Más de 7.000 niños sufren insomnio por malos hábitos

La responsable de la Unidad del Sueño de Vithas Virgen del Mar insiste en que el 98% de los casos se deben a costumbres erróneas

Pequeños en la guardería a la hora de la siesta.
Pequeños en la guardería a la hora de la siesta.
Mar París

05 de noviembre 2014 - 01:00

Para muchas familias almerienses, la hora de ir a la cama de los niños es un auténtico drama. Los padres no saben qué hacer cuando se resisten a dormir y se despiertan varias veces durante la noche. Esta situación la sufren más de 7.000 menores en la provincia, tal y como ha detallado la responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Vithas Virgen del Mar, Carmen Martínez Aparicio, quien ha detallado que el 98% de los casos, en los que los más pequeños tienen problemas para conciliar el sueño, se deben a hábitos erróneos, como que no duerma solo, o a frecuentes despertares nocturnos, sueño superficial. Al igual que en el adulto, en los niños pueden producirse dificultades para iniciar o mantener el sueño, aunque raramente se quejan de este problema y suelen estar contentos de permanecer despiertos.

La iniciación del sueño requiere una compleja coordinación de circunstancias biológicas y de conductas aprendidas: Por un lado, el organismo tiene que estar fisiológicamente preparado para el sueño. Por otro lado, las conductas que realizamos en los momentos previos a dormir, se acaban convirtiendo en rituales facilitadores del sueño que cuando faltan, nos impiden dormir. Los rituales de conciliación también son necesarios en los niños, y con frecuencia el problema del insomnio infantil no se debe a despertarse por la noche, sino a no poder volver a dormirse, debido a que los estímulos que asocian al inicio de sueño, no están presentes a mitad de la noche cuando se despiertan (papá o mamá, luz, cuento…). Los niños necesitan de la rutina para desarrollarse, ya que ésta les ofrece seguridad.

Cuando ésta seguridad se encuentra amenazada reaccionan mostrando su ansiedad a través del llanto, cambios de conducta y resistencia a dormirse por la noche. Se comportan de la misma manera cuando, tras un día excitante se les dice que tienen que acostarse, ya que el dormirse supone un cambio sobre la actividad que tanto están disfrutando. A veces, el problema puede provenir de la existencia de horarios familiares excesivamente irregulares.

Otra causa frecuente de las dificultades para iniciar el sueño es la realización de siestas largas por la tarde, por ello, ante un problema de insomnio infantil, una de las primeras medidas a considerar va a ser la reducción o incluso supresión del sueño diurno (siestas). Un niño puede tener dificultades para separarse por la noche del resto del mundo o pueden captar cambios sutiles en el ambiente familiar, y ser una causa de problemas a la hora de acostarse.

Incluso en la seguridad de un hogar feliz los niños pueden llegar a tener miedo de la oscuridad o de criaturas imaginarias situadas en las esquinas oscuras del dormitorio. Sea cual sea el caso, la respuesta de los padres tiene que ser siempre de apoyo. Hay que hablar con el niño de sus temores y miedos.

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