El litoral de Almería sufre desgaste continuo
La costa ha perdido más de tres millones de metros cuadrados en las últimas décadas. Asociaciones piden la creación de arrecifes artificiales Motivos naturales y también humanos como la construcción e invernaderos.
La costa almeriense ha perdido más de tres millones de metros cuadrados de litoral en las últimas décadas; y las causas no son solo naturales: la retirada de arena para los invernaderos y la urbanización también han quitado su granito de arena. Desde el Poniente hasta el Levante, un buen número de playas deben someterse a una continua regeneración para ganar metros al hombre y a la erosión.
El último caso de la desaparición de una playa, con posterioridad a la de Los Motores (Cabo de Gata) es de La Cañada, un barrio antes con litoral con arena, y ahora no. De ahí que el Ayuntamiento de Almería haya aprobado en su último pleno instar a Costas a realizar un proyecto para llevar a cabo su regeneración. Se ha creado incluso una plataforma, 'Salvemos la playa de La Cañada', para existir a las instituciones una rápida y eficiente actuación. Aunque esta no es la única playa de la capital que se encuentra prácticamente reducida a cero, la de El Alquián también suma años de retroceso empujada por el mar y cada vez son menos los metros cuadrados de costa que le quedan para el ocio y el baño. Costas ha venido invirtiendo importantes cantidades de dinero en las últimas fechas par rehabilitar distintos espacios, caso desde la capital hasta Guainos Bajos, Lance de la Virgen, la Caracola y el Censo en Adra; Balanegra en Berja; Balerma y Guardias Viejas en El Ejido. En total, una cantidad que se acerca a los ocho millones de euros en los últimos años.
Gran parte de estos fueron destinados a la playa de Costacabana, un ejemplo claro de como el empuje vecinal puede llegar a hacer que las administraciones terminen finalizando sus proyectos. Fueron muchas las ocasiones en las que se volcó arena en la playa, pero hasta que no se elaboró un proyecto de 2,4 millones que consistió en la aportación de 150.000 m3 de arena y la construcción de cinco espigones. Es una de las causas más frecuentes de pérdida de arena en las playas. La deriva litoral hace que los sedimentos pierdan la situación que les ha correspondido para pasar a otra zona de la costa o, simplemente, perderse. Esto es provocado por fuerzas como la del viento cuando llegan a la costa de forma oblicua. Está claro que en la Almadraba de Monteleva (Cabo de Gata), la
pérdida progresiva de agua se debe a una fuerza mayor que no puede ser contenida por el flujo natural del movimiento de la arena. Un colectivo encabezado por Daniel Tocino Alonso, ha elaborado una propuesta, que ya recibe firmas en charge.org, que consiste en la creación de arrecifes artificiales a lo largo de la costa almeriense. Expone que "el coste es bajísimo en relación a los beneficios que aportaría, y en comparación con otros proyectos ya realizados es económicamente mucho más barato" y que "con un estudio previo sobre la colocación y el fondo marino habrá 0% inconvenientes medio ambientales". En su petición expone que "con unas 1500 unidades se puede crear un arrecife capaz de generar beneficios a todos los niveles y crearía a su vez de un entorno ideal para el ecoturismo, surf, bodyboard, surfcasting o buceo".
Un arrecife artificial se crea a partir de módulos individuales de hormigón y dispuestos de tal manera que se genera una defensa contra la erosión del litoral y una recuperación del medio marino.
Además, en España ya existe un referente con éxito. El arrecife artificial instalado hace casi un año en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, primera instalación deportiva subacuática de España dedicada a regenerar playas y preservar la biodiversidad con un enfoque al ecoturismo, ha probado su capacidad para regenerar la vida marina. Pulpos, estrellas de mar y multitud de bancos de peces y algas ya pueblan el arrecife artificial fondeado desde el pasado agosto en la playa de la Malvarrosa de Valencia, que ha demostrado así su capacidad para favorecer la repoblación natural de diferentes especies.
