Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
La provincia de Almería afronta dos décadas de pérdida real de nivel de vida: los precios han subido muy por encima de los ingresos, según el IECA, el INE y la Agencia Tributaria. El coste de lo esencial —comida, vivienda y energía— se ha disparado desde 2002, mientras que el salario medio avanza a un ritmo mucho más lento, dejando a los hogares con menor capacidad de compra que hace veinte años.
El IPC provincial ha pasado de 70,123 puntos en 2002 a 118,581 puntos en 2025, un aumento del 69,1%, según los datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. La presión inflacionaria se concentra en los grupos que más pesan en el presupuesto familiar y que definen buena parte del nivel de vida en la provincia.
El grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas es el que más sube en todo el periodo. El índice pasa de 64,942 a 132,232 puntos, un incremento del 103% que convierte a la cesta básica en el principal factor de pérdida de poder adquisitivo en Almería. El impacto es generalizado y afecta especialmente a familias con gastos más altos en productos esenciales.
El grupo de vivienda, agua, electricidad y gas también ha registrado un encarecimiento notable. De 59,547 a 114,742 puntos, la subida es del 93%, lo que sitúa a los suministros energéticos como uno de los elementos que más condicionan el presupuesto mensual de los hogares almerienses.
El gasto en restauración y hoteles, relacionado de forma directa con los hábitos y costes del día a día en la capital y municipios turísticos, ha aumentado un 79,4%, pasando de 69,427 a 124,530 puntos. El ocio fuera del hogar es hoy considerablemente más caro que hace dos décadas.
Mientras tanto, los ingresos avanzan a menor ritmo. Según la Agencia Tributaria, el salario medio bruto anual en Almería pasó de 10.668 euros en 2002 a 16.220 euros en 2021, un aumento del 52%. Los registros del IECA añaden valores similares: 15.957 euros en 2022 y 16.945 euros en 2023. Ninguna de estas cifras compensa la subida del coste de la vida.
La distancia entre ambas curvas —precios por un lado, salarios por otro— confirma una pérdida sostenida de poder adquisitivo. La presión se concentra en los grupos esenciales, donde el encarecimiento supera con mucha diferencia el crecimiento de las nóminas.
La subida del coste de lo básico ya condiciona decisiones como el ahorro, el consumo, el alquiler o el mantenimiento del hogar. Los hogares de Almería destinan hoy una proporción mayor de sus ingresos a cubrir gastos fijos, especialmente energía y alimentación, lo que reduce el margen económico disponible para otros usos.
El desequilibrio es general en España, pero resulta más visible en provincias donde los salarios parten de niveles más bajos, como ocurre en Almería. Con ingresos más ajustados y precios más altos, la pérdida de nivel de vida se vuelve más acusada.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Contenido patrocinado por Covap
Covap reduce más de un 18% la huella de carbono en cada litro de la leche de vaca que produceContenido patrocinado por Cibervoluntarios
YoConecto: una forma sencilla y gratuita de aprender y usar la tecnología
No hay comentarios