Las Perseidas, un fenómeno impresionante

Desde el punto de vista astronómico, puede decirse que las Perseidas, o Lágrimas de San Lorenzo, son un fenómeno que vemos en el cielo nocturno durante algunas semanas del verano y brinda a quienes saben mirar, imágenes realmente bellas.

La noche del martes 12 al miércoles 13 de agosto, es ideal para avistar este fenómeno, aunque hay que ser un poco trasnochador para verlo, pues el momento idóneo se dará entre las 4:00 y las 6:00 de la madrugada, según el Real Observatorio de Madrid. Aún así, es posible verlas en otro momento de la noche, aunque en menor cantidad.

Lo que vemos en el cielo cuando llegan las Perseidas es una lluvia de estrellas fugaces producida al volatizarse en la atmósfera pequeñas partículas de polvo atraídas intensamente por la gravedad terrestre. El fenómeno, no exento de derivadas mitologías, nos recuerda que somos parte de un universo que no deja de moverse.

Las partículas de polvo de las Perseidas son desechos que deja el cometa Swift-Tuttle en su órbita alrededor del sol. Sus estelas se producen cuando la tierra, en su órbita alrededor del sol, cruza la zona donde han quedado las partículas de polvo, que son atraídas por la gravedad. El registro más antiguo que se tiene de su actividad es del año 36 d.C. de los anales históricos chinos, pero no fue hasta 1835 cuando el astrónomo belga Adolphe Quetelet muestra que se produce una “lluvia de meteoros”, de forma cíclica en este mes de agosto.

Durante una hora es fácil que avistemos entre 100 y 200 meteoros, que luminosos colores nos llamará poderosamente la atención. Los veremos de color rojo que estallan al entrar en la atmósfera, los veremos blancos relucientes, otros azules con estallidos en verde producidos por el magnesio incandescente.

La forma más práctica de ver estos bólidos es relativamente sencilla: habrá que mirar hacia el Norte y un poco a la derecha, tomando como referencia la constelación de Perseo, de ahí toma el nombre este fenómeno. Este héroe griego era hijo de Zeus y Dánae que fue engendrado justamente en forma de lluvia de oro. La tradición cristiana, por otro lado, aporta una visión más triste a este acontecimiento anual. Las lágrimas son de san Lorenzo que murió quemado en una parrilla en Roma, pusieron nombre a las estrellas fugaces.

Eso sí, la paciencia es esencial en este caso, pues se recomienda tomar un buen asiento, especialmente casi tumbado y darle al firmamento un par de horas para que haga su magia y poder observar una buena cantidad de fugaces. Como no puede ser de otra manera, el sitio donde se ubique el espectador será clave para ver o no estos fenómenos. Tranquilamente, a simple vista, sin prismáticos, ni telescopios, ni ningún instrumento óptico, mirando al cielo es la mejor manera de incrementar la probabilidad de ver gran cantidad de las fugaces. “Esta clase de aparatos solamente te limitan a centrarte en un punto en concreto por el que quizá no pase ningún meteoro, por mucho tiempo que pases mirando”. Por ello, hay que tomarse unos minutos para acostumbrarse a la oscuridad, tumbarse para conseguir captar el máximo de cielo posible”, nos indican desde el Real Observatorio de Madrid.

Habrá que huir de los sitios con luz, pues la contaminación lumínica es fatal para la observación, al igual que los obstáculos en el horizonte. Los lugares elevados y lejanos a posibles núcleos poblacionales se antojan una buena opción, eso sí, no olvide algo de abrigo por si refrescase a esas horas de la madrugada, aunque no es muy probable.

Por las fechas vacacionales en las que ocurre, la paz y sosiego reinante a esas horas, son necesarias pues facilita su observación, se han convertido en la lluvia de meteoros más popular del año. Su vínculo con San Lorenzo está precisamente en el calendario católico, porque se produce días después de la festividad del 10 de agosto que recuerda el martirio del santo en Roma, allá por el año 258. Coincide con la llamada "Luna del esturión", nombre tradicional en culturas nativas norteamericanas, debido a la abundancia de este pez en los Grandes Lagos durante este mes de agosto es la época de mayor captura en los lagos y ríos del noreste de América del Norte. Este pez, de gran tamaño y valor económico, era esencial para la supervivencia de muchas comunidades, por lo que la luna llena de agosto quedó vinculada a este recurso. Además, la "Luna del esturión" tiene otros nombres en distintas culturas, como "Luna del grano" (por la cosecha de cereales) o "Luna del maíz verde".

Aquí son numerosos los lugares donde se puede apreciar y disfrutar este impresionante espectáculo:

Calar Alto: Es el lugar más visitado y el más inoportuno para acudir, ya que son cientos de vehículos los que llegan a estorbar con las luces largas y el gran problema de querer llegar a lo más alto, cuando medio kilómetro antes es lo mismo. En el Observatorio Astronómico, cabe recordar que tiene una labor científica que se ve perjudicada durante estas noches por la falta de control y la poca sensibilidad de algunos visitantes.

Desierto de Tabernas: Lugar ideal por la ausencia de contaminación lumínica. Junto a la Plataforma Solar, hay ubicaciones en llano para dejar los coches sin llegar a molestar o estorbar en el tráfico de vehículos.

Los Vélez-Sierra de María: Es el punto más alejado de la capital, al norte de la provincia. La altitud y la nula contaminación lumínica hacen de esta ubicación un lugar ideal, como Chirivel, Vélez-Blanco, Vélez-Rubio o María.

Cabo de Gata-Nijar: Si la noche es clara, sin nubes y sin calima, a lo largo de todo el Parque Natural de Cabo de Gata-Nijar hay muchas calas y muchos lugares donde tumbarse en la arena, y poder disfrutar de las estelas que dejan las estrellas fugaces, nuestros ojos se habrán acostumbrado a la oscuridad y se pueda disfrutar de las Lágrimas de San Lorenzo.