Indignación entre los pasajeros del viaje a París cancelado: sin información ni soluciones
Almería
Una familia almeriense relata la pesadilla de este sábado en el que se quedaron sin viaje a Disneyland
La aeronave tuvo que volver a Almería a los 20 minutos de despegar y horas más tarde el vuelo fue anulado. "Se han portado muy mal con nosotros", señala María Jesús Benítez
Aterrizaje de emergencia en Almería y vuelo cancelado a París: interviene la Guardia Civil
Cuando José María Sierra y María Jesús Benítez salieron este sábado de su domicilio rumbo al aeropuerto de Almería para tomar un vuelo que les trasladara hasta París no podían imaginarse lo que les iba a suceder tan solo unas horas después. El matrimonio se disponía a pasar cuatro días en la capital francesa y a disfrutar de Disneyland París en familia. Tenían todo presto y dispuesto, como así se lo había facilitado la agencia a través de la cual habían contratado este periplo. Hoteles, traslados, lugares que visitar, sitios en los que degustar la gastronomía del país vecino... Todo. Pero, nada más lejos de la realidad, sus aspiraciones pronto se vieron truncadas.
El avión de la compañía aérea Transavia, un boeing 737-800, emprendió su rumbo hasta tierras parisinas puntual, alrededor de las 9:20 de la mañana. Pero desde un principio la situación comenzó a complicarse. "Cuando estábamos a la altura de Granada, las azafatas del vuelo nos dicen en inglés y en francés que hay un problema y que debemos volver a Almería para solucionarlo", narra José María a este periódico. "Les pedimos que nos dieran las instrucciones en español y nos dijeron que tenían la obligación de hacerlo solo en esos idiomas", apostilla Sierra.
Tirando de ingenio y del poco francés que conocían, los viajeros lograron entender lo que ocurría y que más tarde les explicarían. Una de las puertas del aparato se había cerrado de manera inadecuada antes de despegar y ello estaba provocando una despresurización en la cabina (pérdida del oxígeno que se utiliza para ambientar el interior del avión y que los pasajeros puedan respirar con normalidad). El aviso, por inesperado e inquietante, hizo aumentar los nervios entre los ocupantes del interior del aparato, llegando incluso a sufrir algunas personas ataques de pánico ante los vanos intentos de la tripulación de calmar los ánimos.
Cuenta María Jesús a Diario de Almería que desde un principio les llamó la atención el ruido que emitía la aeronave. "Era algo parecido a cuando vas en un coche y tienes una ventana un poco abierta", trata de explicar. Añade Benítez que, durante los 20 minutos que duró el trayecto, el avión "nunca llegó a ponerse recto, iba en todo momento inclinado".
Una vez tomada una altura suficiente y garante de una correcta respiración de los pasajeros, el piloto volvió sobre sus pasos hasta el aeropuerto de La Cañada. Tras tomar tierra, un mecánico intentó, sin éxito, reparar la avería. Acto seguido, una empleada de Aena del aeropuerto almeriense se personó en el interior del avión para explicar, esta vez sí en castellano, la situación en la que se encontraban y las posibles soluciones. "Nos dijeron que no nos levantásemos de nuestros asientos y que estuviéramos tranquilos para poder organizarnos de cinco en cinco y salir del avión hasta la terminal", argumenta María Jesús.
Una vez quedó el avión vacío de pasajeros, un ingeniero aeronáutico trató de solventar el entuerto, pero sus esfuerzos también quedaron en balde. La posibilidad de que la situación se prolongara en el tiempo y tuviera un enlace no deseado por nadie era entonces más real que nunca. Y el siguiente anuncio por parte de los responsables de Aena así lo corroboró. Finalmente, el vuelo Almería-París de la matinal del sábado fue cancelado. Los nervios comenzaron a desbordarse y a pulular en el ambiente la desazón ante unas vacaciones perdidas o unas reuniones de trabajo que reorganizar.
Un cheque de 5 euros a canjear por comida
"La gente se puso muy nerviosa", rememora María Jesús. Fueron las empleadas de Aena quienes intentaron calmar los ánimos, llegando incluso a intervenir la Guardia Civil. "Fueron los únicos que dieron la cara; nadie de la compañía se puso en contacto con nosotros en esos momentos. Se han portado muy mal con nosotros", cuenta la mujer. Tan solo les ofrecieron un cheque valorado en 5 euros para canjearlo por comida. "Si una bolsa de patatas cuesta 3,75 euros, ¿qué esperaban que comiéramos con eso?", se pregunta Benítez indignada.
En virtud de los hechos, hubo quienes terminaron por desistir en el intento de hallar una solución en el aeródromo almeriense y se marcharon, algunos a sus domicilios y otros hasta ciudades próximas como Málaga o Alicante mientras navegaban por internet para hacerse con un billete de avión que, al menos les llevara hasta París antes de que concluyera el día o en el menor lapso de tiempo posible.
José María y María Jesús, por su parte, tomaron un taxi de vuelta a casa mientras realizaban las gestiones pertinentes con la agencia contratada para reformular su viaje hasta tierras francesas. Llamadas telefónicas y correos electrónicos se sucedían para cambiar, mal que bien, muchas de las inquietudes que les asolaban por alguna certeza. A duras penas lo lograron, quizá por el intenso dolor de cabeza que les había generado el aire que había entrado en el avión durante ese vuelo estéril.
Ya por la tarde, con los ánimos más atemperados, consiguieron planificar su estancia en territorio galo de cara al final del presente mes, no sin antes haberse dejado por el camino el dinero de algunos de los servicios ya contratados. Sin embargo, otros de los 200 pasajeros que conformaban la expedición a París quizá no corrieron la misma suerte y se quedaron con la miel en los labios de un viaje que pudo ser y no fue.
La ASESCON recomienda que los afectados exijan sus derechos y sostiene que les corresponde una compensación de 400 euros
La Asociación Española de Consumidores, a raíz de los hechos acaecidos en el aeropuerto de Almería con motivo del viaje entre la capital y París, ha emitido un comunicado en el que insta a los afectados a que exijan sus derechos, ya que la legislación contempla en estos casos una compensación por valor de 400 euros al ser un vuelo intracomunitario de más de 1.500 kilómetros.
El comunicado íntegro emitido por el citado organismo es el siguiente:
En primer lugar, desde la Asociación Española de Consumidores, queremos lamentar el momento tan complicado que vivieron ayer los pasajeros del vuelo de la compañía Transavia anulado y que cubría el transporte entre las ciudades de Almería y París.
Ante estos perjuicios, desde la Asociación Española de Consumidores queremos indicar que se tienen derechos por parte de los pasajeros que vean anulados sus vuelos o que sufran retrasos importantes tal y como ha sido el caso. Así, según la legislación vigente, en caso de anulación de este vuelo, la compañía aérea tendría que abonar a los usuarios afectados una compensación por valor de 400 euros por ser un vuelo intracomunitarios de más de 1.500 km.
Además, los afectados tienen en todo momento derecho a la devolución del importe del billete pagado y de los gastos que pudieran haber tenido en el caso de cancelación del vuelo (taxis, hoteles, etc).
Finalmente, cualquier ciudadano interesado en denunciar o realizar reclamaciones relacionadas con esta anulación de vuelo puede ponerse en contacto con la Asociación Española de Consumidores en el correo electrónico asescon.consultas@gmail.com donde ofreceremos información y realizaremos reclamación a la empresa.
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