"Es imprescindible acompañar la dieta con actividad física"

Sol, calor, playa, montaña, lunas discotequeras, y, ¡oh, my God!, michelines, cartucheras, este-maldito-pantalón-ha-encogido, con aquella camiseta voy embutida, ¿pero cómo he engordado si apenas como? Así comienza el buen tiempo para muchas personas, con la aparición de volúmenes corporales inapreciables bajo un abrigo. ¿Y ahora qué?

Esto es lo que hemos preguntado a un experto nutricionista con consulta en Vera, Matías Cervantes, para quien el adelgazamiento milagro no existe: "la nutrición consiste en llevar una alimentación variada, equilibrada, comer absolutamente de todo sin ningún tipo de carencias, y obtener un grado de salud óptimo. Podemos conseguir una calidad de vida bastante buena. Un nutricionista se dedica fundamentalmente a elaborar planes nutricionales, ¿por qué? porque desde niños nunca nos han enseñado a comer; simplemente comemos conforme a los gustos, a los hábitos que nos enseñan en casa". Ciertamente hay familias que permiten todo tipo de comidas a los pequeños, como también lo es que se abusa de fritos, materia que nos lleva a preguntarnos si hay comida sana y comida perjudicial.

Para Matías Cervantes, la nutrición no es solamente la alimentación, "es una suma de distintos factores. En primer lugar, hábitos saludables; aquí podemos introducir tanto el tabaco, como la alimentación, como el alcohol y la actividad física. Podemos llevar una alimentación muy buena, muy moderada, pero hemos de equilibrar entre la energía que obtenemos de la comida y el consumo de la misma energía, es decir, quemarla. Tenemos que sacar un valor medio hacer para que el grado de salud sea óptimo". Bueno, bien, pero ¿cómo podemos saber la grasa que debe almacenar el cuerpo para mantenerse en situaciones normales?

Esto se mide con el índice de grasa corporal, explica Cervantes: "se obtiene a través de una fórmula que nos indica unos valores en los que todas las personas se deberían mantener. Cuando el índice de masa corporal se mantiene entre dieciocho y medio y veinticinco, por norma general estamos en un peso normal. Considero que el dieciocho y medio es excesivamente bajo, yo trabajo entre veinte y veinticinco; de veinticinco a treinta hablamos ya de sobrepeso que, por cierto, es donde está la inmensa mayoría de la población, y de treinta hacia arriba ya nos metemos en obesidades que pueden afectar a nuestra salud con problemas de colesterol, cardiovasculares, incluso el peso puede repercutir a nivel físico y articular, molestias en tobillos y molestias en rodillas". Nunca llueve a gusto de todos y a quien no le sobra trasero, le sobra panza. ¿Se puede perder peso exclusivamente en la zona del cuerpo que uno desea? Pues parece que no. "A la dieta hay que acompañarla con una actividad física", argumenta el experto, "pero esto no garantiza que se pierda el volumen de la zona donde quieres perderla, por norma general siempre se empieza a perder por los sitios principales. El primer lugar donde se nota una reducción de peso es en la cara y en el cuello, el vientre se reduce también aunque más lentamente. Insisto en que hay que acompañarlo de actividad física, el abdomen pierde grasa pero gana en flacidez. Esto quiere decir que siempre tendremos la típica barriga que todos conocemos. Sin una actividad física la piel no retrocede; lo que se debe hacer es que al mismo tiempo que se pierde grasa hay que intentar que la piel vuelva a su punto inicial. Esto lleva un tiempo. El problema viene cuando un hábito alimenticio que nos ha llevado a un exceso de peso se quiere solventar, por ejemplo, en un mes". Por lo tanto, paciencia y vuelta al principio: no hay milagros en este asunto.

"En este campo no se puede asegurar nada, porque realmente no trabajas con un medicamento, sino en primer lugar con una dieta, con una recomendación, y en segundo lugar, sobre todo, con la voluntad de la persona que hace la dieta". En este campo, el de la nutrición, Matías Cervantes ha visto de todo: "hay muchas personas que tienen la intención del bajar peso, pero después, o no tienen la fuerza de voluntad para hacerlo, o su ritmo de vida no le permite quitar peso. De lo que se trata es que la persona que viene a hacer dieta se involucre y a medida que vaya quitando kilos note beneficios. Mayor calidad de vida, mejor descanso, más agilidad y en muchísimos casos más alegría, porque lleva implícito un aspecto sicológico importante y es que a medida que te ves mejor, quieres verte mejor. Ha de hacerse a la idea de que hay que hacer un punto de inflexión en nuestra vida; lo que se busca es hacer un cambio de alimentación que sea bueno, suficientemente bueno, tanto en alimentación como en hábitos".