Las migas generacionales

María Bujaldón, vecina de Los Gallardos, cuenta con una intensa historia de pan, migas y matanza · Hace poco, cumplió 80 años repletos de recuerdos familiares

María Bujaldón sigue fiel a sus recetas de migas, pero ahora a menor escala.
Berta F. Quintanilla / Almería

08 de enero 2012 - 01:00

¿Cómo prepara las migas? "Pues cada uno tiene una manera especial de hacerlas. Una de las cosas fundamentales es la sartén, debe de ser buena. Antes, cuando eran para más gente había que usar un recipiente más grande, de esos que tienen asas". María Bujaldón hace poco estrenó sus ochenta años rodeada por su familia. Sus hijos la adoran, sus nietos también y su bisnieto que hace poco se arrancó a andar, la mira fijamente mientras se sujeta en sus rodillas. Natural de Los Gallardos guarda en la memoria cientos de historias. Muchas de ellas tienen que ver con la cocina, porque le gusta, aunque ahora la practica bastante menos.

Recuerda los días en los que, en su casa en el pueblo se juntaban sus familiares, algunos amigos y los vecinos que asomaban la cabeza por la puerta. "Los de al lado claro que sabían cuando hacía migas, y preguntaban. Yo ahora para mí sola no las preparo porque sobran muchas y me da pena que se queden ahí". El caso es que un día, hace ya años, organizó una sartenada de esas grandes, de las que hay que mover con ayuda y una rasera especial. "La materia prima, la harina, la compré en una bolsa de cinco kilos, cuando estaban hechas, se colocaban en el centro y la gente pillaba las que quería con una cuchara". ¿Directamente de la sartén? "Sí, claro, como tiene que ser". María Bujaldón no deja de lado la tradición de la matanza. "Hace ya mucho que no lo hacemos, cuando era habitual traíamos al cerdo, lo mataban en la calle, que también es donde se removía la sangre y se preparaba la carne. Luego, en el salón de mi casa que antes no era salón sino un cuarto, lo colgábamos y lo dejábamos ahí 24 horas". Entonces, al día siguiente, llegaba el momento. Las migas.

"Cuando les preguntaba a mis nietos cuando iban a venir a verme a Los Gallardos ellos me respondían que cuando hubiera migas para comer", dice sonriendo. Por eso continúa viva la tradición de prepararlas cuando hay visita.

Cada cocinero tiene sus puntos fuertes. Uno de los suyos es este plato tradicional que ahora cocina cuando le apetece, no sólo cuando llueve como es tradición en Almería. Cuando hacía las migas gigantes para el día de la matanza "lo que hacía era incrementar el número de ingredientes, para el número de comensales que estábamos". "Siempre es bonito saber que lo que haces gusta", resalta. Y más si traspasa fronteras. "Vino el marido de mi hija, que es francés y no sabía lo que eran las migas. Hice una tapa con un kilo de harina que compré y las probó". ¿Gustaron? "Pues creo que sí", resalta con una sonrisa de oreja a oreja, "supongo".

Los que la conocen y sus familiares saben que le quedan muchos platos más de migas por hacer... Es que además lo pasa bien en la cocina, entre fogones. Ahora son otros tiempos.

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