La playa tiene ojos y manos
Un amplio despliegue de socorristas a lo largo de la costa almeriense garantiza la seguridad de los bañistas · Equipados con los medios más adecuados para el rescate, trabajan a diario en las playas
Las playas de Almería están perfectamente vigiladas, gracias a un equipo de socorrismo que tiene a su disposición los medios de salvamento más adecuados para hacer frente a cualquier eventualidad. A las once y media de la mañana, los hombres de Oscar París coordinador del equipo de salvamento ponen diariamente en marcha un operacional formado por 25 socorristas. Este operativo está formado por siete edificios de salvamento (tres en Almería, Costacabana, El Toyo, Retamar y Cabo de Gata). Existen otras zonas que se cubren de manera no permanente, como ocurre en la zona de El Alquián.
Cada una de las bases está completamente equipada y compuesta por un desfibrilador, para realizar la RCP (Reanimación Cardio Pulmonar), equipo de oxígenoterapia, lata salvavidas, en definitiva cualquier elemento que mejore la espera a la ambulancia. Las mayores actuaciones de socorristas se dan como casi todos los años en picaduras de medusas con 573 intervenciones hasta la fecha; asimismo se realizaron 5 rescates a bañistas y han hecho frente a 2 lipotimias, referencias pertenecientes al periodo comprendido entre el 21 de junio al 15 de julio. El año pasado según los propios socorristas, vivieron un grave percance: "tuvimos un bañista que sufrió un ataque epiléptico que hubo que tratar de inmediato". Su preparación está encaminada a que un perfecto día en la playa no se transforme en un pesadilla. Por eso es recomendable, tener una serie de normas básicas a la hora de bañarse o al acudir a la playa, por ejemplo uno de los mayores casos que se dan, son las quemaduras de piel, debido a la falta de protector solar, tampoco hay que "dejar de lado la hidratación constante, no quiere decir que porque estemos dentro del agua sea innecesario ingerir líquidos, gastamos mucha energía y fuerzas durante todo el día, por lo que necesitamos reponer sales continuamente".
El equipo de salvamento está organizado en varias sucesiones de vigilancia formado por: un turno de socorrista en la base, otro en la torre, una tanda caminando, un turno con una barca que hace rondas por la zona interior de la boya y un ciclo de ayuda a discapacitados.
Estos hombres de la playa hacen una labor primordial, que contribuyen a un mayor disfrute de nuestras playas. Oscar Paris (coordinador de salvamento) comentaba su convencimiento de que "el día menos propicio puede ocurrir una desgracia no porque la playa esté menos abarrotada se van a suceder menos accidentes o simplemente ninguno, siempre estamos preparados". Otros problemas colaterales que tienen los vigilantes con el público son las normas que impone el Ayuntamiento, que en algunos casos la gente no respeta. Por ejemplo, el tema de la pesca y los perros en la playa.
"Siempre hay algún energúmeno que dedica el día a tirar la caña en la orilla y esperar a que pique algún pescado, mientras el resto de personas disfruta del baño" el problema estriba en que la seguridad de los bañistas se pone en riesgo dado que el anzuelo puede herir a alguien.
Con respecto al tema "perros" está terminantemente prohibido llevarlos a la playa; "el dueño coge por rutina ir durante los 365 días que tiene un año con su mascota a la playa, pero no se da cuenta que el periodo estival no es el adecuado para seguir llevando el perro a la playa. Justo en el momento que me encontraba en la playa con ellos, un hombre ató su perro a una barandilla, uno de los socorrista que se encontraba por aquella zona se percató y no escatimó en llamarle la atención al dueño". El hombre al que aviso se lo tomó bien y rectificó. Por lo general según nos contó el coordinador Oscar, "la gente suele responder bien cuando se les llama la atención".
El trabajo de estas personas esconde labores de una estricta profesionalidad; parecen que son personas inexistentes pero siempre están ahí; son una pieza clave en nuestras vacaciones y en nuestras playas. Muchas veces se desestima el trabajo de un socorrista en una playa , parque natural, o bien en una piscina privada. "Se piensa que por el simple hecho de que los niños vayan de la mano de sus padres a la playa, están exentos de peligros y no es verdad".
Todos los veranos se suceden casos de muerte por ahogamiento en piscinas privadas y playas vírgenes. "Dichos lugares no tienen la presencia de un vigilante, y en determinados casos podemos sufrir lesiones solo reparables por un socorrista".
También te puede interesar