Ofensiva contra los botellones en Cabo de Gata: Níjar frena los viajes en bus

Más de 300 jóvenes iban a llegar en bus a un núcleo costero sin capacidad para absorber tanta afluencia

Níjar estalla contra una empresa de autobuses por el caos en las fiestas de la Isleta del Moro

Imagen que los vecinos de la Isleta del Moro capturaron en su población.
Imagen que los vecinos de la Isleta del Moro capturaron en su población. / DDA

El Ayuntamiento de Níjar ha solicitado formalmente a dos empresas de transporte discrecional la cancelación de seis autobuses previstos para desplazar a más de 300 personas a las fiestas de Agua Amarga entre el 24 y el 25 de julio. El Consistorio teme que se repita el colapso y el deterioro ambiental que ya se vivieron a mediados de mes en la Isleta del Moro, cuando el municipio quedó desbordado por la llegada de centenares de jóvenes en autobuses organizados.

En una carta firmada por el alcalde, José Francisco Garrido, y remitida a Autocares Bernardo y Frahermar, el Ayuntamiento agradece la comunicación previa de ambas compañías y su decisión de prohibir el alcohol en los autobuses, pero insiste en que la mera llegada de seis vehículos, de unas 50 plazas cada uno, puede generar un escenario inasumible para un núcleo costero tan pequeño en plena temporada alta.

“Es más que probable que se repita la lamentable situación que se vivió en la Isleta del Moro”, advierte el documento, aludiendo a los botellones, atascos y daños ambientales que se produjeron durante las últimas fiestas patronales.

El Consistorio considera que el equilibrio ambiental y social del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, donde se encuentra Agua Amarga, vuelve a estar en peligro si no se actúa con firmeza. La carta, fechada el 23 de julio, forma parte de una estrategia municipal más amplia para prevenir la saturación de estos enclaves, que carecen de capacidad para absorber grandes afluencias y cuentan con servicios básicos limitados.

Tras los hechos de la Isleta, el Ayuntamiento ya envió una queja formal a Autocares Ramón del Pino y lanzó una advertencia general el pasado 18 de julio a varias empresas y asociaciones del transporte discrecional, recordando la especial vulnerabilidad ecológica y logística de estos pueblos.

Aunque el alcalde reconoce el “lícito derecho” de las empresas a operar y obtener beneficios, insiste en que no puede anteponerse al bienestar vecinal ni a la conservación del entorno natural. “Estamos hablando de lugares protegidos, con acceso restringido, y cuya convivencia se ve alterada por afluencias descontroladas de visitantes”, concluye la misiva.

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