El Ilustre Colegio de la Abogacía de Almería ha acogido este viernes un nuevo acto de jura o promesa por el que ocho letrados se suman a las filas del órgano colegial. Savia nueva que refuerza a la organización más veterana de este tipo en la provincia almeriense, que mes tras mes aumenta el número de abogados que forman parte de su historia y legado.  En concreto, han jurado o prometido en esta ocasión Clemente Emilio Martínez Ortega, Francisco Javier Valle Galindo, María del Mar Rodríguez de la Muela, Cristina Nieto Salas, Antonio Martínez Lorenzo, Yaiza María Osuna Mateo, Julia García Martínez y María Rosa Uclés Gálvez,  Han sido sus padrinos, respectivamente, Juan Carlos Rodríguez Rodríguez, Ángel José González Muñoz, Miguel María Martínez Molina, Evaristo Salas Marín, Josefa Ramos Márquez, Evaristo López Romera, Pedro José García Cazorla y Rafael Román Estrada.

El padrino responsable de dirigirse a los nuevos colegiados ha sido Pedro José García Cazorla, quien se ha referido a sus 38 años de ejercicio para aconsejarles sobre cómo afrontar su futuro. Tras una anécdota sobre las dificultades para jubilarse de un letrado, ha advertido que “todas las profesiones condicionan la vida de una persona, especialmente la abogacía, que es una profesión intensa”.

Tanto que, ha subrayado, también condiciona el devenir de las familias y entorno más cercano del abogado. “De todos los operadores jurídicos, nosotros somos los únicos que, de no cumplir un plazo, tenemos consecuencias”, ha abundado.

Así, dentro de su “manual terapéutico para abogados”, ha recomendado en primer lugar no ser “ingenuos” y creer que un cliente va a decir “quién es realmente” la primera vez que acude a un despacho, por lo que los ha instado a entrevistarse con ellos en profundidad todo lo que sea necesario.

También los ha instado a priorizar el trabajo, la concentración y el silencio, para dedicar sus capacidades mentales a un caso, antes que la buena imagen de responder a “todos los WhatsApp y correos electrónicos que se reciben cada día”. “Eso te da imagen, pero lo vas a pagar”, ha resaltado.

También les ha pedido que se impliquen emocionalmente con sus clientes, para que sepan que se preocupan por sus causas, aunque aconseja “apartarse y transferir a un compañero” si se llega a la obsesión o un caso los desborda. En esta línea, les ha dicho que el trabajo no puede ser una forma de “autoesclavitud”, y los ha llamado a no tener nunca un exceso de confianza y ha consultar a sus compañeros cuando lo necesiten.

Por su parte, el diputado primero de la junta de gobierno del Colegio, Esteban Giménez Rivadeneyra, que presidido el acto en sustitución del decano Juan Luis de Aynat, ha pedido a los jurandos que ejerzan la profesión de una forma “digna y correcta”, así como ha no ser simplemente colegiados que pagan su cuota y pertenecen al “Colegio Oficial más antiguo y numeroso de Almería”, sino que también aprovechen su infraestructura, trabajadores, materiales, bases de datos y grupos colegiales.