Ola de calor con España bajo fuego: así se vivirán los próximos días en Almería

La primera gran ola de calor del verano ya ha comenzado a golpear España. Desde este sábado 28 de junio y, al menos, hasta el martes 1 de julio, el país vivirá un episodio de calor extremo que dejará máximas de hasta 45 ºC en ciudades del sur como Córdoba, Sevilla o Badajoz, y noches tropicales que impedirán conciliar el sueño en buena parte del territorio.

En este escenario asfixiante, Almería queda fuera de las zonas en rojo, pero eso no significa que esté libre de consecuencias. La capital almeriense se mueve estos días en torno a los 33-34 ºC de máxima, con cielos despejados y sin rastro de tormentas, calima ni fenómenos violentos. Sin embargo, el calor aquí actúa de otra forma, más silenciosa: se cuela por la noche, no se va y agota.

Desde hoy y hasta el miércoles, las mínimas en Almería no bajarán de los 25 ºC, y en varios días se quedarán en 26 ºC, lo que convierte las madrugadas en un auténtico reto para el descanso. Se trata de lo que los expertos llaman noches ecuatoriales, donde ni siquiera al caer el sol hay alivio térmico.

Mientras en otras provincias se activan avisos naranjas y rojos, y se habla de picos históricos, en Almería la situación parece más contenida, pero el ambiente se vuelve progresivamente cargante. El calor se estanca en la ciudad y no desaparece ni con el viento de Levante, lo que multiplica la sensación de bochorno durante el día y el insomnio por la noche.

La previsión apunta a una persistencia térmica constante durante toda la próxima semana. Las máximas rondarán los 32-34 ºC hasta el viernes 4 de julio, y solo el fin de semana siguiente, con temperaturas por debajo de los 30 ºC, ofrecerá un respiro. Hasta entonces, la recomendación es clara: evitar el sol en las horas centrales del día, hidratarse bien y ventilar con cuidado por la noche, cuando el aire exterior apenas ofrece alivio.

Almería se queda fuera del titular nacional por los 45 ºC… pero no del calor. Aquí, la ola no golpea con estruendo. Aquí se queda. No se nota tanto al llegar, pero cansa más al no irse.