La luna llena acompaña al venerado Cristo del Perdón
3vélez rubio
Los porcelanos realizaron su estación de penitencia en la que también salió la Esperanza bajo palio
Miércoles Santo, luna llena. La tarde presagia una noche fría en Vélez Rubio y la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y los Afligidos y la Virgen de la Esperanza aguarda que las tinieblas se adueñen del día para realizar su estación de penitencia. Pasadas la nueve de la noche entran al templo parroquial las dos bandas de la Cofradía encabezadas por la directiva en busca de su Cristo. En el interior, se confunden el negro de las manolas con el rojo y gris de las capas de los nazarenos que aguardan le entreguen un farol. El vuelo de capas de un lado a otro contrasta con la seriedad de los anderos, de negro riguroso, que esperan la orden del capataz para situarse cada uno en su lugar bajo el paso.
Llega la hora de la salida. Primero la banda pequeña seguida por numeroso grupo de niños, cargados de caramelos, van saliendo del templo. A la puerta esperan apostados en las vallas que delimitan el recorrido multitud de vecinos y turistas la salida del Cristo del Perdón, más cuando este año, no pudo realizar el viacrucis anual por las calles del Vélez Rubio por las inclemencias meteorológicas.
Así, poco a poco, una larga doble fila de nazarenos con su capas encarnadas se van adueñando de la plaza de la Encarnación mientras que el en interior el silencio es roto por el redoble de tambor que anuncia la salida inminente del crucificado, obra del artista valencia Enrique Galarza a mediados del siglo pasado.
Sesenta y dos horquilleros portan sobre sus hombros los ochocientos kilos de peso del trono del Cristo del Perdón, elaborado por los Hermanos Tirado Carpio en cedro real. La maniobra para salir del templo es muy delicada al sobrepasar la altura de la puerta el madero santo. Un mecanismo en el interior el paso, ayuda a bajar la cruz y salvar el escollo, momento en el que los aplausos se confunden con el himno nacional. Ya se puede decir que los porcelanos están en la calle.
En la plaza el paso es majestuoso, lento, llevado al compás de los notas de la marcha Reina del cielo entonado por la banda de la cofradía mientras se va perdiendo por la esquina de la calle Silvestre Reche.
Tras la banda, más de medio centenar de "manolas" o mujeres de mantilla, acompañan el paso de la Virgen de la Esperanza que este año estrena dieciséis cordones dobles de palio de bellota de oro donados por los hermanos de la cofradía. El cortejo lo cierra la agrupación musical Maestro Rojas de Vélez Rubio.
Pasadas las una y media de la madrugada, tras recorrer las principales calles de la localidad hacia su entrada los titulares y el cortejo de cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y los Afligidos y la Virgen de la Esperanza en la iglesia de la Encarnación.
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