Instituciones Penitenciarias

La magia une a padres e hijos en el centro penitenciario El Acebuche

  • l La prisión almeriense celebra una jornada de convivencia con los internos padres de menores de 10 años

  • l La actividad ha sido amenizada por la Fundación Abracadabra

La jornada de convivencia permitió unir a padres e hijos dentro de los muros de la prisión. La jornada de convivencia permitió unir a padres e hijos dentro de los muros de la prisión.

La jornada de convivencia permitió unir a padres e hijos dentro de los muros de la prisión. / D.A. (Almería)

Miguel Ángel de la Cruz, el director del centro penitenciario El Acebuche, nunca se cansa de repetirlo, la prisión es como una pequeña ciudad y sus residentes deben tener los mismos derechos y posibilidades que aquellos ciudadanos que no se encuentran privados de libertad. Así se entiende una simpática actividad puesta en marcha por primera vez en la historia de la cárcel de la capital almeriense, que ha permitido unir a padres y madres internos con sus hijos.

Alas cinco de la tarde de este lunes daba comienzo una jornada de convivencia en la que aquellos presos con hijos de hasta diez años han podido compartir unos momentos inolvidables con sus niños y niñas en el departamento de comunicaciones de El Acebuche. Según explica De la Cruz, se ha tratado de un acto lúdico y festivo en el que han participado 17 pequeños y que tendrá continuidad el próximo jueves, ya que se ha dividido en dos a la población recusa para hacer más íntimo y agradable este encuentro.

“Lo que pretendemos es potenciar los vínculos de los internos con sus hijos y romper la imagen de la prisión con los niños, creando una situación agradable”, ha dicho el director. Para ello, se ha contado con la participación de Gabi Magoo, de la Fundación Abracadabra, que además de los imprescindibles trucos de prestidigitación, llevó a cabo numerosos juegos, globoflexia... “cosas entretenidas para hacer de ésta una jornada festiva, de risas”.

Globoflexia y juegos para amenizar el encuentro. Globoflexia y juegos para amenizar el encuentro.

Globoflexia y juegos para amenizar el encuentro. / D.A. (Almería)

La Fundación Abracadabra de Magos Solidarios regala, año tras año, magia solidaria a los que más la necesitan: niños hospitalizados, ancianos, personas con discapacidad psíquica o física, jóvenes en riesgo de exclusión social así como cualquier colectivo que se encuentra en un estado emocional particularmente difícil y necesita sentir que aún tiene la capacidad de ilusionarse.

Son más de cien los magos solidarios que, con dedicación absoluta a los pequeños pacientes y a los más desfavorecidos, regalan la mejor medicina: la ilusión. Entre ellos se encuentran los más grandes: Jorge Blass, patrono de la Fundación, Alberto de Figueiredo, Jandro, Iván Santacruz, Juanky y tantos otros que colaboran asidua y generosamente para ayudar a cumplir los fines de la Fundación.

No sólo eso. En El Acebuche han puesto toda la carne en el asador para hacer de ésta una experiencia inolvidable y obsequiaron a los niños con regalos, bolsas de chucherías, muñecos y una merienda en la que no podían faltar el dulce bizcocho y el chocolate. Aunque sin duda lo que más ha gustado a los hijos de internos e internas es la posibilidad de compartir un rato con sus progenitores en un ambiente distendido, como si fuese cualquier fiesta familiar celebrada en la calle.

De la Cruz señala que se ha buscado expresamente a todos los internos que tuviese hijos con la franja de edad indicada y se les ha ofrecido la posibilidad de participar en esta jornada. “Salvo el que no ha podido por causas mayores, todos han dicho que sí, más del 99 por ciento. Ha servido para romper esquemas y generar un espacio de convivencia y diversión para sus hijos en un acto muy emotivo”, señala el director de ElAcebuche.

De hecho, muchos de los usuarios de la prisión concluyeron la tarde afirmando que había sido “maravilloso”, claramente emocionados por la posibilidad de reír junto a sus críos. “El hecho del internamiento de una persona no la excluye de otros ámbitos de la sociedad y de las relaciones familiares. Al revés, Instituciones Penitenciarias tiene la misión de potencar estas facetas con distintos instrumentos, con contactos con sus familias y seres queridos dentro en un amplio abanico de posibilidades. En esta ocasión hemos querido tener un tono más lúdico y amable, normalizar situaciones que en la calle son normales. Si en la calle es normal que un padre esté con su hijo en diferentes actividades, ¿por qué no va a serlo en la prisión?”, dice De la Cruz.

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