Un patrimonio perdido

La iglesia convento de las Claras y su lucha por la supervivencia

  • El Real Monasterio de Santa Clara aparece en el testamento de D. Jerónimo Briceño, él y su mujer, doña Micaela de la Cueva, serán los fundadores de este Real Monasterio en 1590

La iglesia convento de las Claras  y su lucha por la supervivencia

La iglesia convento de las Claras y su lucha por la supervivencia

Entre los dos conventos que aún conserva la ciudad de Almería: El Convento de la Purísima Concepción (Las Puras) y el De Santa Clara (Las Claras), el que mayores vicisitudes ha sufrido durante la historia es el de las Claras. La supervivencia de dicho convento de clausura ha sido muy larga y dura como detallaremos a continuación, pero ahí sigue presidiendo parte del casco histórico.

El Real Monasterio de Santa Clara aparece en el testamento de D. Jerónimo Briceño, él y su mujer, doña Micaela de la Cueva, serán los fundadores de este Real Monasterio, en 1590, dejando escrito que se construirá el convento cuando se termine su mayorazgo, aunque su fundación primitiva se reflejó en el solar que hoy ocupa la iglesia convento de las Puras (junto a la Catedral) según testamento del Comendador Mayor de León D. Gutierre de Cárdenas. Pero será en 1498, tras su muerte, cuando su esposa Doña Teresa Enríquez, por diversos motivos, cambiará la titularidad del convento de Claras a Puras.

Mientras se construía la iglesia convento de Las Claras, las primeras monjas de clausura estaban situadas en una de las casas renacentistas que la familia de los Briceño poseía en la antigua Plaza de las Cañas(La Plaza Vieja). La casa tenia un patio renacentista que hacia las funciones de claustro. Definitivamente la consagración del convento y la llegada de las Religiosas será en 1756. El diseño de la iglesia ejecutado entre 1723 y 1729 es de Simón López de Rojas, estando declarada desde 1992 Bien de Interés Cultural. La iglesia convento es de corte barroco tardío y posee dos portadas, la principal situada en la calle contigua a la calle Real: la calle Jovellanos (antigua calle Ancha) por donde se accede a la iglesia. Su portada principal está presidida por la imagen de Santa Clara que lleva en su mano sus atributos: el Santísimo Sacramento. Esta portada se sitúa frente a la señera calle de Las Tiendas y posee otra portada lateral, más sencilla en la calle Mariana.

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Hay que subrayar que el solar original, lo ocupaba el espacio comprendido entre las actuales calles de Plaza de la Constitución (Plaza Vieja), Mariana y calle Marín hasta la confluencia de Lectoral Sirvent, una bocacalle de la calle de Las Tiendas. La calle Jovellanos se abrirá con la ocupación francesa en 1811, desapareciendo la zona de la huerta del convento y la enfermería, remodelándose la fachada principal de la iglesia. La construcción definitiva de la Plaza de la Constitución entre los años 1842-1846, llevará a que la fachada de la iglesia Convento se tenga que adaptar a las construcciones de la Plaza. Posteriormente en 1837 el templo será desamortizado, los bienes pasarán a poder del Estado y allí se instalarán el Gobierno Civil y la Diputación Provincial. Durante ese tiempo las monjas Claras tuvieron que refugiarse en la iglesia convento de las Puras, que no fue desamortizado. Después de estar conviviendo un tiempo con las Puras, las Claras se trasladaron a la ermita de San Antón, situada a los pies de la Alcazaba y en 1899 volvieron de nuevo a su templo. Pero poco durará la dicha de estar en su convento cuando en 1936, fue totalmente incendiado, quedando en pie la estructura interior de la iglesia y la fachada, destruyéndose totalmente su convento.

Sería el 21 de julio de 1936 cuando a las tres de la tarde, la comunidad religiosa abandonó su clausura. A las cinco de la tarde, las bombas y cartuchos de dinamita arrojados contra la iglesia y convento lo envolvieron en llamas quedando totalmente destruido. No quedó habitable ni la más pequeña habitación, muebles, ropas, documentos, imágenes, retablos. Todo fue incendiado, quedando en pie sólo la iglesia, debido a su sólida construcción en piedra.

Entre las joyas artísticas que poseía la iglesia en su interior antes del incendio, destacaba la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno que se venía atribuyendo tradicionalmente a Salzillo. La imagen del Nazareno se encontraba colocada en el lateral derecho de la nave central del templo y llevaba la pesada cruz a cuestas camino del calvario con la faz lívida y el cabello (peluca) desmarañado. La referida imagen que se destruyó en la Guerra Civil, constituía un bello paso procesional en la noche del Miércoles Santo denominado popularmente “El Encuentro”.

Portada Portada

Portada

El 18 de enero de 1938, el arquitecto municipal D. Guillermo Langle Rubio, procedió al reconocimiento del edificio de las Claras, debido al estado lamentable en el que quedó. En una sesión permanente del 24 de enero de 1938, se acordó el derribo del edificio conventual, ensanchando así la plaza de la Constitución.Tras la Guerra Civil se remodeló su convento, pero fue una edificación construida para albergar en su interior “La Cruz de los Caídos”, proyecto de Guillermo Langle Rubio y en los laterales con arcadas se establecieron las dependencias conventuales de las Clarisas.

La iglesia aunque fue incendiada, conservó su poderosa estructura interior sobria de sillería barroca, donde destaca en el crucero, junto al altar mayor, la bóveda, el elemento más ornamentado de la iglesia, que asentada sobre pechinas, están decoradas con relieves de estuco donde aparecen hojarascas, conchas y el escudo de los Briceño. La bóveda en su interior está conformada por ocho costillones que terminan en una linterna. Entre dichos costillones se encuentra el cuerpo de luces constituido de vanos mixtilíneos que son los que le dan luz a la iglesia y en concreto al altar Mayor y al crucero donde están los brazos de la cruz latina de la iglesia. El retablo neobarroco que preside el altar mayor en la actualidad, llama poderosamente la atención por sus ostentosas columnas salomónicas de pan de oro y el color verde de todo el conjunto.

Todos los que pasean por la plaza de la Constitución (Plaza Vieja), pueden admirar el rincón que conforma dicha Plaza con la iglesia convento de las Puras: el macizo cimborrio (cúpula) que se corresponde con la bóveda del interior de la iglesia y que sin duda es digno de fotografiar.

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