Abogacía

Ocho letrados se suman a las filas del Colegio de la Abogacía de Almería

  • El decano Juan Luis de Aynat pide que sean “solucionadores, no incendiadores de la sociedad o de los individuos” 

Los colegiados, con sus padrinos y la junta de gobierno del Colegio, tras el acto de jura o promesa.

Los colegiados, con sus padrinos y la junta de gobierno del Colegio, tras el acto de jura o promesa. / D.A. (Almería)

El Ilustre Colegio de la Abogacía de Almería ha acogido este viernes un nuevo acto de jura o promesa por el que ocho letrados se suman a las filas del órgano colegial. Savia nueva que refuerza a la organización más veterana de este tipo en la provincia almeriense, que mes tras mes aumenta el número de abogados que forman parte de su historia y legado. 

En concreto, han jurado o prometido en esta ocasión Lorena Martín Vázquez, Noelia Pérez Fuertes, Antonio Martín Soler, Alba García Garre, María Iglesias Martínez, José Antonio Torres Cara, Jorge Mañas Sánchez y Miguel Ángel Batlles Ibáñez.

Han sido sus padrinos, respectivamente, Nabil El Meknassi Barnosi, Isabel Vázquez Martínez, María Dolores García Salcedo, Carmen Vidal Oloriz, Federico Orozco García, Esteban Giménez Rivadeneyra, Ángel José González Muñoz y Valentín Julio Gila Casado, y José Luis Carmenforte Torres.

El padrino responsable de dirigirse a los nuevos colegiados ha sido Ángel José González, quien ha manifestado a los nuevos colegiados que deberán tener la “capacidad de cargar con los problemas de otros hasta llegar una solución”.

Ha advertido que no sólo serán abogados, sino también psicólogos, médicos, terapeutas, ingenieros, padres, madres, hijos, confesores y amigos, que tendrán que aprender de un “sin fin de errores” mientras ejercen su profesión.

También les ha trasladado que si creen que ha terminado el estudiar, “tampoco es así”. “Vais a ser estudiantes permanentes hasta el día en el que dejéis de ejercer”, ha dicho, para apuntar acto seguido que “todo cambia, nunca se sabe todo y es por eso que aprendemos todos los días”.

Con todo, ha resaltado que serán abogados “siempre”, no sólo en el despacho o trabajando, sino que aplicarán su profesión en cualquier situación de sus vidas, pero les ha recordado que ser abogado no significa ganar juicios, sino solucionar problemas, incidiendo en que “a veces, la judicial es la peor de las soluciones”.

“Los abogados no somos nunca enemigos. Tenemos que ser amigos y colaborar mil y una veces”, ha concluido.

Por su parte, el decano del Colegio, Juan Luis de Aynat, ha incidido en la idea de que los abogados tienen que ser “solucionadores, no incendiadores de la sociedad o de los individuos”, y que deben tener la “mágica habilidad” de resolver los asuntos que acaben en sus manos con los “dones” a su disposición.

“El procedimiento judicial debe ser la última solución”, ha afirmado el decano, quien ha precisado que además los “muchos movimientos legislativos” de la actualidad llevan también a lo letrados a otros mecanismos alternativos de resolución de conflictos.

También les ha recomendado ser “absolutamente escrupulosos con las obligaciones deontológicas (…) A los clientes hay que respetarlos, no mentirles, engañarlos a asumir defensas que no se entienden”, ha recalcado.

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