José Vallejo Osorno: el ingeniero que conectó Almería con el futuro
Sociedad
Almería inaugura un parque en honor a José Vallejo Osorno, un nombre que representa excelencia profesional, compromiso ciudadano y amor por esta tierra
La industria metalúrgica en la ciudad de Almería
La decisión del Ayuntamiento, liderado por la alcaldesa María del Mar Vázquez, responde al deseo de preservar la memoria de quien fue uno de los grandes impulsores del desarrollo económico, energético e institucional de la provincia.
Un ingeniero con vocación de servicio
Nacido en Huelva en 1935, Vallejo se tituló como Doctor Ingeniero Industrial en la Universidad Politécnica de Madrid. En 1962 contrajo matrimonio con Ángela Miras Vilches, y poco después inició su carrera en la Compañía Sevillana de Electricidad. Empezando en Sevilla y trasladándose seguidamente a Jerez de la Frontera donde participó en un contexto de fuerte crecimiento y modernización del sistema eléctrico en Andalucía.
En 1973 llegó a Almería, donde asumió el cargo de ingeniero de explotación. Desde entonces, su trabajo fue decisivo para la extensión de la red eléctrica, la mejora del servicio de averías y la modernización de las infraestructuras. Recorrió los 103 pueblos de la provincia, asegurándose de que la luz llegara a todos los rincones habitados. Fue pionero en la lucha contra el fraude eléctrico, en la reducción de pérdidas de energía, y en la implantación del primer teléfono de atención al cliente, FONOSEVILLANA, en 1980.
Modernizó oficinas, promovió la informatización de procesos comerciales, creó el sistema SIGAS para la lectura automatizada de contadores y logró que su departamento fuera el primero en Andalucía en obtener el certificado ISO 9001. Apostó por la igualdad laboral, siendo su área la que más mujeres tenía en puestos de responsabilidad.
Un líder institucional al servicio de Almería
Entre 1987 y 1996, Vallejo presidió la Cámara de Comercio de Almería, desde donde lideró iniciativas clave para el desarrollo de la provincia. Impulsó la ExpoAgro, consolidó el recinto ferial de Aguadulce, fomentó la exportación de empresas almerienses y reivindicó infraestructuras esenciales como la autovía hacia el Levante, la A-92 y la modernización del ferrocarril.
En 1987, ofreció una rueda de prensa histórica denunciando la marginación de Almería y anunciando la creación de una comisión de seguimiento. De ahí nació la Mesa de las Infraestructuras y la campaña “Almería sin salidas”, que visibilizó el aislamiento de la provincia y movilizó a todos los sectores productivos: agricultura, turismo, comercio y mármol. Fue también impulsor de la Feria de la Energía y el Agua, celebrada por primera vez en 2002, que posicionó a Almería como referente en sostenibilidad.
Su liderazgo fue reconocido con la Medalla de Oro al Mérito Cameral de la Cámara de Almería y del Consejo Superior de Cámaras. Incluso tras dejar la presidencia, siguió vinculado a la institución, participando en comisiones de trabajo y en eventos conmemorativos como el 125º aniversario de la Cámara.
Comprometido con la ingeniería, la industria y el tejido empresarial
Pepe Vallejo también fue presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Almería, desde donde promovió la excelencia técnica y el compromiso ético en la profesión. Su relación con el sector industrial fue constante, colaborando estrechamente con Asempal, la Diputación Provincial de Almería y con entidades públicas y privadas para mejorar la competitividad de las empresas locales.
Su visión integradora lo llevó a participar en comités de trabajo, jornadas técnicas y proyectos de innovación que buscaban no solo el desarrollo económico, sino también el bienestar social. Fue un defensor del diálogo entre instituciones, convencido de que el progreso de Almería dependía de la colaboración entre todos los actores.
Su papel como negociador fue clave en momentos de tensión institucional. Supo tender puentes entre los intereses empresariales y las administraciones públicas, buscando siempre el consenso y el beneficio colectivo. Su capacidad de diálogo y su visión estratégica lo convirtieron en un referente para los líderes empresariales de la provincia.
Un hombre íntegro, querido y cercano
Más allá de sus logros profesionales, José Vallejo fue un hombre honrado, íntegro y coherente con sus valores. Su carácter afable le ganó el cariño de sus compañeros, que lo llamaban “el Decano” por ser siempre el primero en alcanzar los objetivos. Participó en la reconstrucción del santuario de la Virgen del Mar, donando las piedras del antiguo edificio de Sevillana para la portada de la Basílica.
Fue un padre entregado y un abuelo entrañable. Tuvo dos hijas, Ana y María, que heredaron su sensibilidad y vocación de servicio. A sus yernos, Alberto Azcue y Fernando Borbón, les transmitió también su amor por la buena mesa, enseñándoles los secretos de la cocina tradicional almeriense, el respeto por los sabores auténticos y el valor de compartir en torno a una mesa, como si fueran sus propios hijos. Además de un abuelo cercano y cariñoso de cinco nietos —Pepe, Fernando, Alberto, Sofía e Ignacio—, a quienes inculcó su amor por Almería, su pasión por la ingeniería y su sentido ético del trabajo. En su entorno familiar era conocido por su cercanía, su humor y su capacidad para escuchar. Nunca perdió la humildad, ni siquiera en los momentos de mayor reconocimiento público.
Un parque para recordar su legado
La alcaldesa María del Mar Vázquez ha querido que Almería recuerde a José Vallejo Osorno con un parque que lleve su nombre. No es solo un homenaje, es una forma de reconocer a quien trabajó incansablemente por el bienestar de los almerienses, desde la técnica, la gestión y el corazón.
Este parque será un lugar de encuentro, de memoria y de inspiración. Porque José Vallejo no fue solo un ingeniero, fue un servidor público, un líder con visión, y un almeriense de corazón.
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CONTENIDO OFRECIDO POR DIPUTACIÓN DE ALMERÍA