El municipio de Sierro, una de esas joyas de la Sierra de los Filabres, de los pequeños pueblos blancos del norte de la provincia, mejorará el aspecto de varias zonas de la localidad gracias al Plan de Fomento de Empleo Agrario.

El diputado del área, Ramón Rueda, visitaba hace unos días la localidad, y acompañado por el alcalde, Juan Rubio, recorrían las obras que se están llevando a cabo en varias calles del municipio, donde se está actuando para hacerlas más accesibles, ya que la mayoría tienen mucha pendiente, como explicaba el primer edil, "aquí en Sierro al ser un pueblo de sierra, la mayoría de las calles son muy empinadas y estamos haciendo escalones en algunas zonas para hacerlas más accesibles, sobre todo para los mayores".

Además de embellecer el municipio, estas obras sirven para emplear a vecinos de la localidad en un lugar donde "se ha dejado sentir mucho el paro. La mayoría de los vecinos trabajaban en el sector del mármol y la construcción y con la crisis muchos se han quedado sin trabajo, así que con estas obras tratamos de llegar al mayor numero de familias" añade el primer edil.

Actualmente están trabajando en estas obras cuatro peones y un oficial durante un mes. A este Ayuntamiento le corresponden 540 días de jornales, así que el mes próximo, otras cinco personas se beneficiarán de este plan y así sucesivamente hasta que se acaben los fondos que ascienden a unos 75.000 euros al año.

El primer edil resaltaba la importancia de estos planes, ya que "en un pueblo pequeño como el nuestro tenemos muy poco presupuesto y hay muchas familias que necesitan trabajar, es una gran ayuda".

El diputado, Ramón Rueda se mostraba satisfecho por los trabajos que se están realizando de acometidas de abastecimiento además del adecentamiento de calles, "están dejando el pueblo muy bonito, los vecinos se muestran satisfechos y es que pueblos pequeños como este pueden embellecer sus calles y llevar a cabo pequeñas obras, además de dar trabajo a sus vecinos".

Sierro, con unos 450 habitantes, es una de las joyas que esconde el Valle del Almanzora. Pueblo blanco que precisamente hace unos semanas, a principios de septiembre, celebraba sus fiestas más singulares, en las que rememoran la relación de "Moros y Cristianos" y viven un fin de semana lleno de actividades.