El mar no olvida el plástico: una lección de jóvenes almerienses

Más de 500 jóvenes se sumergen en un proyecto pionero de ciencia ciudadana en la Universidad de Almería

400 jóvenes de Almería dan ejemplo y crean soluciones para ‘Mi Playa Bonica’

Un grupo de estudiantes muestra su trabajo de divulgación en la campaña ‘Mi playa bonica’.
Un grupo de estudiantes muestra su trabajo de divulgación en la campaña ‘Mi playa bonica’. / DDA

Los residuos más pequeños a veces cuentan las historias más grandes. Así lo entienden los más de 500 estudiantes de Secundaria que han participado esta semana en el programa ‘Mi playa bonica Almería’, una iniciativa conjunta de la Universidad de Almería (UAL) y el Ayuntamiento de la capital que busca concienciar sobre el impacto de los residuos plásticos en el litoral.

Esta campaña ambiental, que echó a andar en 2017, combina educación, ciencia y acción directa sobre el terreno. Los alumnos no solo recogen microbasura en playas almerienses, sino que también analizan residuos, reutilizan algunos materiales y presentan sus propios proyectos científicos.

Desde 2021, la actividad ha sido incorporada por la UAL a sus Jornadas de Divulgación Científica, consolidando su dimensión investigadora. Según Juan Gisbert, director del Centro de Colecciones Científicas y del Pabellón de Historia Natural de la universidad, este esfuerzo “ha derivado ya en tres Trabajos de Fin de Grado, y podría dar pie a nuevas publicaciones científicas o incluso tesis doctorales en los próximos años”.

Gisbert destaca además que esta recogida de información, aunque se basa en muestras pequeñas —residuos de menos de 15 centímetros en playas con servicio de limpieza—, tiene un gran valor. “Aún se desconoce cómo evolucionan los plásticos una vez en el mar y qué efectos provocan en los ciclos biológicos, tanto en animales como en humanos”, advierte.

Este año, el programa ha tenido un alcance notable: 24 centros de Secundaria han intervenido en la recogida de residuos en 18 playas de siete municipios. De ellos, 19 institutos han participado activamente en las jornadas celebradas esta semana en la universidad.

Mónica Motos, coordinadora del programa, explica que, aunque parte del plástico duro recogido se reutiliza en ecomercadillos de trueque, la mayoría de residuos blandos y colillas son inservibles. “Solo en Almería hemos recogido unas 24.000 colillas este año”, apunta. Y recalca: “el turismo es el sector que más contamina, y el plástico es el material que más predomina”.

Además del componente educativo, el proyecto pretende impulsar hábitos sostenibles y poner en valor el patrimonio natural. Y lo hace combinando tres fases: descontaminación, investigación y divulgación, tanto en institutos como en la universidad.

Carlos Sánchez, diputado provincial de Promoción Agroalimentaria, Comercio y Consumo, recordó que es el cuarto año que la Diputación de Almería apoya el proyecto, destacando su potencial transformador. “La juventud está profundamente implicada en la lucha contra la contaminación”, afirmó, asegurando que defender el medio ambiente es también defender a Almería.

Desde el Ayuntamiento, el concejal de Sostenibilidad Medioambiental y Energética, Antonio Urdiales, celebró la participación de los estudiantes, que este miércoles presentaron sus ideas. “Muchas de ellas se están incorporando a los pliegos de nuevas acciones municipales”, adelantó, subrayando que el consistorio ha incorporado iniciativas surgidas de ediciones pasadas. Además, anunció que los trabajos se exhibirán en la próxima Noche en Blanco, en la Plaza San Pedro.

El programa no solo aspira a reducir la basura. Busca generar un impacto duradero: cambiar conductas, estimular el pensamiento científico y sensibilizar sobre el papel de los ecosistemas costeros en la vida diaria. “Cada colilla recogida es una oportunidad para explicar cómo afectan estos residuos a la biodiversidad y a la salud humana”, resumen sus impulsores.

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