De la mar directamente a la mesa

Todos los municipios esconden enclaves que les hacen únicos, casi mágicos. En Balerma sólo hay que acercarse hasta el final del Paseo Marítimo, donde sita el varadero del núcleo ejidense, para encontrarlo. La Lonja balermera es un punto de encuentro en el que cada día se dan cita decenas de personas desde bien temprano para ver desembarcar las barcas que llevan hasta la Lonja el pescado más fresco de la zona. Se trata de la única que Lonja que si bien no sólo es conocida por las décadas de historia que esconde en su haber si no por ser la única que además una vez finaliza la subasta se convierte en uno de los restaurantes más conocidos de la Comarca de Poniente. Cuenta con entrada y salida para las embarcaciones que desde la tarde anterior echan las redes hasta recogerlas por las mañanas hasta desembarcar en tierra del puerto de Almerimar sus capturas que "suelen ser muy varipintas, desde salmonentes, a herreras, gallos, lenguados, brótolas, besugos, jibias o jureles entre otros muchos", afirmaba Susana Maldona, quien desde hace dos años lleva la generencia de esta Lonja que "ya pertenecía a mi abuelo. Yo he mamamado la mar. Es una pasión para mí", atestiguaba sonriente y orgullosa.

Cada día acuden a comprar productos "tanto vecinos del pueblo para llevar el pescado fresco a sus mesas a restauradores locales que quieren ofrecer a sus clientes el mejor pescado,a comerciantes para su posterior venta een establecimientos afines", matizaba.

"La venta se realiza de lunesa sábado a las diez de la mañana. Pero su duración es difícil de definir, depende del género y cantidad a subastar", apostillaba Salvador Quero, encargado de la subasta. Aunque la Lonja de Balerma ha estado unos meses apralizada, en febrero fue la propia consejera de Agricultura y Pesca, quién visitó Balerma, para trasladar a los pescadores de la zona el respaldo de la Junta para facilitar la comercialización de pescado fresco. Para ello, daba autorización para que los barcos de Balerma pudiran descargar sus productos pesqueros en el Puerto Deportivo de Almerimar y venderlos en La Lonja, que fue a su vez autorizado como punto de primera venta. De esta manera se daba respuesta a una demanda de los pescadores de la zona, que en la actualidad no tienen puerto pesquero ni otra lonja cercana para poder vender sus productos. Estas embarcaciones de artes menores cuentan desde entonces con una zona dentro del puerto deportivo para descargar sus capturas, que trasladan rápidamente a La Lonja para su posterior comercialización. La cercanía de ambas instalaciones redundá de manera especialmente positiva en la calidad de los productos.

La Lonja de Balerma cuenta con un sello indiscutible, el de comercializadora de un producto autóctono, fresco y de inmejorable calidad. Y cuando la subasta acaba y el pesca do ha sido vendido las mesas se instalan en este especial y suculento restaurante apra servir a los clientes no sólo el pecado más fresco el que mejor combina el binomio calidad-precio. Una delicia para todos los paladares al alcance de cualquier bolsillo.