Los piojos, un insecto que llega sin avisar en cualquier época del año

El colegio es el lugar preferido para estos visitantes Su prioridad son los cabellos limpios

Un niño le revisa a otro el pelo a las puertas del colegio.
Un niño le revisa a otro el pelo a las puertas del colegio.
Mar París Almería

21 de enero 2013 - 01:00

Se llama pediculosis pero es comúnmente conocido como infestación con piojos. Unos insectos que llegan si avisar a las cabezas de los más pequeños en cualquier época del año. La escuela es el lugar preferido de estos visitantes por lo que son muchos los centros que aconsejan a los padres a prevenir y revisar el cuero cabelludo de los niños.

Un ejemplo es el Colegio Stella Maris donde tal y como asegura María del Mar, madre de un niño escolarizado en este centro, "recibimos circulares al menos dos veces al trimestre para prevenir precisamente la infestación". Pero a veces no hay manera de evitar su presencia. Así, Cristina ha detallado que su pequeño que estudia en un centro privado de la provincia de Almería, "llegó con liendres a casa". "Con las lociones que existen y la lendrera desaparecieron de forma instantánea, aunque desarmé toda su habitación y lavé sábanas, ropa, cojines...". Conscientes de la necesidad de armonizar los conocimientos sobre el problema y las recomendaciones sanitarias dirigidas a eliminar o, al menos controlar, esta afección, que sin ser grave tiene una gran incidencia en la población infantil, la Consejería de Salud cuenta con un manual detallado sobre todos los aspectos de interés dirigido a los profesionales con responsabilidad en la orientación a la población afectada, fundamentalmente sanitarios y docentes. Por otro lado, la Junta dispone de un folleto divulgativo dirigido claramente a los padres de los niños y niñas afectados por la infestación por piojos. El responsable de tantos quebraderos de cabeza es un insecto hematófago que chupa sangre y ovíparo que pone huevos de entre dos y tres milímetros de tamaño, cuyo ciclo de vida dura aproximadamente un mes. Tienen predilección por los cabellos finos, no teñidos y limpios y afectan fundamentalmente a los niños de entre 3 y 10 años, aunque también pueden aparecer en adultos. Los huevos de las hembras adultas se adhieren fuertemente a las raíces del cabello mediante una sustancia parecida al pegamento, que los hace insolubles al agua.

Esos huevos reciben al nombre de liendres, que al cabo de unos ocho días de su puesta se abren, dando vida las crías, también llamadas ninfas. En una infestación por adultos suele haber entre cinco y ocho adultos y entre 100 y 200 liendres. El principal síntoma de la pediculosis es el intenso picor que produce y, como consecuencia, un fuerte rascado que en ocasiones puede dar lugar a heridas e infecciones. En cuanto exista este síntoma o se tenga constancia de que otros compañeros tienen piojos se debe revisar a fondo la cabeza del niño con ayuda de un peine llamado lendrera. Hay que tener en cuenta que el picor puede persistir incluso hasta diez días después de la desaparición de los piojos . Estos parásitos se alimentan de sangre unas seis veces al día, lo que genera al picor por la utilización de una saliva que es irritante. Afortunadamente no transmiten enfermedades y no presentan en sí mismos ningún riesgo para la salud pública.

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