La nueva forma de robar en Almería ya no fuerza cerraduras: actúa desde una pantalla

El delito en Almería está cambiando de forma silenciosa pero constante. El último Balance de Criminalidad correspondiente al tercer trimestre de 2025 confirma un giro claro en el patrón delictivo de la provincia: mientras descienden muchos de los robos tradicionales, las estafas informáticas y los delitos cometidos a través de medios digitales se consolidan como uno de los principales focos del aumento de las infracciones penales.

Entre enero y septiembre de 2025 se registraron en la provincia 27.104 infracciones penales, un 5,6 % más que en el mismo periodo del año anterior. Este crecimiento no responde a un repunte de la violencia grave ni a un aumento de los delitos más intrusivos, sino a una transformación progresiva en la forma de delinquir, cada vez más ligada al entorno online.

La cibercriminalidad es el ámbito que más crece en el conjunto provincial. En los nueve primeros meses del año se contabilizaron 4.739 infracciones cometidas por medios digitales, un 8,3 % más que en 2024. Dentro de este bloque, las estafas informáticas concentran la práctica totalidad del incremento, con 4.218 casos y una subida del 9,4 %.

Este avance contrasta con la evolución de buena parte de los delitos convencionales. Los robos con fuerza en domicilios caen un 13,3 %, los robos con violencia e intimidación bajan un 6,5 % y las sustracciones de vehículos descienden casi un 20 %. También se reducen los homicidios dolosos consumados, que pasan de 11 a 9 casos en el conjunto de la provincia.

Un delito menos visible, pero más frecuente

El cambio de patrón se aprecia con especial claridad en los municipios más poblados. En El Ejido, las estafas informáticas aumentan cerca de un 40 %, al tiempo que descienden los robos en viviendas y los robos violentos. En Roquetas de Mar, la criminalidad total crece de forma muy contenida, con una fuerte caída del robo en domicilios y un retroceso de la cibercriminalidad. En la capital, el aumento es moderado y está impulsado sobre todo por los hurtos, mientras el delito digital permanece prácticamente estable.

Estos datos dibujan un escenario en el que el delito se desplaza del espacio físico al digital, reduciendo su exposición directa pero ampliando su alcance potencial. El robo ya no requiere forzar una puerta ni exponerse en la vía pública: basta un teléfono móvil, un correo fraudulento o una plataforma digital.

Menos violencia, más engaño

El balance provincial permite extraer una conclusión clara: no hay un deterioro de los indicadores de violencia grave, pero sí una expansión de los delitos basados en el engaño y la suplantación. Incluso en municipios donde el número total de infracciones crece con fuerza, el aumento se concentra en hurtos y fraude online, mientras retroceden los delitos más intrusivos.

Claves del cambio delictivo en Almería

• Suben las estafas informáticas y los delitos digitales.
• Bajan los robos en viviendas y los robos violentos.
• La criminalidad crece de forma desigual según municipios.
• El delito se vuelve menos visible, pero más frecuente.
• El fraude digital explica gran parte del aumento total.

El balance deja así un mensaje nítido: Almería no afronta más violencia, pero sí un nuevo desafío en el ámbito digital, donde el delito se adapta a los hábitos cotidianos de una sociedad cada vez más conectada.