Almería

La rebelión incívica de los barrios marginales de Almería

Camión de la basura atacado en El Puche con piedras.

Camión de la basura atacado en El Puche con piedras.

Dos agresiones en una sola semana en el barrio de El Puche. Ese es el trato que han tenido que soportar los trabajadores de la empresa concesionaria del servicio de recogida de residuos de Almería. Sin ir más lejos, el pasado miércoles, día 29, a las 2:00 horas de la madrugada, un grupo de atacantes con el rostro tapado intentó romper tres vehículos del servicio de recogida de basuras y agredir a sus ocupantes.

Los hechos ocurrieron a la altura del Centro de Salud, cuando los agresores la emprendieron a pedradas. Mientras dos de los tres vehículos solo sufrieron leves rasguños, el tercer camión recibió el ataque de un adoquín que impactó con la luna, con el fin de agredir al conductor de mismo. En ese momento se requirió la presencia de la Policía que, según la denuncia sindical, no se personó pese a la gravedad del suceso.

Ataque con piedras a un autobús urbano en su paso por La Chanca. Ataque con piedras a un autobús urbano en su paso por La Chanca.

Ataque con piedras a un autobús urbano en su paso por La Chanca.

La segunda agresión se produjo dos días después, a las 2:30 horas, en la entrada al sector 20, también en El Puche. Esta vez los agresores pusieron una barricada ardiendo con los contenedores de basura. Los trabajadores se bajaron a retirar el contenedor para poder seguir con el servicio y recibieron un nuevo ataque a pedradas por estos encapuchados. Fueron alertados tanto la Policía como los Bomberos, quienes esta vez sí se personaron y apagaron el contenedor y disuadieron a los agresores. Sin embargo, cuando la Policía se fue, ya sobre las 3.30 horas, volvieron a lanzar un carrito de la compra en llamas para provocar nuevos ataques.

Es difícil interpretar este tipo de ataques a los trabajadores de los servicios municipales. Ya sea a los encargados de la limpieza o a los conductores de autobuses urbanos. Pero el caso es que estos comportamientos incívicos se vienen repitiendo en la capital desde hace muchos años. Y no solo en El Puche, también pasa en Pescadería o en Los Almendros, incluso en otros barrios que no son considerados marginales.

¿Es esta una respuesta a la dejación que las administraciones tienen con estos barrios o simplemente son conductas incívicas impropias de aquellos que velan por el correcto funcionamiento de la sociedad? Normalmente, los ataques suelen ser realizados por personas de corta edad, así que lo adecuado sería pensar que simplemente son actos que no responden a ningún ataque antisistema y simplemente tienen que ver con la personalidad de cada uno o la forma en la que emplean su tiempo de ocio.

Balín disparado a un trabajador del servicio de la basura en El Puche. Balín disparado a un trabajador del servicio de la basura en El Puche.

Balín disparado a un trabajador del servicio de la basura en El Puche.

Los precedentes son muchos y desde bastante tiempo atrás. En febrero de 2009, la línea 7 del autobús urbano de la capital fue atacada en Los Almendros. Le tiraron piedras y sufrió daños importantes. La reparación costó unos 2.000 euros. La Policía Nacional llegó incluso a vigilar el paso del autobús por la zona, pero desde entonces, el autobús no ha vuelto a entrar al barrio, se queda Piedras Redondas, teniendo que andar los vecinos hasta Los Almendros. Además, aquel conflicto generó reproches entre el Ayuntamiento y los vecinos, pues estos exigían responsabilidades como retirada de escombros o más frecuencia en la recogida de la basura.

En 2012, y volviendo al Puche, se denunciaron las agresiones con piedras en a los camiones de la basura. La Federación de Servicios Públicos de UGT denunció la “falta de presencia policial y, en definitiva, de seguridad”. En ese momento, presentaron en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía un total de cinco denuncias por agresiones y daños materiales como consecuencia del impacto de piedras contra camiones y también contra los propios trabajadores.

La historia no cesó ahí. El Comité de Empresa de Urbaser Almería expuso que las agresiones se repitieron durante un periodo de 18 meses. “Apedrean a los camiones que inician y finalizan su servicio”, esgrimían. El caso es que en el barrio de El Puche, en la actualidad no hay ningún autobús que pase por su zona más céntrica. En todas y cada una de las líneas disponibles, ya sea la 8 o la 20, hay que andar entre 8 minutos y un cuarto de hora para llegar a la zona norte, por ejemplo.

En 2016, el Defensor del Pueblo Andaluz, llevó a cabo una actuación de oficio destinada a que accedieran los autobuses del transporte urbano al interior del barrio. “Según la información que nos facilitaron, el motivo que justificó la paralización de los servicios es que uno de los autobuses de esta empresa fue apedreado a su paso por la calle principal del barrio, resultando rota la luna del vehículo. Estos hechos vandálicos, de por sí rechazables, y la decisión de dejar de prestar el servicio público inciden negativamente en la imagen que, con frecuencia, se da de este barrio que, creemos, no corresponde al modo en que, en su vida cotidiana, se desenvuelve la inmensa mayoría de su población. Ésta no tiene otro deseo que vivir de una manera normalizada y sentirse parte de la ciudad de Almería, disfrutando de los servicios públicos en condiciones de igualdad con el resto de la población”, decía en su escrito el Defensor del Pueblo.

En julio de 2019, en El Puche se disparaba con balines a otro trabajador del servicio de basura.

En Pescadería, desde febrero de 2015, la línea 6 de los autobuses urbanos dejó de entrar al interior del barrio desde el momento en que oscurecía. También fue atacada por vecinos de la zona y la empresa decidió hacer su recorrido solo en horario diurno.

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