"Se ha perdido un poco la alegría de vender cupones por la calle"

El pasado sábado, Juan José Marruecos repartió dos premios de la Once de 35.000 euros cada uno · Cada día trabaja entre la Rambla y la carretera de Ronda

Juan José Marruecos vende sus cupones en plena calle.
Juan José Marruecos vende sus cupones en plena calle.
Alberto M. Molina / Almería

28 de julio 2009 - 01:00

Pese a que mes tras mes los datos financieros arrojan que el consumo desciende de forma regular, la lotería parece ser de esas cosas a las que la crisis parece no haberle afectado tanto.

Haciendo referencia al refrán "agarrarse a un clavo ardiente", los almerienses siguen jugando al azar y a la suerte, con el deseo de que la fortuna llegue a sus bolsillos y de un respiro a sus economías.

Así, dos almerienses vieron el pasado viernes como sus arcas se veían incrementadas con sendos premios de 35.000 euros del sorteo de El Cuponazo de la Once.

Ambos cupones premiados fueron vendidos a través de Terminal Punto de Venta que posee el vendedor Juan José Marruecos Vázquez quien lleva ya más de 28 años trabajando para la Once de forma ambulante por las calles de la capital, más en concreto, por la zona comprendida entre la Rambla y la carretera de Ronda.

Contento de haber dado este premio -se enteró a través de este mismo periódico del hecho- reconoce sentir una profunda alegría cada vez que reparte fortuna entre sus clientes. En sus casi 30 años de trabajo como vendedor de cupones, estima que habrá entregado unos 200 millones de las antiguas pesetas, en los distintos sorteos organizados por la Once.

Todavía ninguno de los agraciados ha pasado para comentarle nada sobre los premios, algo que, según Juan José cree, se debe a que "puede que todavía no se hayan dado cuenta de que les ha tocado el dinero".

Pese a que es una profesión a la que se dedican muchas horas del día y que, además, muchos de estos números se venden de manera aleatoria y sin ninguna influencia de Juan José, muchos de los que alguna vez han sido premiados han ido a su encuentro, no sólo para agradecerle su fortuna y volver a comprarle algún décimo, sino que en gratitud también le han hecho algún tipo de obsequio.

En estos momentos de crisis, pese a no lamentar tanto el descenso de ventas, lo que más lamenta Juan José es que "se ha perdido la alegría de vender por las mañanas a obreros y a otras personas que ocupaban las calles"

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