Este es el resultado de la primera fase del Proyecto Arrecifes Valencia, liderado por la Fundación Deportiva Municipal (FDM), que se convirtió hace casi un año en la primera instalación deportiva subacuática de España cuya finalidad es preservar la biodiversidad y ser foco de atracción de aficionados al ecoturismo y al buceo.
Según explican, la vida creada en los arrecifes es la encargada de producir la mayor cantidad de oxígeno para nuestro planeta, por eso su gran importancia.
La publicación 'La Costa de Almería: Desarrollo socio-económico y degradación físico-ambiental' del doctor Alfonso Viciana pone de manifiesto, al detalle, cuál ha sido y es el proceso de pérdida de metros cuadrados a lo largo de la costa debido a la actuación de la naturaleza y la mano del hombre. Explica que tras la década de los 70, Cuando parecía superada esta etapa de anarquía urbanística, y la normativa, planes y programas territoriales y ambientales surgen por doquier en las distintas Administraciones, en los años 90 nos vemos inmersos en una nueva espiral constructiva que repite los esquemas desarrollistas de los 708 y de la que nuestra provincia no solamente no escapa, sino que es alcanzada de lleno, dando lugar a un momento de crecimiento fuera de control, liderado por procesos especulativos y con la complicidad de algunos ayuntamientos que tienen en el mercado inmobiliario su recurso básico de pervivencia política y económica.
Esgrime como este nuevo proceso vino acompañado por una notable mejora de la tecnología e ingeniería capaz de allanar o desvanecer cerros en pocas horas (Pozo del Esparto, Mojácar, Carboneras, El Calón), desviar o eliminar cauces fl uviales (Macenas, Villaricos), desmontar moles acantiladas (Aguadulce) encaramar grandes edificios a las laderas de las montañas (Aguadulce, Carboneras, San José, Mojácar) o rellenar áreas inundables (Roquetas de mar, Vera). Se observa en numerosos municipios del litoral español.
En su publicación explica que hace unos ocho años, la longitud de costa urbanizada en Almería era de 75 kilómetros, cuando en 1957 apenas superaba los 11, es decir un 33% de su longitud total y un 52% de la ocupada por playas. Resultado de ello se ha consolidado un continuo urbano congestionado y de alta desificación, como son los casos de Roquetas de Mar, 71% de su costa con truida; Vera, 100%; Mojácar, 56%.
A esto, según Viciana, hay que añadir los intensos procesos de erosión costera que padecen la totalidad de las formaciones deltaicas almerienses. Los deltas son los elementos geomorfológicos más importantes del medio sedimentario costero. En ellos se acumulan los sedimentos procedentes del continente que, después, la deriva litoral distribuye por las playas, manteniéndolas en equilibrio.
Este proceso dinámico, que es básico para el óptimo funcionamiento de la costa, ha sido reiteradamente ignorado. Algunos deltas presentan en la actualidad escolleras de defensa que rigidizan su línea de costa para evitar el avance del mar. Ello impide su función geomorfológica, es decir, que el oleaje marino modele, erosione y reste sedimentos a sus márgenes para alimentar las playas a través de un proceso natural del que depende todo el medio sedimentario costero. La consecuencia es inmediata y las playas anexas a ese delta sufren fuertes procesos de erosión.
En la actualidad, deltas como los de los ríos Andarax y Adra, presenta gran parte de sus márgenes protegidas por escolleras, impidiendo su función básica de fuente de alimentación sedimentaria.
A todo esto hay que añadir la pérdida de arena que se produjo debido a la agricultura intensiva, que arañó metros cuadrados hasta que la ley dejó de permitirlo.
La Universidad de Almería, dentro del proyecto 3D-Coast, desarrollado por el grupo de empresas Sando, está desarrollando un proyecto cuyos resultados facilitarán aspectos claves como la erosión costera, la delimitación del dominio público y ayudará en desastres naturales como inundaciones.
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