La placa del Regimiento de la Corona en el Cuartel de la Misericordia

El pasado 18 de diciembre se cumplió el centenario de la imposición de la corbata correspondiente a la medalla militar colectiva al Regimiento de Infantería la Corona nº 71 y la individual al soldado José Rios Morito, junto a los tinglados del Puerto y Parque de Alfonso XIII, en Almería. Un batallón expedicionario de tal Regimiento netamente almeriense, con sede en el Cuartel de la Misericordia, fue la primera Unidad Militar que llegó a Melilla en su socorro con motivo de los acontecimientos durante el denominado “Desastre de Anual” de 1921, en la Guerra del Rif en Marruecos, demostrando gran heroicidad en el campo de batalla.

Como describe con gran detalle la prensa gráfica de la época: La Crónica Meridional, el Diario de Almería, La Independencia, el Blanco y Negro y la Unión Ilusttrada, el domingo 11 de abril de 1926, a las 10.30 h. se celebró en el Cuartel de Infantería la Misericordia el solemne acto de descubrimiento y bendición de la lápida para perpetuar la memoria de los muertos por la Patria en África, campaña de 1921 a 1922, pertenecientes al Regimiento de la Corona.

En el segundo patio del cuartel, adosado a la fachada de Levante, se levantó un artístico altar, formado con profusión de flores con la imagen de la Purísima, Patrona del Arma de Infantería. En el centro del patio formaron dos compañías a las órdenes de los Capitanes Garrido y Saseta, cuyas fuerzas eran mandadas por el Teniente Coronel Mingo.

A la derecha del altar tomaron asiento distinguidas señoras y a la izquierda las autoridades. Respondiendo a la invitación del Coronel Francisco Cánovas, concurrió toda Almería: el Gobernador Civil: Castro Santoyo, Gobernador Militar señor Zamel con su ayudante Torres; Alcalde: González Egea, Tenientes Alcaldes: Benítez Blanes y Beltrán, Concejales: Rovira, Zárate y Roquero; Presidente de la Diputación: Benítez Blanes, Diputados Provinciales: Cabo Rodríguez y Navarro Saavedra y Secretario García Langle; Director del Instituto y Escuela Normal de Maestras: Callejón; Presidente del Colegio de Médicos: Pérez Cano; General de Brigada: Martínez Peralta, Delegado de Hacienda: Barrera; Comandante de Marina: Butrón; Presidente de la Audiencia: Laraña; Notario: Rico Pérez; Coronel de Carabinero: Puijiola; segundo Comandante de Marina: Fernández Lerena; Jefe de la Prisión: Blanco, Teniente Coronel del Tercio de Extranjeros: Rada; Comandante de Somatenes: Sotomayor, Delegados Gubernativos de Almería y Berja: Giménez Outaneda y Santapau; Comisión de Estudiantes Católicos presidida por el Catedrático de Instituto Florentino de Castro; Superior de los Dominicos Padre Tomás Alonso; Sección Administrativa de Primera Enseñanza y varios niños y niñas pertenecientes a las Escuelas Nacionales ostentando lacitos tricolores.

También asitió la madrina de la bandera del Regimiento distinguida dama María Roda de Gómez Talavera. Además figuraban entre los asistentes numerosos Jefes y Oficiales de Carabineros y Benemérita y de las distintas armas del Ejército, como el Capitán José Cassinello (en la foto situado en la fila inferior a la izquierda). En sitios de preferencias se situaron el Alcalde y Secretario de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz): Antonio Delgado Aterruiz y Carlos Asquería y los vecinos Antonio Raposo y José Arana, padres de los Soldados muertos en la acción de Casabona en defensa del automóvil blindado.

Al entrar la bandera, que fue saludada por la Marcha Real, dio comienzo la Misa, oficiada por el Obispo de la Diócesis Bernardo Martínez Noval, revestido de Pontificial, asistido de los Canónigos Lino Rodríguez, Secretario del Obispado y Maestrecuela y Pío Navarro. Durante la Eucaristía la banda de música del Regimiento dirigida por Ignacio Rodriguez interpretó una selecta programación, destacando la hermosa partitura "La Reina Mora".

Terminado este solemne acto, la comitiva se trasladó al soportal de entrada, donde a la derecha se hallaba cubierta con la Bandera Nacional la lápida que el Regimiento de la Corona dedicó a sus héroes, magnífica obra de arte, orlada de olorosas flores, de mármol y bronce, obra del Oficial señor Moreno. A ambos lados fueron colocados José Arana y Antonio Raposo, padres de los Soldados fallecidos. Con acordes de música, fue descubierta la lápida por ellos, leyéndose: "A los héroes de La Corona muertos en campaña", un Ángel de la Victoria ascendiendo al cielo con el guerrero fallecido, figurando los siguientes:

Teniente Coronel Eduardo Barrera; Capitanes Enrique Delmas Giralde y Francisco Villar Jordana; Alféreces Juan Ruiz Gil y Federico Vázquez Romero; Cabo Diego García Artero de Fuente, de Ovejuna (Córdoba); Soldados: Antonio Fernández García, de San José del Valle, (Cádiz); Antonio Paz Jurado, de Ardal (Málaga); Diego Cabezas Jaramillo, de Olvera (Cádiz); Eusebio Ruiz Cañas, de Arcos de la Frontera (Cádiz); Diego Chernicherro Castaño, de Ronda (Málaga); Fernando García Cobos, de Huéneja (Granada); Francisco Simón Martinez, de Vera (Almería); Juan Chaves Cortés, de El Burgo (Málaga); Juan Pérez León, de Gérgal (Almeria); José Raposo Peregil y Antonio Arana Sarmiento, de Sanlúcar de Barrameda.

Seguidamente, el señor Obispo pronunció una sentida oración y responso dedicada a los que derramaron su sangre y entregaron el alma a Dios en defensa de la Patria en los campos africanos, a los "niños de la Corona" que tan alto colocaron el nombre de España y Almería.

El Coronel del Regimiento dirigió sus primeras palabras para testimoniar su gratitud por la mayor grandeza, cual es honrar a los héroes, porque quien honra a los suyos se enaltece a sí mismo. Al terminar la lectura, se guardó un minuto de silencio en memoria de los caídos. Despues, desfiló el Regimiento ante la placa, dándose por terminado el acto con un suculento rancho extraordinario. Por la noche cenaron el Alcalde y Secretario de Sanlúcar en el Casino con una representación del Regimiento.