Almería

El parque de La Hoya en Almería ofrece imagen de impacto, listo para la vida: agua y plantas

  • La recuperación de este espacio ya alcanza el 70% del proyecto, después de retirar 2.300 metros cúbicos de residuos y recuperar los antiguos sistemas de riego

Vista general del estado de las obras del parque de La Hoya, sin residuos y con las zonas ya marcadas

Vista general del estado de las obras del parque de La Hoya, sin residuos y con las zonas ya marcadas / Rafael González

La explanada de La Hoya, entre la Alcazaba y el Cerro de San Cristóbal, ofrece una imagen de impacto si se compara al antes deslucido entorno del conjunto monumental. Tras la retirada de miles de metros cúbicos de residuos –2.282 para ser exactos–, los movimientos de tierra y la recuperación de antiguos muros, paratas, drenajes y otros elementos del sistema abastecimiento, el proyecto para la creación de este parque histórico ha alcanzado el 70% de su ejecución y encara el regreso de la vida a este paraje. En diciembre está previsto realizar la acometida definitiva de agua, a lo que le seguirá la plantación de las primeras cien especies contempladas hasta alcanzar las 21.048 unidades de herbáceas, arbustos y árboles (122). Ya lo demás, será la vida que le otorguen los visitantes a este nuevo parque de La Hoya que, de no surgir contratiempos, podría quedar abierto al público entre “abril y mayo” del próximo año.

Junto a los redactores del mismo, los arquitectos Juan Antonio Sánchez Muñoz y Vincent Morales Garoffolo, la concejala de Urbanismo e Infraestructuras, Ana Martínez Labella, representantes de la UTE Jarquil-Copsa, empresa adjudicataria de los trabajos, y técnicos municipales, la alcaldesa de Almería ha podido conocer ‘in situ’ y en detalle, el resultado actual de unas obras que alcanzan un grado de ejecución del 70% y que vislumbra ya la “transformación” de este espacio, con una superficie de 42.600 m² y abrazado por La Alcazaba, la Muralla de Jayrán y San Cristóbal.

María Vázquez ha agradecido el trabajo que vienen desarrollando tanto los arquitectos como la empresa adjudicataria y “cariño” que vienen imprimiendo a una obra “singular y emblemática” en el objetivo municipal de puesta en valor de un espacio que encierra una gran fortaleza “urbana, turística, cultural y social”.

La alcaldesa, junto a la concejal de Urbanismo y los arquitectos, ha comprobado el avance de los trabajos La alcaldesa, junto a la concejal de Urbanismo y los arquitectos, ha comprobado el avance de los trabajos

La alcaldesa, junto a la concejal de Urbanismo y los arquitectos, ha comprobado el avance de los trabajos / Rafael González

“Estamos en un espacio que se va a convertir en un referente patrimonial, paisajístico, medioambiental de la ciudad”, ha destacado Vázquez, significando la importancia que esta actuación tiene en el marco de todas las obras que actualmente están ejecutándose a nivel municipal en el casco histórico.

Con una inversión de más de tres millones de euros y completados hitos tan importantes como las consolidación y recuperación de las paratas, una de las principales singularidades de este proyecto, la obra encara los siguientes hito constructivo del proyecto, que a nivel patrimonial y en el marco del entorno en el que se desarrolla la obra, tiene como protagonistas de la actuación el agua y la vegetación, simultaneando estos con los trabajos de pavimentación derivados de la creación de paseos, itinerarios y zonas estanciales, todo ello accesible. El objetivo final, apuntaba Vázquez, es que la obra quede finalizada “dentro del primer semestre de 2023 para el disfrute de todos los almerienses”

El paisaje como patrimonio

En nombre del equipo redactor del proyecto, ‘Kauh Arquitectura y Paisajismo’, Vincent Morales ha insistido en el “potencial” que en sí mismo encierra este espacio en el desarrollo de un proyecto “que está aquí. El lugar es el que manda y el que hace que se tomen todas las decisiones”, ha reiterado.

Respecto del desarrollo de la obra y los siguientes hitos que transcurrirán sobre la misma, Morales se ha mostrado “impaciente por ver el resultado de esos pasos, en particular de la recuperación de las paratas como espacio agrícola arbolado”.

El proyecto está diseñado para que luzca “en sí mismo y todo su entorno”, han significado los arquitectos, reconociendo una vez más en esta actuación un paisaje “histórico” recogido en todos los aspectos de la propia obra, que también será visible en los próximos pasos que sigue esta actuación: la llegada del agua, la ejecución de sistemas de canales, recuperación de albercas y la plantación de especies vegetales.

“En ese proceso de recuperación de este espacio uno de los elementos también determinantes es el agua. Entendemos el paisaje como patrimonio y en Almería hay un patrimonio importante del agua y de cómo se utilizaba ese recurso”, ha explicado Morales, subrayando como en La Hoya “encontramos un ejemplo excepcional.

En este paraje tenemos una alberca en un punto muy alto y otra en un punto muy bajo. Lo que hacemos con este proyecto es recuperar el sistema de comunicación entre albercas, canales abiertos que iban recorriendo todo el sistema de muros hasta llegar abajo y que iban regando ‘a manta’ cada una de las paratas. Ese sistema, que nos servirá como depósito de agua, vendrá completado con el riego por goteo que se incorpora a la actuación”.

Primeras especies plantadas en La Hoya Primeras especies plantadas en La Hoya

Primeras especies plantadas en La Hoya / Rafael González

Completando los trabajos de recuperación entorno al agua seguirá la mejora paisajística, otro de los aspectos singulares de esta actuación, según han destacado los propios arquitectos, explicando lo que empezará a vislumbrase ya a comienzos de año.

“En las zonas abancaladas veremos las hileras de árboles, generando paseos arbolados de sombra; mucho verde también con la restauración paisajística del Valle de la Hoya y sus taludes y la restauración paisajística de las laderas de la Alcazaba y de San Cristóbal con especies vegetales autóctonas”, ha enumerado Vincent Morales, rematando el proyecto, ya en su fase final, con una iluminación “muy estudiado, pensada en generar el menor impacto posible al entorno, mediante un sistema de balizamiento bajo, integrada incluso en el mobiliario urbano”.

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