Más de 3.000 personas visitaron en 2015 el emblemático Molino del Lugar

Más de 3.000 personas, concretamente 3.727, visitaron el año pasado el Molino del Lugar, un emblemático centro museístico de Adra que es muestra viva del patrimonio del municipio. Conocido como Molino de la Villa, de Montecristo y, finalmente, del Lugar, por el pago donde se ubica, estuvo situado inicialmente al pie oriental del cerro de Montecristo, junto al antiguo cauce del río. Propiedad de doña Mª Teresa Gnecco Costa en 1752, el Catastro de Enseñada indica que "molía con una piedra y agua del río de esta villa". Una década más tarde sufrió los efectos de una riada. Otra lo destruyó a inicios del s. XIX.

Por ello, don Agustín Moreno Beltrán-Serraso, regidor perpetuo de Motril, y su esposa, doña Manuela del Trell Gnecco, decidieron construir el actual molino a resguardo de las inundaciones. Se empezó a edificar en 1814, pero un conflicto judicial con don Pedro Ángel del Trell complicó su conclusión. En 1815, éste demandó a su hermana a fin de que reconociera que, tanto la acequia como el arco por el que discurrían las aguas que alimentaban el molino, se habían construido sobre terrenos de su propiedad. Finalmente, en 1817 llegaron a una transacción amistosa y don Pedro Ángel permitía que el agua pasase al molino recién construido.

Presenta tres cubos, y las balsas descubiertas frente a su portada demuestran que molió trigo en abundancia. Antes de cerrarse (en la década de los setenta del pasado siglo), funcionaba con energía eléctrica y molía casi exclusivamente maíz. Los herederos de la última molinera, Dolores Ruiz Guillén, lo vendieron al Ayuntamiento de Adra.

Rehabilitado por la Escuela Taller José Oliva V, alberga la sección etnográfica del Museo de Adra, situado a unos 150 m del Molino. En su huerto-jardín crecen algarrobos, los tropicales "plátanos del país" y cañas de azúcar, cuyo cultivo fue el más importante de la Vega de Adra desde finales del s. XVI hasta mediados del XX.