Un municipio que presume de pureza, silencio, manzanas y muchas castañas
la ruta de los 102 | paterna del río
Enclavado en la Alpujarra, Paterna del Río es uno de los municipios que mejor resume la esencia de la comarca con casas blancas que se entremezclan con la naturaleza del paisaje
Paterna del Río es un municipio situado en la falda sur de Sierra Nevada, un lugar privilegiado dentro de la Alpujarra que le confiere un situación única. Fruto del deshielo se forman una serie de barrancos que alimentan aguas abajo al río Paterna. Muy cerca de la villa se encuentran los antiguos poblados moriscos de Iniza y Guarros, hoy reducidos a cortijadas. Guarro dio nombre a sus baños de aguas minero-medicinales, gaseosas, sulfurosas y ferruginosas que hablan de su importancia balnearia que se remontan a la Edad Media.
Aunque el origen de Paterna no se conoce muy bien, el término Paterno es de origen latino, en las minas de La Gaviarra se han encontrado espadas íberas. La impronta que le da el periodo de Al-Andalus es ineludible. El núcleo urbano estaba formado por cuatro grandes barrios, defendidos por un castillo y una organización común, con una mezquita mayor y dos menores. Hoy día también está dividida en cuatro barrios: La placeta, Barrio Alto, Barrio de Enmedio, Fuente del Castaño y Barrio de los Castillos. La Alquería de Huerros, hoy Guarros, fue añadida al término municipal en el siglo XVI.
Durante la Guerra de las Alpujarras (1568-1570), el Marqués de Mondéjar derrotó a 4.000 moriscos en Guarros en el 1569, Aben Humeya, jefe de la rebelión, huyó a Paterna y de ahí, sintiéndose acorralado por las tropas reales se escapó a las montañas, en el lugar dejó a su mujer, madre y hermanas que fueron capturadas de inmediato. Con la derrota y expulsión de los moriscos del Reino de Granada en 1570, Paterna fue repoblada por cristianos viejos procedentes de Galicia, en un total de cien vecinos.
Hoy día su población se dedica preferentemente a la agricultura con el cultivo de hortalizas, patatas y manzanas. Lugar donde se dan cita las deliciosas aguas de sus fuentes como las de la Fuente Agria de aguas ferruginosas, o centenarios castaños y encinares de sus barrancos.
Su población, en claro retroceso, no alcanza los 1.000 habitantes, concretamente según el último censo del Instituto Nacional de Estadística de 2013 cuenta con 431, en su gran mayoría ancianos. Paterna del Río es de esas poblaciones de montaña que hay que visitar, pues sólo por observar sus magníficas vistas desde las curvas ya próximas a la localidad merece la pena el viaje. Sus aguas cristalinas y la pureza de sus aires profundizan en la salud de quien habita en él.
Uno de los distintivos que hacen único a Paterna del Río son sus extensos bosques de castaños. Todo un reclamo para los amantes de la naturaleza y los paisajes naturales que han dotado a la localidad de un incesante número de visitantes a lo largo de todo el año, aunque especialmente cuando los castaños entran en su fase de maduración y ofrecen las estampas otoñales con colores ocres.
No en vano, parte de su motor de desarrollo económico se basa en la producción de dos productos: la manzana verde-doncella y la castaña.
La localidad se encuentra situada a una altitud de 1.193 metros y a 71 kilómetros de la capital, una ubicación que le ha llevado a padecer en las últimas décadas unos importantes ratios de despoblación. Por esta razón, desde el Ayuntamiento se han fijado como reto fijar la población, intentando que la gente más joven permanezca en el municipio así como favorecer la instalación de nuevas familias.
Otro de los grandes retos a los que se enfrente en la actualidad este municipio de la Alpujarra es la recuperación de una parte del castañar que en la actualidad se encuentra sin explotar así como la apertura de canales de comercialización de sus productos agrícolas. "También nos planteamos como un gran reto la puesta en valor del monte público como elemento generador de riqueza y como yacimiento de empleo", añade el regidor José Asensio.
El talón de Aquiles de la localidad en la actualidad, pese a ser un municipio eminentemente turístico por su ubicación y su dosis extra de naturaleza, desconexión y tranquilidad, es la falta de infraestructuras turísticas. A pesar de que existen numerosas casas y apartamentos para alquiler, en mente sobrevuela la necesidad de un establecimiento hotelero que cubra ese nicho de mercado.
Desde el Ayuntamiento también se trabaja en otra serie de proyectos que redunden en la mejora del bienestar de sus vecinos a la vez que se impulsa su desarrollo económico. Uno de esos proyectos que están en lista de espera es el de la construcción de un gran embalse que permita acumular agua para regadío así como la construcción de un paseo peatonal entre el núcleo urbano y el área recreativa Fuente Agria así como la construcción de una piscina en la barriada de Guarros.
Iniciativas que dan vida a una localidad cargada de encanto y que a juicio de su regidor cuenta con unos paisanos "que siempre se han caracterizado por su hospitalidad, por hacer sentir al forastero que se encuentra en su casa, somos gente amable, trabajadores, defensores de nuestras costumbres y nuestra cultura. Hombres y mujeres que luchamos a diario por mantener nuestro pueblo".
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