunque ya los familiares directos saben el desenlace de la tragedia, los vecinos ansían conocer mas detalles.

Poco a poco se conoce lo ocurrido. "El Colorao", un potente barco de pesca se había hundido la madrugada del seis de abril de 1979 frente a las costas catalanas de Arenys de Mar. La muerte sorprendió durmiendo a la mayor parte de la tripulación. En el puente de mando, el imaginaria de turno cumplía su trabajo. Fue un golpe seco, violento, acompañado de un estampido ensordecedor que despertó a los marinero, aunque cinco de ellos no tuvieron tiempo de reaccionar engullidos por el mar al quedarse atrapados en las literas de los camarotes. A dos de los tripulantes la muerte les sorprendió en la cubierta del pesquero.

El buque mercante "Playa Dorada" lo partió por la mitad. El accidente se produjo a unas cuatro millas escasas de la costa. De los doce tripulantes, cinco lograron sobrevivir, los restantes murieron ahogados.

Nada más producirse el abordaje, desde el propio pesquero y en medio de la caótica situación lograron vía radio informar del desastre a la Cofradías de Pescadores de Arenys de Mar que de inmediato captó el mensaje de socorro comunicando lo ocurrido a la Comandancia Militar de Marina de Barcelona desde donde se activaron los dispositivos de rescate.

Dos remolcadores y un guardacostas acudieron a la posición señalada nada más conocerse el suceso. Mientras tanto otros pesqueros y mercantes que navegaban por la zona que habían recibido el SOS navegaban rumbo hacia el lugar del siniestro. Cinco marineros pudieron ser rescatados y se encontraban a salvo.

A las ocho de la mañana, con luz solar los equipos de salvamento ya estaban rastreando la zona en busca de supervivientes, aunque hasta pasadas cuarenta y ocho horas no se localizaron vestigios del "Colorao". Su rescate, hundido a cuarenta y nueve brazas, mas de ochenta metros de profundidad se efectuó el 10 de abril. Ese mismo día sobre las ocho de la tarde los equipos de Salvamento rescataban del mar los primeros tres cadáveres. Durante cuatro días más de un centenar de pesqueros y unos doscientos hombres no dejaron de buscar día y noche en turnos a los pescadores desaparecidos.

Al día siguiente la dotación del buque "Poseidón" localizaban los cuerpos sin vida de otros tres marineros flotando en el mar a unas seis millas de Arenys de Mar. Oficialmente el 15 de abril finalizaron las labores de búsqueda y rescate de los desaparecidos pese a aun no había sido localizado el cadáver de Pedro Campoy Vargas. Tuvieron que pasar casi dos meses para que Pedro Campoy recibiera sepultura. El pesquero catalán "El Vivian" localizó su cadáver a unas cinco millas de la zona en donde se produjo el naufragio.

Mientras tanto en Adra y especialmente entre la gente de la mar el drama se había generalizado. Los funerales por el alma de los pescadores ahogados congregaron a miles de personas en la iglesia parroquial del municipio. La solidaridad de los hombres de la mar con las familias de los desaparecidos fue patente en todo momento.

Todos los ahorros de la familia Pérez Maldonado habían sido invertidos en la compra del pesquero un par de semanas antes. Los tres hermanos Francisco, Eduardo y José Pérez Maldonado murieron en el naufragio junto a Manuel Salmerón González, Miguel Rivera y los hermanos Pedro y Jaime Campoy Vargas. Los sindicatos UGT y CCOO abrieron suscripciones populares entre el sector pesquero de Barcelona.

Se recaudaron casi millón y medio de pesetas que fueron remitidos a la Cofradía de Pescadores de Adra para su entrega a los familiares endeudados con las entidades bancarias que facilitaron los préstamos para la compra del barco.

Un reportaje de la tragedia realizado varios años mas tarde dejaba en el aire un largo camino de injusticias y lucha de las familias de los pescadores y la Administración. Un largo y oscuro proceso judicial que conmocionó el país. La justicia calló. La compañía naviera aseguradora del "Playa Dorada" se mantenía en afirmar que el pesquero almeriense fue quien provocó la colisión.

El largo proceso, lleno de obstáculos y zancadillas tuvo como fecha final el 20 de septiembre de 1995 al interponerse una demanda conjunta contra la compañía naviera, la aseguradora y el capitán de la embarcación "Playa Dorada".

Fueron muchos los testigos que en su día declararon ante las autoridades marítimas que el barco no llegó a advertir de su presencia al pesquero con las adecuadas y preceptivas señales luminosas ya que aún no había amanecido. En Octubre de 2005 la Justicia les dio la razón a estas mujeres. Una de ellas, Virtudes la madre que perdió a sus tres hijos no pudo conocer el desenlace. La desconsolada madre murió en el año 2004.

En septiembre de 2005 se conoció la ejecución de la sentencia. Los familiares de los siete marineros de Adra que fallecieron hace veintinueve años cuando en aguas catalanas fueron abordados por un mercante, después de muchos años de litigio con las empresas aseguradoras finalmente recibieron sus justas indemnizaciones. La Sala 1 de lo Civil del Tribunal supremo así lo hacia constar en la sentencia 680/ 2005 de 28 de septiembre al estimar el recurso de casación de los familiares de los pescadores a la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 1998.

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