Dos años y 50 kilómetros separan Almería y Málaga por la autovía

La Autovía del Mediterráneo en el litoral andaluz no será realidad por lo menos hasta finales de 2011 o principios de 2012. Así lo confirmó el ministro de Fomento, José Blanco, hace unas semanas en la inauguración del tramo de la A-7 comprendido entre La Herradura y Taramay en la provincia de Granada echando por tierra las previsiones de su antecesora en el cargo, la malagueña Magdalena Álvarez que llegó a anunciar la apertura de la totalidad en 2010. En febrero de 2007 se completó la conexión entre Gibraltar y Nerja de la Autovía del Mediterráneo y el 25 de mayo de este año también se abrió al tráfico el último tramo pendiente en nuestra provincia, el de Adra-Albuñol que ya se puso en funcionamiento en diciembre de 2007, pero se tuvo que volver a cerrar por un desprendimiento de tierra en el viaducto Alcazaba a la altura del municipio abderitano. Y hasta finales de 2011 no verán la luz el conjunto de los tramos aún pendientes en la provincia de Granada. Son seis -cinco ya se han abierto al tráfico- y se encuentran en distinto grado de ejecución. Los que separan a Lobres de La Gorgoracha y a este pueblo de Puntalón y Calahonda están ya al 40% de obra. Casi en la mitad de la construcción se encuentra el trayecto entre Polopos y Albuñol y bastante menos avanzado, con apenas un 5% de ejecución, está el tramo entre Taramay y Lobres y desde Calahonda a Castell de Ferro. El ministro de Fomento confirmó en su visita a Granada que a lo largo de 2009 no se abrirá al tráfico ningún tramo más de los seis pendientes. Por tanto, Nerja y Málaga seguirán estando como mínimo dos años más a una hora y veinticinco minutos por carretera nacional con una sucesiones de semáforos interminables. Según las previsiones del Ministerio de Fomento, cuando se concluya la Autovía del Mediterráneo podrán ahorrarse 38 minutos entre estas dos localidades y desde el último municipio de nuestra provincia al término municipal de Nerja se llegaría en apenas 47 minutos por el litoral. Es más, el tiempo que se ahorraría un conductor en llegar a Málaga desde Almería sería aún mayor en los meses de verano en los que las carreteras granadinas duplican su capacidad y el tiempo de viaje se dispara. La apertura al tráfico del tramo entre Taramay y La Herradura ha propiciado que los atascos se muden este verano de Almuñecar hasta Salobreña. Cada uno de los 9,1 kilómetros de este trayecto han costado casi lo mismo que los del AVE, en torno a 20 millones de euros. El coste del quinto tramo granadino que se ha abierto al tráfico ha superado los 190 millones de euros en obra, cantidad desproporcionada que se va a los 240 millones si se tiene en cuenta la inversión relativa a las expropiaciones de terrenos. Algo similar ocurrió con el tramo entre Adra y Albuñol que pasó de un coste inicial de 93 millones de euros a más de 135 por las series dificultades técnicas causadas por la orografía del trazado.

De los 84 kilómetros de la A-7 en la provincia de Granada siguen en obras alrededor de 50. Según el cálculo elaborado por técnicos de la Cámara de Comercio de Almería la apertura de la Autovía del Mediterráneo en su totalidad aumentará el Producto Interior Bruto de la provincia en un 1%, una cifra nada desdeñable, menos aún en la situación económica actual, que evidencia la gran importancia del eje para la conexión de nuestro territorio con el resto del litoral andaluz, como vía de salida de nuestros productos y para facilitar la llegada de turistas. El presidente de la Cámara de Comercio, Diego Martínez Cano, asegura que "la segmentación del sector turístico arrastraría a muchos visitantes que llegan a otras provincias como Málaga y Almería sería zona de paso con la riqueza que eso genera". Sobre los retrasos, Martínez Cano habla de mala planificación. "No es un problema de voluntad política".