Las medusas cambian Almería por las costas de Ibiza y Cataluña

Comenzó el verano, y no estaban ellas. Continuaron pasando los meses y el número era mucho más reducido que en pasadas temporadas. Las tan temidas medusas y su amplia gama de colores y picaduras este año se encuentran más lejos de Almería. El Instituto Español de Oceanografía, IEO, ha desarrollado un estudio para la presente temporada estival en el que se determinan las causas por las que estos organismos de aspecto gelatinoso se encuentran en menor número en las costas de la provincia.

Fue en el año 2007 cuando el IEO con sede en Murcia comenzó el seguimiento de las poblaciones de pelagias en el Mar Menor iniciando la puesta en marcha de la red de alerta en el Mediterráneo con una toma de muestras y análisis de lípidos marcadores para el estudio de las cadenas tróficas.

Ignacio Franco, quien desarrolla su trabajo como investigador en la sede que este instituto tiene en Murcia, ha calificado a las medusas como "organismos oportunistas que buscan su comida en determinadas circunstancias", influenciadas, sin duda, por las corrientes marinas.

Así, también aparecen ciclos que condicionan el paso de estos animales por las costas de la provincia. Estos ciclos han hecho que en los últimos años el número haya ido disminuyendo desde hace cinco años hasta esta temporada. No obstante, Franco ha especificado que "no es que haya menos en el Mediterráneo, sino más, lo que pasa es que la especie de aguas abiertas no es la que se acerca a la orilla". La más común y oportunista entre los bañistas es la denominada pelagia, de un tono rosáceo y que cuenta con tentáculos y esporas. "Normalmente lo que hacen las medusas es dejarse llevar por las corrientes, por eso están en una zona determinada, donde se forman pequeñas comunidades".

Las costas de Cataluña, Mallorca y Granada, por ejemplo, cuentan con menos número de medusas así como Murcia o la provincia de Almería. Un ejemplo de esta afirmación es el incremento perceptible de estos invertebrados en la parte norte de Baleares y en la misma isla, más al sur, el número se incrementa.

Para entender este proceso, según resaltó Franco, antes hay que asimilar la idea de vientos y corrientes dominantes. La marea y el aire siempre van unidos. Fruto de esto aparecen unos movimientos contra los que luchan los peces, pero ante los que las medusas no pueden más que dejarse llevar. "En Almería, la acción de estos vientos y corrientes dominantes hace que estos animales se acerquen menos a la orilla", resaltó Franco.

El mar Mediterráneo, zona donde se desarrolla el estudio realizado por el IEO, está considerado como cerrado y aunque se apariencia sea la de una gran masa de agua "no lo es tanto", tal y como señaló el investigador.

En esta amplia masa de agua es donde se mueven a sus anchas los diferentes ejemplares de medusas. Ahora, el trabajo del IEO se centra en las grandes escalas. "Es imprescindible" para desarrollar una investigación clarificante "conocer casi a la perfección los movimientos de las corrientes marinas", aseguró Franco.

Respecto a los animales que en los últimos años han poblado las costas de la provincia, haciendo suya la orilla de las playas y sembrando el desconcierto y el temor entre los bañistas, hay que significar que según los datos que ha barajado el investigador del Oceanográfico "suelen tener alrededor de tres o cuatro meses" y aunque este año han aparecido pocas, "pudiera ser que vinieran, a al hora de hablar del mar y de sus movimientos no hay nada seguro". Desde que se tiene conocimiento de esta tipología de ser marino, se les ha denominado, amén de medusas, como aguamalas, debido a que su composición orgánica es, en su mayoría, agua.