Ciegan pozos por orden municipal a raíz de la muerte del pequeño Julen
Ayuntamiento de Almería
Un senderista dio la alerta en Urbanismo. Las indagaciones derivaron en expedientes que concluyen ahora tras el sellado de los conductos
Fueron trece días de absoluta agonía con el corazón de medio mundo encogido y pendiente de una obra de ingeniería para poder rescatar a Julen, el niño de dos años que en enero caía a un pozo, sin medidas de seguridad, en la localidad malagueña de Totalán, donde la considerada mayor operación de rescate hecha en España acababa con las banderas a media asta en señal de duelo. El trágico suceso removió conciencias sobre la peligrosidad de estas perforaciones, habituales en las fincas andaluzas. También en Almería, donde la preocupación social ha desembocado en el sellado de varios pozos por orden directa del Ayuntamiento de la capital.
Son muchas las incógnitas que han rodeado al fallecimiento de Julen, pero el foco de las investigaciones deja claro que el pozo, tapado simplemente con una piedra, carecía de la condiciones mínimas de seguridad. A raíz del muerte del niño, un concienciado senderista de Almería decidió personarse en el Ayuntamiento. A la Gerencia de Urbanismo llevó el aviso sobre la existencia de varias pozos en la zona de La Molineta sin cubrir de forma adecuada. Solo una piedra tapando el tubo y, en el mejor de los casos, los propietarios de los terrenos habían puesto también maderas y plásticos.
La normativa, sin embargo, es clara. Los pozos, depósitos o conducciones abiertas que sean accesibles a personas y presenten riesgo de ahogamiento deben estar equipados de sistemas de protección tales como tapas, con suficiente rigidez y resistencia, así como de cierres que impidan su apertura por personal no autorizado.
En las fotografías que el senderista aportó a la Gerencia de Urbanismo no aparecía ninguna de las medidas de seguridad estipuladas. A partir de las imágenes, la alerta dada desembocó en las averiguaciones municipales. “Las fotos estaban enfocadas a los pozos y no se apreciaba el entorno para poder conocer su localización exacta y buscar a los titulares de los terrenos”, explica el personal de Urbanismo. Lo primero que hicieron los técnicos fue, tomando como base posibles “pistas” de la orografía de los terrenos, identificar la situación aproximada de los pozos mediante el empleo de GPS y remitir la información a la Policía Local.
Los agentes peinaron las zonas indicadas y levantaron acta de denuncia, procediendo Urbanismo, a través del área de Negociado de Ruinas y Órdenes de Ejecución, a la apertura de cuatro expedientes durante los meses de febrero y marzo. A los propietarios se les ha requerido el cegado correcto del pozo, mediante una losa de hormigón armado, y la colocación de carteles informativos alertando de la existencia del mismo, así como el vallado perimetral de una balsa detectada y su sellado. Las obras han sido ejecutadas y los expedientes, ahora cerrados.
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