Con las miras en la recuperación del patrimonio cultural del Paseo
El hijo del perfumista es propietario del edificio de Cortefiel Mujer desde los 70
Tras años de entrega en la empresa familiar y una amplia experiencia profesional Antonio Briseis comienza una nueva andadura con la reforma con un edificio con historia, el que acoge Cortefiel y en el siglo XIX el antiguo Café Colón.
-¿En plena crisis es aconsejable hacer obras?
-Sí, cuando se trata de cerar negocios y puestos de trabajo, deben hacerse, exista o no crisis, y cuando los edificios alcanzan un estado precario. Lo nuevo da comunidad, con mejores tecnologías que ofrecen más seguridad, ahorro energético y urbanísticamente mejora la ciudad y nos beneficiamos.
-¿Se conservan las fachadas?
-Son herencia histórica y se aprovecha el momento para bucear en el pasado gracias a la arqueología, recobrando nuestro patrimonio cultural, todo ello con la sentibilidad y celeridad que esperan los trabajadores de Cortefiel, que desean volver al trabajo y salvar sus ingresos.
-¿Para qué fecha estará terminado el edificio?
-Creo que en primavera de 2010 Cortefiel reabrirá sus puertas y en unos meses, podrán ocuparse 40 puestos más de trabajo en todo el edifici. El tiempo de ejecución de proyecto y licencias, ha batido todos los record de brevedad y hemos comprobado la gran diligencia y sensibilidad del Ayuntamiento en agilizar los trámites dentro de las normativas, conscientes de que la obra que beneficia a todos.
-El nombre del edificio Antonio Briseis, ¿es el suyo propio?
-Era costumbre dar al primogénito el nombre paterno, en mi caso Antonio, en cuanto al Briséis, toda la familia es conocida por dicho nombre, especialmente lo fue mi padre y yo, como el fundador del negocio e inventor de dicho nombre, yo porque durante años trabajando para él, tuve el arriendo de la empresa, por tanto nuestros nombres coinciden, pero el edificio se lo dedico a él. Así figurará en una placa.
-¿En el Paseo estuvo la primera fábrica y de alguna manera por eso quiere poner ese nombre al edificio?
-Fue donde estuvo el segundo domicilio de la fabriquita y me comentaba mi padre, que a los 16 años, su mente hervía con pensamientos perfumísticos y ante las perfumerías del Paseo tomaba nota de todo interesándos por las novedades, sacando muestras de perfumes e información, como primer paso al mundo que tanto le fascinaba. Ilusionado con sus proyectos y seguro de su valía, imaginaba su triunfo y tener en el Paseo su propio negocio Destilerías Briséis, y elegantemente vestido, participar de las afamadas tertulias de grandes personajes, habituales en el café Colón, dirigido con talla de gran profesional por don Antonio Torres. Logró materializar sus proyectos y abrió puertas en el Paseo, en donde hace poco estaba la perfumería Briséis y que durante años regentaron sus hermanos Manuel y Eusebio, muy unidos familiar y profesionalmente con mi padre y con el cuarto hermano José, que regentaba la fábrica de Barcelona. El relevo generacional fue tomado dignamente por mi querido primo Eusebio y esposa Elisa Ferrer, quienes dieron más esplendor al negocio y a su nombre, porque amaban la perfumería y, sobre todo, a la familia, sin pretensiones pueriles de exclusividad, cosa contemplada con enorme satisfacción por mi padre.
-¿Ya no existe Briséis en el Paseo?
-No, hubiera sido lugar apropiado para mi objeto, pero no tengo su propiedad, por lo que le doy dicho nombre al nuevo edificio que levanto sobre el antiguo Colón que compró mi padre.
-La tienda se ha trasladado a Méndez Núñez y por unos días se llamó Briséis, ¿pero lo han cambiado?
-Se ha visto obligada al cambio de nombre, por rebuscados e injustificados motivos de exclusividad de marca de rótulos del establecimiento.
-¿En el negocio de la fábrica Briséis, tiene usted algo que ver?
-Con la empresa Briséis, actualmente no tengo absolutamente ninguna vinculación mercantil, ni de cooperación. Sólo para que no se olvide el nombre de mi padre, me estoy encargando en solitario, de que se cumplan sus deseos. Me siento orgulloso de que mis padres, como se sentía mi madre de su marido, al que recordaba posando delante del cuadro que representaba la nueva fábrica cuyo diseño corrió a mi cargo y lamentablemente fue destruida hace poco por el fuego, con dos pérdidas humanas que nos llenan de amargura a todos.
-Dice que está terminando un libro sobre la empresa paterna, ¿cuándo estará?
-No es sobre la empresa, cuento la historia de un gran hombre que logró ser perfumista sin medios, y alcanzó casi todos sus objetivos, entre los que está la perfumería Briséis, y naturalmente hablaré de ella, pero sólo de la etapa comprendida desde su fundación hasta el día del fallecimiento de mi padre, que es la etapa brillante de toda su historia y la que interesa, que es cuando Briséis vivía sólo de los perfumes que fabricaba mi padre y suus desodorantes, y de los geles, body milk y otras cosillas que yo aporté, y afortunadamente todo quedará respaldado con documentos, para condederle al libro carácter histórico sobre la industria de la perfumería, la cosmética y la higiene.
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